Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

viernes, 23 de febrero de 2024

Medianoche p. VIII

Arica– Chile                                                                                                                                                               22/02/24

Medianoche, eternas tinieblas, tierras y existencias que confluyen, voces en el viento quedo, trazos o siluetas que hollan infinitos tiempos, travesías en cinabrio o copal. Múltiples trapezoides y obtusos trazos, llave y falleba, cancela y cerrojo, oxidadas y quebradas veredas, vértices y bisectrices en la variable estancia. Mediatriz en la explicación exacta, en los horizontes quebrados, en las estelas y territorios solitarios. El extraño vive en todas las tierras que existen o explican. Existe en la eterna oscuridad, en el inquieto vaho, en las extensas tierras, en las elevadas cumbres, en el hondo exilio, en los infinitos vértices, en todas las esquinas y encrucijadas. Clepsidra en la oculta vertiente, que horas o eras confunde, trastoca o tuerce. Crisol que sublima alwes o exiliados, según la cifra indicada. Múltiple y extraño, evidente en la vasta existencia, en la luz de la húmeda obsidiana, en el quebranto del cinabrio. Evade las veredas torcidas, y se explica en todos los ahoras. Evidente se traza en todas las existencias y vértices, elevando las inexorables y lánguidas tierras.

Mirada tras el velo que oculta su reflejo. Es tenaz viajero en los vastos territorios septentrionales, que ocultan la solitaria y extraviada Kyat. Es luz visible en los vientos de Lys, e inherente a las esferas de Wutf. Es obrero incansable en una Francia totalitaria, que traza evasiones o atentados. Es trazo inquieto que se extravía, una y otra vez, en la imagen del espejo.

Medita en la soledad de los tiempos, extenso en las exiliadas tierras, evidente en la trama existencial, evadiendo el inclemente olvido. Modifica valores aviesos, travesías abstrusas, cauces existenciales. Evita invasiones, infestaciones e invocaciones de valores externos y torcidos. Mediatriz que cierne eventos, evitando la inserción de otras y tercas variables. Extraño que teje y desteje valores y verdades en tierras que solo hollan los exiliados.

Húmeda y febril, viento quedo, luz que abrasa, mustio atardecer, cansinas huellas y horizonte quebrado. Cauce y húmedas hifas, vetas y venas en ocre y cinabrio, evasión y trasnoche, alwes y anhelos en eterna hilera. Mas lejos, en otras estribaciones, en hondas quebradas, en inexorables y sombríos territorios, existen los Exhumados, variables valores, que explican aviesas travesías. Exoesqueletos complejos, ectoformas veladas, vectores o valores transexistenciales, que infectan los territorios baldíos u olvidados. Influyen malamente en los humanos. Extravían sus ideales, trastocan sus motivaciones, quiebran sus fortalezas y vandalizan sus obras. Materia o alimento que los nutre y eleva.

Extraño, extremo valor, holla la calzada agrietada, evade el tenso viento quedo, y se explica en la solitaria avenida. Mira a ambos lados e invoca a los Exhumados. Mixtura, hiel y veneno, trazos y tenazas, ocelos y zarpas, ventosas y mandíbulas. Multitud en la oquedad oculta, en la tenue luz, en la árida tierra, en el velo que todos obvian. Malla y talla, estáticos en copal, voces y alwes en evidente exilio. Exhumados en la cifra del karma, exiliados y extensos en tierras de cinabrio, exentas de luz y viles castigos. No se eliminan, ya que son verdades de la existencia.

– Mi travesía ha concluido.

Medianoche en la terca tierra, en el horizonte alterno, en los territorios expropiados, en los solitarios osarios. Mas en las travesías atrasadas la inefable luz existe. Exhumados hay en las hoscas tierras (TAI), y venideras encomiendas se explican. Partid presto. No hay más y harto es.

–¡Todavía falta; todavía falta! ¡Son dos pesos, dos pesos de agua! ¡Son dos pesos de agua!”

Sin más deciros, J 25 A.

jueves, 15 de febrero de 2024

Medianoche p. VII

Arica– Chile                                                                                                                                                              14/02/24

Tizne y tinta, voces de trazo oscuro, viento de hojarasca y ceniza, tétrica tierra, aves de alquitrán y obsidiana, cuarto en la cifra quebrada, tristeza de medianoche, candela en la vela que cuaja, textos y letras en solitarias esquelas, vaho y tinieblas que todo envuelven, tristeza en el exilio evidente, cuajo y cinabrio, vetas y venas que tejen veredas e hifas de excomunión, extensiones lejanas e inaccesibles, alwes y siluetas en el envés de los anhelos, tul y velo, y la Muerte que se oculta en las infinitas esquinas. Murallas quebradas, temas y letras, casetes y tabletas en el viejo y ocre velador, luz a trasluz, ventanas y visillos de otro y lejano tiempo, acre historia que rehúsa la traición y el olvido. Nerviosa confesión, evidente rechazo, tenso cinabrio, corrupta hiel y eterno exilio. Muerte que se explica y oculta en viejos y tristes temas:

– To think that only yesterday I was cheerful, bright and gay.

