Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

sábado, 25 de octubre de 2025

Mala’ikah p. VI

Arica – Chile                                                                                                                                                             17/10/25

Huelga el temido viento, extiende avenidas la solitaria tierra, cuaja la luz en un olvidado tiempo, acerbo y cinabrio, ajenjo en la extensa jornada, velos que son alwes y alwes que explican exilios. Honda Huara, vetas y venas torcidas, hi(a)to en soslayo, trazo inconcluso, abrojo que inquieta, tierra de los horizontes extraviados, quieta absenta, vino que embriaga e interminables huestes. Mas el olvido clama injerencia, la leve vertiente traza exilios, y el tórrido viento explica otra Humagata. Millas en la trayectoria, y un solo veredicto: el olvido se invoca si la situación lo solicita. Finaliza la travesía, y la clepsidra fenece y el crisol sublima. Mundos y tierras confluyen, alwes y anhelos cuajan, tiempos y eones cristalizan, llantos y plegarias otras historias hilvanan. Medita Huara, y otras huellas se explican. Muy lejos, en otro tiempo, en otra Huara, otros traman otras idas y venidas.

Beleño y ortiga en quedo cáliz, cinabrio desleído, tinieblas exiliadas, hoz y honda hueste, lejana bahía, ajenjo en los labios, vetas y venas abiertas, tul que es tejido de yugo y abrojos, absenta en la eterna visión, pleamar y bajamar en los oscuros abismos, viento acre que todo abrasa y clama, heréticas leyendas, velo que hilvana ayeres, horizonte invertido, exhaustos faroles e interminables avenidas. M. C. Escher en la honda tinta y en la tenue estela. Múltiples hi(a)tos, largas avenidas y escalas y ventanales invisibles, que explican el hondo y oculto Mahanaim. Mirada tenue, octaedros enlazados, ecos y letanías en triste exilio, copal y hojarasca en el vendaval que llega, tiempos alternos y tierras extintas, luz a trasluz y Jacob en la otra esquina. Muerte en la hora quieta, en la oscuridad plena, en el eco que vibra, en la llama que fulgura y en la avenida que cruje. Crisol de linajes, atrio invisible, ilegible colofón, trazos en cinabrio e incorrupta tinta, huellas en el solsticio, fogatas en el equinoccio, llantos y lamentos bajo la vasta bóveda, leyendas e historias que cuajan y un libro que todo explica.

El Medi(t/c)ante, tul y vendaval, trazo en la estancia, luz que cuaja en todos los tiempos y en todas las tierras, extenso en la cifra indicada, hojea, lento y leve, el libro que todo explica o tuerce. Hiel y tinta en hojas intangibles, versos y versículos que todo trazan, verdades que consuelan o aterran. Mala’ikah, vertiente y horizonte, existencias que explican infinitas idas y venidas. Excomunión u obcecación, extravío o evasión, olvido o expansión, traman la historia jamás contada. Mastuerzo el que extravía o desoye lo que Génesis 28:17-19 oculta, ya que todo explica y eleva. Un solo 21:1 explicado y otros, ocultos tras velos, vendas y cardos: «Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas». Y otro linaje habitó la solitaria y endeble tierra: Génesis 6:4. Hifa interminable, vasta urdimbre, extensa malla, que configura a los otros, los infiltrados, los Caídos, los Innombrables.

El Medi(t/c)ante, entiende y consiente el venidero viaje y la insólita travesía. Exilio tal vez, zozobra quizá, victoria posiblemente. Un Hito que indica otro anhelo (otro 9/12 y otros Elevados), en la vida que le queda.

– La lid continúa ahora en esta quebrada tierra.

Colofón incierto: Revelación 12:7-9 y 21:1.

El Linaje de Iblís infiltrado acosa, y su venidera elevación anhela. Mas obcecados y elevados bionautas intervienen en la inexorable trama. Ni el (black/fall)out torcerá lo que es excelso y verdadero.

– Liberum et liberum.

El 9/12 (Hebreos 9:12) todo concluye y todo evoluciona. Murni Charicha y una interminable y estrecha avenida.

