Arica– Chile 04/02/24
“Extremo en la cifra de la candela, luz en las vastas tinieblas, evidente en los esquivos y extensos territorios, trazo que el viento explaya o tuerce, crisol de elevados anhelos, cinabrio y copal en la hojarasca inquieta, extraño y expuesto, que trama y explica alwes extraviadas. Experto que evade las acres tierras, los horizontes inversos, las atestadas tumbas, los bajíos de cieno, las extintas ciudades. Flama que sublima las abyectas travesías, las innobles acciones, los ilusos credos, las intangibles blasfemias y las tóxicas alwes. Caronte rehúsa llevarlo, Cancerbero le teme y Hades lo evita. Miliciano que cruza con voluntad férrea las exiliadas u olvidadas tierras, y que evidente se traza en la luz que todo eleva. No lleva escudo y tampoco espada, ya que elevadas Esencias lo cobijan. Mártir en el leve horizonte, y Virgilio en las hondas tierras. Mirada inexorable, cinabrio en el iris expuesto, icor en las venas y arterias, voz y traje anticuados, leve huella, tez de hojarasca y copal. Mentor y equilibrio, hoz y tinta, que se traza evidente, si los bionautas se extravían. Múltiple en las otras e innumerables existencias, extenso en la estricta tierra e inquieto en el viento lastimero.”
“Bhasma en el viento, tinieblas en la tierra, luz torcida, evidente exilio, blackout extenso, y la Muerte terca e imperturbable. Muerte que es equilibrio, otra vereda, vida expuesta y otra existencia. Material ya que lo exige la Tierra, extrema en los anhelos y evidente en el hondo abismo. Nada la tuerce y la humanidad la esquiva. Mas es el equilibrio que integra todas las tierras y todos los tiempos.
Bhasma en las inclinadas vertientes, en la luz a trasmontano, en el vaho incierto, en las calles solitarias, en el asfalto calcinado, en la absenta esquiva. Miedo y viento desatados, cinabrio en la quemada extensión y en la luz que todo envuelve, tumultuosa travesía, y un can exhausto que anhela a su familia. El Misionero, axis y equilibrio, holla la ennegrecida acera, evade el tóxico viento, envuelto en invisible y tersa bruma. Kamanchaka que todo oculta, tuerce o envuelve, que evita lejanos o aviesos ataques, que eleva y cobija. Extiende su voz y el eco no olvida. Muchas alwes acuden a la invocación, que es evasión y exilio, extinción o trascendencia, travesía o Hégira, lid o credo, miel o hiel. En la cifra de la candela, en el extremo envés, en otra costa o lisera, invisible a los Fatuos, la extrema variable, el otro Caronte, luz en Flegias, excelso Mártir, evoca, una y otra vez, alwes olvidadas.
– No volteéis, ya que la savia se vuelve cinabrio o copal. No evoquéis el pasado, ya que las tierras colapsan. No anheléis el futuro, ya que todavía no existe. No contempléis vuestro reflejo en las tinieblas de Estigia, ya que tuerce todas las almas. Y, finalmente, ocultad vuestro linaje o etnia en la otra orilla, ya que la Muerte solo cobija a los que bautiza.
Bhasma en otra tierra, en otros eventos y encrucijadas. Clepsidra colmada, crisol y fragua, vendas y lamentos, en la vera de otro y venidero tiempo.”
Mártir en la luz de la candela que evitará vuestro eterno extravío. Halladlo en las tierras inversas, en las travesías inconclusas, en la savia lejana, en la estatua quebrada, en las misivas olvidadas, en la vertiente que silenciosa escurre, en la medianoche acuciosa, en la cifra del milenio. Muchas travesías y un solo puerto. Descifrad lo que aquí se vela.
“En otro sitio y tiempo, un hombre explica sus excelsas visiones. Galté, Jaime en la vasta e invisible extensión.”
Sin más deciros, J 25 A.
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