– Gonna take a trip to lonesome town. Gonna stay at Heartbreak Hotel.

– Goodbye, Papa, it's hard to die when all the birds are singing in the sky.

Mirada honda, leve huella, cautiva de sus ilusiones, inversa, traza una y otra vez quebradas travesías. En el aula inquieta, en el atestado patio, en los oscuros pasillos, en las horas quietas, es aliento incierto y leve vaho. Muchacha, trazo de luz olvidada, voz que el viento acalla, acre y triste savia, oscuro esmalte e incierta tintura. Espacios extensos, tierras quemadas, vientos de cinabrio, letras de obsidiana y furtivas lágrimas, teje, una y otra vez, en un ajado slam. Mundos que solo existen en su extraviada y frágil imaginación.

Mesas y sillas en relativo orden, tizas y sucia almohadilla, tosco y ajado calendario, ventanas y visillos en eterna complicidad, estudiantes en calma, cuarteado esquisto que es tablero, efemérides y cuadro de honor. Mudo silencio, ancha aula, y una Maestra, silueta sin faz, que explica versos y contradicciones.

– Sentirás que a tu lado cavan briosamente, que otra dormida llega a la quieta ciudad. Esperaré que me hayan cubierto totalmente... ¡y después hablaremos por una eternidad!

Travesía que tuerce vidas e invoca la Muerte. Fragua extinta, hiel y tinta, tinieblas inexorables y seca clepsidra. Miedo en tregua: ¿tabletas o navaja?, ¿eterno sueño o icor expuesto?, ¿hoy o talvez mañana?

– Hoy he muerto.”

Monje que anhela en 1905, Mujer que invoca en 1925, Militar que evoca a Lili Marleen en 1945, No Vidente que aguarda en 1965 y Muchacha suicida que se extravía en 1985. Trazarán su legado, redactarán su verdad, presentirán lo venidero. Expondrán otro valor sistémico en los Tiempos espaciados, para elevar o suprimir algunos programas o situaciones.

Melodía que envuelve, tertulia y trasnoche; tabaco y licor, talvez absenta o quizá beleño; escritos y lecturas; una que otra explicación, talvez sucinta o quizá extensa; caballeros y una que otra dama, evocan o anhelan las excelsas visiones de Galté. Misterio en las elevadas tierras, en las veredas encriptadas, en los horizontes inversos, en la extrema hojarasca de Yggdrasil.

Quizá es el Mártir que se busca o talvez no. En todo caso, Galté todo oculta o extravía, todo explaya o tuerce, todo eleva o hunde, todo traza u olvida. Es lo permitido y no hay más.

Luego de los eventos de febrero, el cuerpo grupal entrará en stand by, para que terminéis las travesías indicadas. Hollad otras vías y explicaos en otro horizonte o territorio. Extensos y extraños, trashumantes y solitarios, evidentes y variables, mas ocultos y olvidados.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 5 de febrero de 2024

In Extremis p. V

Arica– Chile                                                                                                                                                               04/02/24

Extremo en la cifra de la candela, luz en las vastas tinieblas, evidente en los esquivos y extensos territorios, trazo que el viento explaya o tuerce, crisol de elevados anhelos, cinabrio y copal en la hojarasca inquieta, extraño y expuesto, que trama y explica alwes extraviadas. Experto que evade las acres tierras, los horizontes inversos, las atestadas tumbas, los bajíos de cieno, las extintas ciudades. Flama que sublima las abyectas travesías, las innobles acciones, los ilusos credos, las intangibles blasfemias y las tóxicas alwes. Caronte rehúsa llevarlo, Cancerbero le teme y Hades lo evita. Miliciano que cruza con voluntad férrea las exiliadas u olvidadas tierras, y que evidente se traza en la luz que todo eleva. No lleva escudo y tampoco espada, ya que elevadas Esencias lo cobijan. Mártir en el leve horizonte, y Virgilio en las hondas tierras. Mirada inexorable, cinabrio en el iris expuesto, icor en las venas y arterias, voz y traje anticuados, leve huella, tez de hojarasca y copal. Mentor y equilibrio, hoz y tinta, que se traza evidente, si los bionautas se extravían. Múltiple en las otras e innumerables existencias, extenso en la estricta tierra e inquieto en el viento lastimero.

Bhasma en el viento, tinieblas en la tierra, luz torcida, evidente exilio, blackout extenso, y la Muerte terca e imperturbable. Muerte que es equilibrio, otra vereda, vida expuesta y otra existencia. Material ya que lo exige la Tierra, extrema en los anhelos y evidente en el hondo abismo. Nada la tuerce y la humanidad la esquiva. Mas es el equilibrio que integra todas las tierras y todos los tiempos.