Sin más deciros, J 25 A.

sábado, 20 de septiembre de 2025

Werkén p. II

Arica – Chile                                                                                                                                                              18/09/25

Resuelta y envuelta, viento incesante, ocre y copal, trazos indelebles, voces quedas, en la torcida iglesia que Huara explica. Momentos extraviados, tinte en sepia, luz trémula, vetas y venas ocultas y hondas, eterna hojarasca, telúrica trama, tinieblas y alwes enlazadas. Indisoluble tinta, tabla tras tabla, inconclusa leyenda, e infinitas existencias y avenidas. Misteriosa huella, tul que es estela, velo y mortaja, largas trenzas, tiara de madreselva y azahar, y anhelos que jamás se olvidan. Mirada extraviada, lejana y extensa, oculta y expuesta, que anhela e inquiere. Horizonte altivo, avenidas de salitre y cinabrio, torcidos árboles, hiel y absenta en la extinta botica, y una iglesia que jamás olvida. Muerte ataviada, otra voz e infinitos semblantes, que explica y traza historias caducas y verdades furtivas. Medianoche, hifa silente, trazo que es estela, y la Muerte en la cifra de la querella.

Havisham, honda luz en la afrenta, hiel y beleño, cicuta y ajenjo, copa de absenta y exilio, que todavía viste de azahar y madreselva. Mortaja en la hora queda, injusta estafa, estática intención, abyecta misiva; clavicordio quebrado, teclas insensatas y trémula música; velas extintas, vetas e hifas en caótico avance, alimañas e infecta estancia. Havisham alza la voz, y todo se vuelve olvido y llamas.

Bradamante, luz indomable, vendaval que es cilicio, trazo abstracto, velo eterno, valor en la lanza herida, honda aflicción, veneno en la leve hiel, tejido huraño, elevada existencia que subsiste en todos los tiempos y en todas las tierras. Mirada lejana, eterna cohorte, exiliada y extensa, que holla las tierras tras las tinieblas. Bradamante en la tinta trémula, en la avenida inconclusa, en las leyendas que olvidamos, en el eco que todavía titila.

Ofelia, luz extraviada, tul en la vertiente oculta, trémulo hilo, absenta y sauco, tranquila y externa, vestida de cristal y mortaja. La Muerte la cobija, el viento la explica, el exilio la traza y los olvidos la tejen. Mirada vacía, silente Náyade, velo que es estela, trenzas que enlazan el torcido salguero y el lejano copal, triste quebranto, en inquieto lecho, en honda aflicción, en eterna travesía, existe lejos y quizá. Medita Ofelia en el 21:1, en Revelación 3:11, en Hechos 7:30 y en la brecha de los tiempos.

Novia, luz en la interminable vía, velo cinabrio, eterna estela, tez exangüe, tul entretejido, viento y quebranto, quebrado fanal, que todavía anhela en las encrucijadas de Azapa. No fenece lo que la Muerte rehúsa. Existe todavía a la vera del camino, ataviada de azahar y olivo, tentando a la Muerte y alejándose de la Vida.

Resuelta y envuelta, la inquietante Muerte holla la lúgubre iglesia de Huara. Medita en la honda tristeza. Múltiple en todas las Tierras y Tiempos, extensa y eterna. Muchas verdades en la vaga Huara, que tejen otras idas y venidas. Havisham, Bradamante, Ofelia y Novia: tinieblas y llamas que expresa la venidera y lejana Muerte.

Huara ya termina. El Testigo evade los tiempos, y vuelve a su ciclo. Hecho plasmado en Hechos 2:1-4. Medita Yggdrasil en Piedra Colgada, y teje valores y verdades. Múltiple e impasible, lejana y torcida, expresa lo que oculta el alwe precisa.

Trazo en la savia, línea tras línea, hoja tras hoja, tortuosa madera, y la verdad se explaya en la solitaria extensión. Yggdrasil, mundos que convergen, se traza y explica en la vasta Copaquilla.

Los viajeros, los tejedores sistémicos, solo se trazan en las sendas de la Tierra. Juan se expresa en Joel y Joel se expresa en Juan. Inversos valores e historias que Yggdrasil teje en la solitaria Copaquilla.

Lienzo ocre, muchas sendas, Luz Quebrada, hoja tras hoja, Joel 2:31 a la derecha y Juan 1:32 a la izquierda.”

Sin más deciros, J 25 A. 

domingo, 24 de agosto de 2025

Medianoche p. XVIII

Arica – Chile                                                                                                                                                              16/08/25

Metáfora en la hora queda, luz en el silente trasfondo, anhelos en el oculto cigoto, hiel y herrumbre en extensa tierra, torcidas avenidas, leyendas e historias inconclusas, vino en la tosca clepsidra, hálito en la quebrada, vientos de obsidiana y cal; y olvido en el venidero exilio. En la honda y hosca quebrada, en la huella que deja la hoguera, en la ofrenda que tuerce la lápida, existe todavía la olvidada vereda. Muerte en la hora intangible, en la tenebrosa caleta, en el ocre odre, en la triste viña, en las vetas y venas que trazan a Locumba y Huara. Muerte explica el venidero éxodo, la vieja y olvidada Huara, la lluvia de lava, la fractura de Chile, la güestia silente, las otras Comalas y el otro 21:1.

