Más Allá de los Señores p. VII

Arica – Chile                                                                                                                                                              11/07/14

  

Una enseñanza se traza, una voz se revela, un vector se expone y lo que aguarda se expresa.

“Aguardan. Sé que aguardan. Anhelan. Sé que anhelan. Vigilan mi sendero y trazan mis palabras.”

Los que expresan los axis en todas las Tierras, son limitados por Vastos Señores que aguardan en la lejanía.

“Señores a veces mi alma trazan. A veces, extraviado en el Tiempo, inmerso en rutinas gastadas y jornadas eternas, trazo muchas aventuras y algunas travesías, e invoco a los que me anhelan. Los anhelo en demasía. Imploro su voz, su Alma y su Sentencia. Mi mediocridad mengua. Mi levedad se extiende. Mi ignorancia se rasga. Me extiendo en el más allá, en otros ángulos y vértices. Me planteo otra verdad. Me vuelvo un Extenso. Soy su reflejo y anhelo. Soy voz y Visión. Soy tristeza y alegría. Soy (R)evolución y Arque(o)tipo.”

Un Señor se vuelve vuestra Sentencia para expresar un valor o una leyenda. Integración que persiste hasta que el Servicio termine.

“Me olvidé. Dejé todo lo que me signaba. Me dije: «Son vanas tareas. Son verdades a medias. Son valores errados y designios torcidos.» Regresé a mi anterior vida. Volví a mi trabajo. Recuperé mis amistades y familia. Me olvidé de travesías, anhelos y Señores. Ahora soy un hombre normal. Soy lo que la sociedad exige. La verdad es expuesta. No existen los axis. No se expresan Señores en esta mediocre Tierra. Es una extensa mentira. Es algo que aletarga. Es una distracción. Es una vasta broma urdida por no sé quién. Nos mienten para que nos extraviemos. Nos alejan a más no poder. La verdad es muy simple: somos los que somos. No existe nada más allá. La muerte es la única seguridad. La religión y la política son amarga hiel. Todo lo que limita es perversión. Sigo y no me desdigo. Prosigo y no me extravío. Me extiendo y olvido. Renuncio a la estupidez y me vuelvo un yo verdadero.”

Uno traza su propio sendero. Quizá excelso, quizá torcido o quizá insatisfactorio. Uno se limita o expande. Se limita si algo anhela. Se expande si algo persigue. No diremos qué sendero seguir. Esperad que os anhele. Si os anhela, es vuestro sendero.

“Quise una vida simple y sin reveses. Y ahora soy un hombre ejemplar y no anhelo más.”

“Quise una vida simple y sin reveses. Y ahora vivo temeroso y sin ideales. Un hombre mediocre. Uno más en esta vasta inmensidad.”

“Quise una vida simple y sin reveses. Y ahora me reclaman las viejas Tierras y los antiguos senderos. No soy nada sin los axis. Son mi voz y quizá mi lamento. Mas no sé si a ellos volveré.”

“Quise una vida simple y sin reveses. Y ahora soy un Hombre Extenso.”

Vuelve el que vuelve. Se expresa lo ya escrito. Alguien aguarda a la vera del sendero, si un servidor regresa.

Esperan lejanos y próximos. Os anhelan. Son los Señores que vigilan, trazan y transcurren.

Seguid lo que vuestra alma anhele y exprese y no hay más.

“Una visión. Es una visión. Es un trazo y un fulgor. Quizá es Mafasca. Quizá es un Señor que es Visión. Quizá es vuestra Visión. Quizá es el Ojo que todo lo ve. Quizá sois vosotros. Quizá es algo que sólo sabe Ezequiel.”

Sin más deciros, J 25 A.