Bhasma en las inclinadas vertientes, en la luz a trasmontano, en el vaho incierto, en las calles solitarias, en el asfalto calcinado, en la absenta esquiva. Miedo y viento desatados, cinabrio en la quemada extensión y en la luz que todo envuelve, tumultuosa travesía, y un can exhausto que anhela a su familia. El Misionero, axis y equilibrio, holla la ennegrecida acera, evade el tóxico viento, envuelto en invisible y tersa bruma. Kamanchaka que todo oculta, tuerce o envuelve, que evita lejanos o aviesos ataques, que eleva y cobija. Extiende su voz y el eco no olvida. Muchas alwes acuden a la invocación, que es evasión y exilio, extinción o trascendencia, travesía o Hégira, lid o credo, miel o hiel. En la cifra de la candela, en el extremo envés, en otra costa o lisera, invisible a los Fatuos, la extrema variable, el otro Caronte, luz en Flegias, excelso Mártir, evoca, una y otra vez, alwes olvidadas.

– No volteéis, ya que la savia se vuelve cinabrio o copal. No evoquéis el pasado, ya que las tierras colapsan. No anheléis el futuro, ya que todavía no existe. No contempléis vuestro reflejo en las tinieblas de Estigia, ya que tuerce todas las almas. Y, finalmente, ocultad vuestro linaje o etnia en la otra orilla, ya que la Muerte solo cobija a los que bautiza.

Bhasma en otra tierra, en otros eventos y encrucijadas. Clepsidra colmada, crisol y fragua, vendas y lamentos, en la vera de otro y venidero tiempo.

Mártir en la luz de la candela que evitará vuestro eterno extravío. Halladlo en las tierras inversas, en las travesías inconclusas, en la savia lejana, en la estatua quebrada, en las misivas olvidadas, en la vertiente que silenciosa escurre, en la medianoche acuciosa, en la cifra del milenio. Muchas travesías y un solo puerto. Descifrad lo que aquí se vela.

En otro sitio y tiempo, un hombre explica sus excelsas visiones. Galté, Jaime en la vasta e invisible extensión.

Sin más deciros, J 25 A.

miércoles, 31 de enero de 2024

Ars Maquia p. XI

Arica– Chile                                                                                                                                                               29/01/24

Fatuo en la esquiva luz, tinieblas y abrojos en la inexorable tierra, vetas y venas en tóxica alianza, yesca y avieso copal, acre cinabrio y maligna hiel, y torcidos anhelos que exigen justicia o venganza. Murallas y viento de hojarasca, vástagos ocultos y silentes hifas, ocre savia y hondos lamentos, exilio a cal y canto. Cicuta en los turbios afluentes, en la infinita memoria, en las interminables escalinatas. Mundo que existe en la cifra de otro tiempo, en los intersticios evolutivos, en el envés de todos los anversos. Hondas fosas y cieno atormentado, tejido e inquieto dosel, trenzas y arterias que todo envuelven o extinguen, credo y vaho en la calcinada tierra, alwes y leyendas en las atestadas tumbas, trozos o trazos de hueso; y lejos, en lo abrupto e incierto, la vetusta vivienda trama evasiones y atrocidades. Eterno trapezoide que existe en los confines de la tierra, que W. H. Hodgson tan bien describe. Múltiple en la multiplicidad, trama en todas las vías y encrucijadas, caleidoscopio inclinado que todo tuerce o extravía.

El Fatuo, extenso en las muchas Comalas, en las infinitas tierras solitarias, en los tiempos entretejidos, exclama:

– ¡Despertad! Dejad el maltrecho osario. ¡Exigid vuestra venganza! Colmad el vaso de la ira. Dejad la tierra sin vida y anhelos. ¡Levantaos! ¡Exigid lo convenido, lo inexorable, lo malsano!

Muda vivienda queda, en la vera de otro misterio, invisible y evidente, lúgubre y extrema, en eterna metamorfosis, quebrando la vida e invocando la Muerte. Muchas vías e intersecciones concluyen en la oxidada y aviesa Poveglia.

– ¡Despertad, inquietas tinieblas! ¡Volveos inexorable venganza! ¡Sed la Muerte encarnada!

Mirada extensa, tasca de carretera, testaruda farola, hiel y hedor, vetusto reflejo en el quebrado y hondo espejo. Múltiple, evidente, otro en otro, alwe enlazada a un turbio credo. Muchas existencias y una sola travesía. Muchas vidas y un solo anhelo. Muchos extravíos en la soledad de la oscura carretera. Medianoche en la quieta tierra, en el oxidado sextante, en la tasca atestada, en la malsana travesía.

– …si miras al abismo, el abismo devuelve siempre la mirada.

Mirada torva, turbias ideas, trazo en el copal silencioso, cinabrio y cuajo, en aflicción y muy herido. Fatuo envanecido, quedo evidente, acre luz, que el vacío explaya y tuerce. Mas otra vida se limita si lo exige la voz de la absenta.

– Me extiendo en otra alwe, y la travesía continua…

– Mirad el cincel y la tinta que traza. Ellos existen muy lejos, en el vacío que explaya el irascible espejo.

Evidente en la luz que tiembla, en el lejano eco, en el húmedo suelo, en el titilante espejo. Externo, luz que teje o hilvana eventos, viento que traza voces y credos, crisol que todo sublima. Monje que existe en todas las existencias, en todos los tiempos, en todas las travesías, en todas las carreteras.

