Arica – Chile 11/02/23
“Mixtura telúrica, estrato tras estrato, imbricada extensión, vetas y venas ocultas, estrías y oquedades, quietud silente, trazo tras trazo, invariable verdad, en la quebrada solitaria, extraña existencia se explaya. Mirada oculta, crisol y forja, luz en el claroscuro interminable, estela y lienzo, ocre en el copal, copal en la eterna letanía y anhelos en la tosca silueta. Múltiple anhelos, eternas loas, alwes y almas en éxodo interminable. Mito en la oquedad, en la extraña veta, en la oculta vertiente, en el horizonte inverso. Misteriosa, silente en la quietud de los tiempos, que evoca otras tierras y anhelos. Existencia que conmueve, extrae o inquieta; que anhela u olvida; que evoca o maldice; que quiebra o extiende; que existe y vitaliza. Extraviada en la solitaria y quebrada semilla, en extensa hondonada, en la torcida senda, en la maltrecha villa, en el horizonte inquieto.
– Dadme lo que anhelo, alma que se oculta en la piedra.
– He llegado a este sitio, y sé que mis quebrantos concluirán.
Mirada, voz silente, que se oculta en la lejana y extensa Combarbalá. Misterio telúrico que es lítico trazo, luz que es elevación, tristeza que es llamado, silencio que es soledad y anhelos que se cumplen.”
“Melancolía en la estación, tristeza en el viento, un adiós a destiempo, un tosco boleto, una maltrecha maleta, una lágrima solitaria y anhelos en el olvido. Multitud en la estación, alwes extraviadas u olvidadas, exilio o éxodo, tristeza en el vagón e inquietud en la oxidada cancela. Múltiples anhelos, ideales e historias. Misivas quebradas, trazos en el cinabrio, ocre en la taciturna memoria, territorios extensos, oxidados aljibes, maltrechas ciudades, viento inquieto, caducos trazos en los entresijos del tiempo, fulgor que enceguece y abrasa, alwes y siluetas extensas y convulsas. Medianoche en la silente vastedad, trama en el oblicuo horizonte, extraña y telúrica escena, trazo que evoca otra existencia o luz y un zorro que lejos observa.
Melancolía en la otra estación. Millas y millas, tabla y óxido, trazo triste en la luz que se inclina. Muchacha, solitaria y silente, que anhela olvido o extinción. Malherida, violentada, humillada, excluida, llega a la estación de Combarbalá. Miedo, vista queda, extensa en sus quebrantos y leve en sus anhelos. Muchacha que solamente anhela olvido y cobijo.
– Dadme lo que anhelo, Mama-Kuna.”
“Múltiples, extensas tramas, totalidad sistémica, que explayan valores y variables excelsas, que vitalizan las tierras asoladas o las existencias caducas. Mediante invocación acuden o explican. Evaden tierras quebradas o territorios torcidos, trazando existencias y horizontes excelsos.
– Dadme valor y constancia, cobijo y consuelo, temple y convicción. Guiadme. Entregadme vuestro beneplácito y auxilio, ayakuna que se oculta en la piedra.”
Isaías 43:2 explica y extiende lo venidero, lo que se presiente. Meditad en las consecuencias y en lo alejado que estáis.
“– One way ticket – tararea una solitaria muchacha.”
“Mirada extraviada, tiempo caduco, tejido extenso, luz en la tortuosa senda. Mujer silente, experta bionauta, vuelve a la oquedad que vibra. Muchos años alejada, vuelve a la Existencia que le salvó la vida.
– He vuelto, luz que quiebra la piedra. Me entrego a vos y a la Tierra.”
Meditad, y terminad los trabajos. Más extravíos, exilios y víctimas vienen. Muerte que existe, y que también explaya.
Sin más deciros, J 25 A.
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