– Fatuo, entre la vida y la muerte, vuestra travesía ha terminado. Retornad a la correcta senda.

– ¡No! Mi compromiso es inquebrantable. Me expresa y traza Ayla.

– Ella es solo la luz que bifurca la absenta. Miraos en el tosco espejo. Muchas tinieblas y todas son Ayla.

El Fatuo contempla su legado. Muchas existencias quebradas, torcidas o exiliadas. Esquivo atisbo, inconexa travesía, infinita atrición y vasto olvido. Maldad y hondo yerro, testamento y Hechos 13:11, valor y equilibrio. Mirada oculta y oscura, voz difusa y alwe en vaso canope.

– ¡Despertad!

Mirada escueta, hálito alcohólico, otro y leve, externo y lejano, que vuelve a la vida.

– ¡Vamos! Pronto llegaremos a Valparaíso.

Monje en la luz intermitente, en la lluvia que no existe, en el vaho que lento se esfuma.

El Misionero, luz en la obsidiana, extiende su voz y anhelos:

– ¡Despertad! Elevaos, porque el tiempo es ahora. Fatuos, heredad de Fausto, ya transitan las infinitas sendas. ¡Enceguecedlos!

Sin más deciros, J 25 A.

domingo, 28 de enero de 2024

Ars Maquia p. X

Arica– Chile                                                                                                                                                               27/01/24

Belchite, trazo de fina luz, ocre y cinabrio en las calles olvidadas, yugo y estela, que, en solitarias y hondas noches, extravía o eleva. Minuto en la cifra de la historia, que desgaja anhelos y almas. Misión quebrada, lid extensa, bardo exiliado, innoble fusil e infeliz pólvora, temas y lemas, Franco impasible, clepsidra agónica, alwes atrapadas en un tiempo inverso, tristeza en los extraños vericuetos y una lítica iglesia que tuerce anhelos.

– Este es el sitio indicado. Iker estaba en lo cierto: es lúgubre y asfixiante. Existencias atrapadas en un tiempo alterno, que todavía luchan o se lamentan.

– ¡Excelente! Hay tiempo todavía. Ningún Fatuo ha llegado. La Luz traza la luz, y las tinieblas disipan lo malsano.

Equidistantes esquinas, extensa y maltrecha bóveda, tramas y leyendas en la ocre tiniebla. Nada existe y existe en la vera de otro tiempo. Múltiples hazañas, caleidoscopio inquieto, que se explayan en la inexistente bóveda. Lides en las otras tierras, corceles de fuego y amatista, ballestas y lanzas de luz quebrada, tropas de cinabrio, obsidiana y jade. Firmamento de inclemente ocre, tóxicos alientos, credos en el exilio, infinitas vías y vastos entramados. Muy lejos, en el envés silencioso, los elevados Ophanim, leves, contemplan.

Memorias de otra tierra también se explayan. Nefilim en los altos vientos, en las vertientes temblorosas, en los hondas oquedades. Mirada absoluta, extrema altura, voz que estremece, tez de obsidiana o feldespato, malsanos o benevolentes. Misterio telúrico, éxodo evidente, inquietud en la soledad extrema y soterradas leyendas.

– Muchas lides y contiendas, y todavía el caos existe.

Escarcha en la luz tenue. Nudo y tejido en la incipiente tierra. Muchos elevados, etnia extraña, vetas y venas de acre hiel, voz de viento glacial, constante latido de la húmeda existencia. Extintos y elevados que todavía existen en los tiempos del copal. Lapislázuli en el torvo y olvidado Jötunheim, en la tierra que medita.

– ¿Qué ves, hija mía?

Caleidoscopio inquieto. Explanada y enteca silueta, tinieblas y claroscuros intermitentes, oxidada cancela, inclinada farola, viento húmedo, credos y voces quedas, entre la vida y la muerte, un avieso Fatuo invoca a los otros. Refriegas en todas las existencias y firmamentos, en todos los tiempos y eventos, en todas las vías y encrucijadas. Fatuo en la cifra malsana de Efesios 6:12, que traduce e induce.

– Veo una lid interminable y letras en llamas que explican: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dijo el Señor de los ejércitos.»

Esquivos e invisibles fotogramas el copal cristaliza, credos y voces la vitrola ahoga, voluntades y verdades la escueta luz difumina: la visión termina. Maltrecho y ahogado chapitel, evidente e inexistente luego de confusa lid. Franco y la historia inconclusa. Medida y temor en la aparente oscuridad. Belchite, inverso y alterno en 1992, en el cinabrio que no cuaja.

– Explica la visión, querida hija.

– Explica que lo único que salva es la luz que cobija el alma. No hay credo que proteja ni espada que defienda. En las otras tierras solo existe la eterna luz que salva.

El Monje, eterno trashumante, cobijo incierto, calzado ajado, capucha y traje deshilados, vieja y húmeda mochila, atraviesa el inconmensurable llano. Mas, en las otras tierras, en las invisibles aristas, evidente Vitrubio traza. Es excelso Fénix, inquieta Adhara, evidente Simurg y eterna alwe.

– Eterna luz soy y evidencio.

Cobijad el vástago de Yggdrasil, el eterno cigoto, externo al vulgo ciego. Proseguid la travesía incompleta, y hallad la huella extraviada. Entre tierras, tiempos y sendas, ocultad la vasta existencia. Hallad la verdad que se oculta entre la vida y la muerte, entre la luz y las tinieblas, entre lo que es y no es. Meditad bajo el cobijo de Lahual que es también Yggdrasil.

– … y si me quieres encontrar, búscame – cantan Sergio y Estíbaliz.

Sin más deciros, J 25 A.

martes, 23 de enero de 2024

In Extremis p. IV

Arica – Chile                                                                                                                                                              22/01/24

Naos entre la arena y el olvido, trazo en lienzo, extraviados territorios que se extienden lejanos, ocre y oxidado Aral, soledad a traspiés, alwes y djinns en eterna trashumancia, horizonte quebrado, yesca y fuego, voz y credo, ajados manuscritos y la leyenda del excelso Simurg. Fragua silente, clepsidra de acres anhelos, turbias historias, incontables lides y convulsos territorios. Efigies ocultas, telar y tejido, vetas y venas, salobre e inquieto amnios, travesía y exilio y un ocre chacal que es Nahual. Medita la existencia en el hosco y taciturno embrión, en la oxidada hoz, en la violenta historia, en el incierto anhelo. Mas todo muta, todo vuelve, todo se transforma, si lo verdadero se explica.

Calmo viento todo traza y explica. El Tejedor, luz en las tinieblas, evidente y expuesto, invoca a los invisibles que existen en el lejano viento. Djinns inquietos, alwes solidarias y elevados anhelos acuden a su enérgico llamado. Mando y evasión, invocación y evocación, credo y evolución, lid y victoria. Engreído viento todo traza y explica.

– ¡Revelad vuestra oculta verdad, voces en el viento! ¿En qué lugar se halla la acre y solitaria semilla? Decidme luego, ya que los tiempos apremian. Todo se olvida si la voz Tubà fenece.

– Es vuestra, ya que habéis evadido la tierra de las mil sendas. Hallad la vertiente infinita, y vuestra se volverá.

Naos que atraviesan los vientos inconclusos y las calmas tierras, las calcinadas planicies y las vertientes muertas, las conflictivas tribus y los torvos anhelos, en su travesía inexorable y eterna. Mirada en el horizonte, en otra tierra, en otro tiempo y exilio. El Meditante, voz que doblega djinns, luz que la oscuridad extravía, en otra existencia, en otra lejana tierra, en el envés exacto, oculta la extraña evidencia, la excelsa historia, el incipiente cigoto, el aliento de todas las Yggdrasil o Tubà.

– ¡Haceos anhelo e intrínseco valor! ¡Eclosionad! ¡Sed la luz que se invoca! ¡Volveos valor valedero e infinita leyenda! ¡Eclosionad! ¡Sed la voz que no se olvida!

Cambian los vientos y los cauces, los anhelos y las intenciones, los territorios y los estados, las tierras y los tiempos. Migran tribus y axis en el tiempo señalado. Evidente equilibrio que la Tierra solicita.

Bhasma en el viento, tinieblas en la tierra, luz torcida, evidente exilio, blackout extenso, y la Muerte terca e imperturbable. Clepsidra inservible, cinabrio en copal, trazo y tinta, lides y contiendas. Éxodo interminable, y la voz que existe muy lejos.

– ¡Han talado un Yggdrasil!

Texto XXXI: JAH es la luz que existe. No se olvida, ya que inexorable Fiat. El 21:1 todo esfuma, excepto a JAH. JAH anhela y se yergue en otra existencia y tiempo. Es la luz que Yggdrasil solicita.

Muchas tareas inconclusas o extraviadas el año pasado. Mucho tiempo inconexo: incompleto Paihuano, catacumbas de Lima, indescifrado Luibo, luz de Comala, voz de Tyson y absenta que sublima. Descifrad lo que los escritos velan. Mirad a vuestro alrededor, y sabréis lo que se avecina. Es una vasta urdimbre que a algunos olvida o extravía. Es lo justo y verdadero.

Sin más deciros, J 25 A.

sábado, 13 de enero de 2024

Ars Maquia p. IX

Arica – Chile                                                                                                                                                               11/01/24

Chernóbil, tóxico aliento, vetas y venas de acre cinabrio, ceniza en la soledad, temor en la oculta obsidiana y una luz que es equilibrio y venganza. Hastío en el copal, estático tiempo, tragedia soterrada, trazos y anhelos en lienzo eterno. Fecha inalterable, clepsidra y sextante liados, una advertencia e infinitas huidas. Momentos trágicos que tejen la travesía de la solitaria Muerte. Guadaña en la cifra exacta, hiel en la inexorable savia, inclemente, infinita y leve, invidente y vidente, excelsa en la extensa travesía. Mirada que refleja la levedad de la vida, la intensidad de las tinieblas, la banalidad de las intenciones, la extinción de las obras. Muerte conjugada, convulsa, extensa e indomable.

Muchas víctimas fraguan una voz inequívoca y vengativa. Muchos extravíos trazan un temible equilibrio. Muertes incontables conforman la inexorable Muerte. Muerte que vence y cautiva a la humanidad dolida. Fenrir es la luz de la Tierra; y la Muerte, el equilibrio que la Tierra aplica. Enlazados y excluidos, trazados en la honda y misteriosa Tierra. Muerte terca, ávida y feral, que todo extravía y olvida. Fenrir que estabiliza lo incorrecto, tal como explica Jeremías 5:6.

– ¡He visto la inexorable Muerte! Me ha llamado. Me ha dicho que todo acaba y se olvida.

Muchas Muertes en infinitos territorios explican y trazan lo venidero. Es lo verdadero, lo que indica el equilibrio sistémico.

Muerte en la árida extensión, viento que es letal trazo, voces indistintas, oquedades y briznas solitarias, acre silencio, olvidadas existencias ocultas en el lítico llano, horizonte quebrado y Karakalpakia exiliada en los infinitos tiempos. Mirada honda, letanía que cuaja, trazos de ocre tinta, ajado lienzo, intrincada ciudadela, cinabrio y copal, extremo olvido, veneno y saliva, y la luz lejana de Keyumars. Montañas y versos, leyendas e historias, clepsidra de sal y tierra, tejido y testimonio de un extinto linaje. Mizdakhan y la savia del taciturno Excelso, el inacabable horizonte, las caravanas silenciosas que anhelan la extinta vertiente, tristeza y óxido en el lejano Aral, alwes y más alwes elevadas o excelsas. Muerte inquieta que olvida y explica, que extiende y vivifica, que traza y anhela.

El adusto territorio todavía anhela la luz de la húmeda savia, que oculta y ofusca la inexorable tierra. Flotas varadas, tablas enmohecidas, oxidados anzuelos, telúrica historia y aves que carcomen el tiempo. El Misionero, luz que todo entiende, tal Vitrubio de obsidiana, se sitúa en la fosa más honda y antigua. Muchas tumbas, infinitas veredas, incontables túmulos, inquieto ocre en el viento, oxidadas cancelas, una que otra maleza, evidente exilio, versos en la extraviada humedad, un antiguo Yggdrasil que destila savia y saliva, tejido sacro y telúrico que eleva y vivifica. El Misionero, luz en la obsidiana, extiende su voz y anhelos:

– ¡Despertad! Elevaos, porque el tiempo es ahora. Fatuos, heredad de Fausto, ya transitan las infinitas sendas. ¡Enceguecedlos!

Mizdakhan eleva la voz y todas las infinitas tierras tiemblan. Hoz y estilete, cinabrio y saliva, luz y tinieblas.

– No existe vida en la torva existencia de los Fatuos. No hay senda verdadera si la extinción se anhela.

El Misionero, trazo de voz y letra, en la verdad de 2 Reyes 6:18 se cobija. Existe en toda tierra y existencia, en todo anhelo y exilio, en todo verso y versículo, en todo tiempo y misterio.

– No han llegado a Belchite. Fatuos exilados que anhelan lo malsano. El templo todavía existe, y las almas convulsas justicia y venganza exigen.

Muchacha vidente contempla la maltrecha bóveda. Esquinas equidistantes, tramas y leyendas en ocre verso, trazos y metáforas que enlazan tiempos lejanos.

– Decidme qué ves, hija mía.

– Veo una lid interminable y letras en llamas que explican: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dijo el Señor de los ejércitos.»

Sin más deciros, J 25 A.

sábado, 6 de enero de 2024

Ars Maquia p. VIII

 Arica – Chile                                                                                                                                                              05/01/24

Cinabrio y soledad, extenso horizonte, viento de obsidiana, voces quedas, tristeza en el copal, torvos anhelos en la senda quebrada, vetas y venas extraviadas, ocre en el acre terreno, y lejos, a la vera de los tiempos, clepsidra olvidada, la estancia de las infinitas alwes todavía subsiste. Hifas entrelazadas, tristeza y venganza, vetas y venas incansables, trazos y heridas en la extensa estancia. Miles confluyen a la invocación extraviada. Hiel en las alwes abatidas, elevados anhelos que el láudano tuerce, tóxica justicia en el aliento del esquivo beleño, infortunadas existencias en la cifra del estramonio. Cinabrio en las lides silentes, en las batallas perdidas, en las limpiezas étnicas, en el occiso credo. Cuaja la acre savia, la abierta xenofobia, la vasta intolerancia, la turbia indiferencia, el trasnochado dogma. Las viejas tablas, las oxidadas cancelas, las turbias ventanas, inexorables, exudan maldad y cicuta. Misterio en la honda fosa, en la tosca lápida, en las torcidas y enlazadas letras, en la avenida sin final, en las temibles vías, en la encrucijada a trasmontano. El Fatuo, extenso en las muchas Comalas, en las infinitas tierras solitarias, en los tiempos entretejidos, exclama:

– ¡Despertad! Dejad el maltrecho osario. ¡Exigid vuestra venganza! Colmad el vaso de la ira. Dejad la tierra sin vida y anhelos. ¡Levantaos! ¡Exigid lo convenido, lo inexorable, lo malsano!

Miles confluyen en la extensa travesía. Extinguir anhelos y torcer alwes es la única consigna. El extravío brota en la inhóspita tierra, si los abrojos exigen territorio. El Fatuo, textura de evasiones, luz incierta, lejano sentencia:

– ¡Despertad, inquietas tinieblas! ¡Volveos inexorable venganza! ¡Sed la Muerte encarnada!

Escondida taberna, vaho e indistintas voces, trasluz inquieto, acordes y letanías. Bohemio Valparaíso de traiciones y acuerdos. El viajero incansable, a la luz de otro tiempo, explica sus anhelos y cometidos. Mirada fija, absenta a la diestra, oculto corvo y malsanas intenciones.

– Maltrecho anhelo me desgaja. Flujo de absenta quema mis venas. Mi vida es un incesante infortunio, que solo la muerte terminará… Maldita absenta, termina mi vida.

Mudo silencio, abrojos en la oscura taberna, inquieto tul de absenta, y una joven en la otra silla. Mirada impenetrable, trazos de hiedra y hematita en la faz incógnita, extremidades leves y voz que confunde.

– Muchos abrojos invaden la tierra. El cardo es la voz de la mentira. El cinabrio la deleznable meta. Mi heredad está envanecida y extraviada. Mi pueblo sigue la voz de los falsos profetas. Mi luz se vuelve absenta en estos tiempos. ¡Despertad!

– No acierto, luz de la absenta. ¿Qué anhela vuestra alma?

– El equilibrio de las existencias. ¡Volveos justicia y castigo!

Hifas en la absenta, luz en el cinabrio violento, voz en la incesante oscuridad, vahos y anhelos en 1838. El Fatuo, luz de tóxica hiedra, visión de obsidiana, abandona la oscura taberna. Nueva travesía hasta el final de su vida. Final que lo leve obvia.

Muerte en la absenta y en la voz de Ayla, que es luz de otro tiempo. Valparaíso es el reflejo de Iquique, y la muerte quiebra la vida si existe el extravío.

– Dadme valor y constancia, cobijo y consuelo, temple y convicción. Guiadme. Entregadme vuestro beneplácito y auxilio, ayakuna que se oculta en la piedra.

Isaías 43:2 explica y extiende lo venidero, lo que se presiente. Meditad en las consecuencias y en lo alejado que estáis.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 25 de diciembre de 2023

Medianoche p. VI

 Arica – Chile                                                                                                                                                              17/12/23

Medianoche silente, luz tenue, viento incesante, trazos leves en horizonte extenso, lejana biblioteca, textos de indeleble tinta, múltiples alwes y existencias, ocre vertiente y taciturno faro. En tierras inexorables, en territorios alternos, se alza y cuaja la extensa e infinita biblioteca. Mirada en la clepsidra olvidada, textos y trazos en ajados lienzos, quebrado cuadrante, travesías en inquieto copal, obsidiana quebrada y cinabrio que no cuaja. Medianoche en las inexorables y torcidas sendas, anhelo en la fragua silenciosa, tipografía elevada, toscos estantes y extraños artilugios. Misterio que eclosiona en la medianoche indicada, en la intersección exacta. Estatuas toscas en la lóbrega sala, alwes en los oscuros salones, vetas y venas tras las enmohecidas murallas, obsidiana en los infinitos reflejos. El Extravertido estudia o analiza los secretos que la soledad extiende u oculta. Frase torcida, trazo efímero, silencio quebrado, escena fortuita, legado invisible: tramas e historias que se explayan en la inexorable biblioteca.

Texto IV: En el Todo solo existe lo evidente, y lo otro se olvida. Existencias coexisten en el lienzo evolutivo, atadas a los infinitos tiempos. Mas la luz eterna solo es evidente en una sola Tierra.

Texto XVI: Mitos existen si la verdad se tuerce. En la vera de otro tiempo, en la cifra señalada, la clepsidra cuaja. Mundos fenecen si es dable y no confuso. Mundos se trazan en indeleble tinta. Mundos se olvidan cuando es medianoche extensa. Mundos se conjugan o alían en una sola letanía.

Texto XX: Nada hay, salvo lo evidente. En la inmensidad silente, en el vaho existencial, solamente existe el Testigo Extenso, la voz que la eternidad limita, la savia que sustenta Yggdrasil. No olvida, ya que es anhelo. No cesa, ya que es verbo. No limita, ya que es existencia. No fenece lo que es eterno. No olvida, ya que es Testigo. No se quiebra, ya que es inalterable senda. Extiende un trazo indeleble en las infinitas y extensas Tierras.

Texto XXV: En las cifras del milenio, en el instante exacto, el 21:1 se vuelve valor insoslayable. Crisol y fragua, alwes y anhelos, valores y variables en la luz de la oculta semilla, en la tímida existencia.

Texto XXXI: JAH es la luz que existe. No se olvida, ya que inexorable Fiat. El 21:1 todo esfuma, excepto a JAH. JAH anhela y se yergue en otra existencia y tiempo. Es la luz que Yggdrasil solicita.

Texto: XXXIV: Existen Æonoides en la tosca clepsidra, en el quieto crisol, en la solitaria fragua, que a JAH ocultan o trazan. En la savia que cuaja, en inconclusa veta, en hifas innumerables, en la forma que anhela, cinabrio en ocre silueta, el valor exacto, la constante eterna, en excelsa plenitud, la ininteligible palabra se explaya.

El Extravertido, experto tejedor, contempla la silenciosa biblioteca. Un teseracto imposible, un imbricado pangolín, un inquieto caleidoscopio, un anhelo en eterno lienzo, una verdad a trastienda.

– JAH evita el olvido malsano, traza los limitados Æonoides y explica la ignorada clave. Nada se olvida, si existe el alwe eterno.

La clepsidra fenece el 2025. Fin de un limitado ciclo, y estilo que evidencia otro JAH.

Sin más deciros, J 25 A.

domingo, 3 de diciembre de 2023

In Extremis p. III

Arica – Chile                                                                                                                                                               26/11/23

Medio siglo atrás, lejos de Paihuano, el visitante, el silente tejedor, traza un anhelo y evoca una semilla. Eternidad en la silente fragua, clepsidra en la cifra indicada, claroscuro impenetrable, vetas y venas aliadas, oquedades inexorables, vahos eternos, estrato tras estrato e ilusorias y extensas tierras. En la co-ordenada establecida, lejos del horizonte quebrado, la vetusta y esquiva semilla vuelve a la vida.

– ¡Haceos anhelo e intrínseco valor! ¡Eclosionad! ¡Sed la luz que se invoca! ¡Volveos valor valedero e infinita leyenda! ¡Eclosionad! ¡Sed la voz que no se olvida!

Mirada en el horizonte, tez oscura, luz esquiva, trazo y manto, levedad en la tarde silente, trama e historia, venas y vetas, cinabrio en copal, hifas inquietas, eclosión en telúrica expresión. Estrato quebrado, tiempos múltiples en la solitaria clepsidra, estela y tejido, entretejida historia, que cobijan la extensión silenciosa. Nudo convexo, trazo inconexo, lienzo pleno, valor en el plexo y hallazgo en la avenida. Fósiles en los torcidos estratos, trama lítica, existencias olvidadas, huellas y lienzos, que nutren y trazan la eclosionada semilla. Mundos en la grava, soledad en el hastío, fosas insondables y lejos, en otros entresijos, variable y extensa, la tierra calma se mantiene inalterada e incorrupta. El pasado anhela el ahora, el ahora clama lo venidero y lo venidero se oculta tras un horizonte pétreo. Mundos olvidados, tribus extintas, venas y venas coaguladas, oquedades silentes y vías que llevan a otros tiempos. El visitante, vivaz tejedor, entiende que la luz que la semilla oculta, las venideras Tierras salvará. Mirada y savia, icor y leyenda, efigie y espada, lanza y obsidiana, cinabrio y madroño. Kai Kai y Tren Tren enlazados, Jörmungander bajo su alero, Fenrir desatado y Ragnarok pleno. Luego de extensa senda, entre estribaciones inconclusas, lejos de la ebria existencia, yace y se extiende la vetusta semilla. La co-ordenada establecida existe en el ahora, mas se extravía en los inconclusos ayeres.

– Buscad la sombra de las Tres Cruces, y la luz se revelará. Mirad lo alto, y veréis un imponente soto de tersa laja. Localización exacta de la olvidada y vetusta Yggdrasil.

Medio siglo atrás, lejos de la Estancia de Yapeyú, otra verdad se desenvuelve. Uadyet, eterna luz, experta tejedora, cobija, tranquila, la semilla del egipcio sicomoro. Extraña, otro linaje, ajena a los Tlaco-Cóatl’s, que son otros e invasores, evoca vagas historias. Mundos entrelazados, coexistencias olvidadas, insondables Fulgores que son levedad y materia. Mirada altiva, oscura tez, copal en obsidiana, icor que nutre la leve semilla. Múltiple, mas inmersa en la soledad de un alwe. Fractal que Tyson limita, traza u olvida. Linaje extenso mas extinto. Leve en el Tiempo, mas en la cifra de los eternos milenios. Forma en la forja del hombre mediano, luz en la extraviada vía y oscuridad en los ignotos e inversos territorios. Uadyet, traza su anhelo y la vida se yergue en la inhóspita tierra. Muchas encrucijadas, infinitas trayectorias, ocre en las aguas y cinabrio en el veneno.

– Tejo innumerables laberintos, ya que lo más importante es salvaguardar la semilla.

Contemplo una vasta e intricada secuoya, que es luz y extravío. Misterio que los horizontes limita, que la Tierra sustenta, que la existencia traza. Fractal que a humanos cobija y a otros extravía. Es clara la intención y pleno el testimonio.

Rescatad la historia que se oculta en los anhelos extraviados, en la oscuridad malsana, en los testimonios inconclusos, en las travesías desoladas, en los axis abandonados.

Sin más deciros, J 25 A.