Minutos traicionan horas, tiempos vuelan, tierras caducan y alwes se olvidan. 21:1 que explaya otras leyendas e historias, otras verdades y tierras, otros anhelos y olvidos, otras voces y herejías. Mitos traicionan verdades, luz en el ajado libro, vaticinio cumplido, efigie que sublima cinabrio y obsidiana; y voces, y voces, que jamás callan. Muerte que traiciona, tergiversa o explica, bajo la luz triste de una farola. Medita la hiedra en la lápida enmohecida, teje la madreselva anhelos y torturas, hilvanan los abrojos tortuosas avenidas, tuerce el beleño las elevadas intenciones, y fenece la cala en el aislado y oxidado quirófano.

Huara invoca, si el Testigo llega. Huara fenece, si la luz prevalece. Huara se extingue, si Ofragía se eleva. 14/09 en la hora queda, tiempo que traiciona leyendas, tinta en verso o versículo, ocre en el llanto, cinabrio en el vino, vahos y tinieblas, tensión en la vetusta iglesia, vitrales que extienden otras y elevadas tierras, tinte oculto en la tétrica visión; telarañas e hifas que tejen otras historias, bajo mohosos tablones y olvidadas cadenas. Milla que trasciende, oraciones desleídas, iconos ciegos, cadalso que es altar, y una llama que todo tala. Muere Huara, y eclosiona Ofragía. Misterio en la hosca tierra, en la abandonada estación, en las coexistencias enlazadas, en la lluvia que llama, en los abrojos del pedregal.

Yggdrasil llama el 14/09. Hiel en la tierra, luz en el alma, venas y venas que tejen otra travesía, y un cigoto que ignora el olvido. Hálito que vitaliza, voces que llaman, alwes que anhelan, vertientes ciegas y un llano que invoca. El equinoccio es el justo tiempo para que eclosione la justa semilla. Confluyen los vientos y el axis trasciende. Medita el alwe en el Llano de Varas, hasta que venga el venidero equinoccio. Horizonte que refleja la vasta existencia, la voz y la luz que trama Yggdrasil.

Katakos en la huella que plasma Locumba. Hiel en el humor que hilvana el vetusto frontis. Hollan los katakos otros tiempos y coordenadas, en anhelo de otro 21:1.

– ¡Invocadnos, y acudiremos!

Id e invocadlos. Invocad a los Videntes, a los Infantes del Por-Venir, a los que todavía no existen mas existen. Id e invocadlos, para que se vuelvan verdad y trascendencia, vector y vértice, aliento y anhelos.

Me visita una añoranza toda vez que la tristeza me embarga. Recuerdo las avenidas atestadas, los jóvenes rumbo al colegio, las madres preparando la cena y los hombres inmersos en sus desvaríos.

No existe, ya no existe nada, ni siquiera un susurro o un latido. La estirpe de los hombres se ha sumido en el largo silencio que es el olvido. Nadie los recordará. Nadie sabrá siquiera que existieron. Huella que leve brisa, inmisericorde, borrará.

c01 = En la tierra de Huara.

c02 = En el caos de Locumba.

c04 = Bajo la veta torcida que existe en Piedra Colgada.

c03 ya no existe, ya que holla otra avenida. 1 Tesalonicenses 3:3 en el justo valor. No facturas ni deudas.

Sin más deciros, J 25 A.

sábado, 2 de agosto de 2025

Medianoche p. XVII

Arica – Chile                                                                                                                                                              27/07/25

Medita el tiempo en otras existencias, la luz explica lo que la historia oculta, tierras en el olvido o desidia y un Testigo que transcribe lo venidero. Medianoche en la tierra de la Nada, huestes en eterna marcha, trazos en el hosco firmamento, vientos de cinabrio y obsidiana, y lejos, vigilando todo, elipsoides y helicoides anhelan. Mediatez en la honda placenta, en la telúrica acequia, en la torcida casona, en la invisible existencia, en la luz que todo vela. Muchos vuelven, otros caducan. En la extensa quietud, en inhóspita tierra, el alwe de Yggdrasil, inquieto y expectante, evoca e invoca otros tiempos y otras lides. Múltiples existencias convocadas y conjugadas para la travesía final. Mueren los últimos lamentos en la clepsidra, el viento quiebra los vitrales de la iglesia de Huara, vetas y venas traman historias y leyendas en la extrema y solemne quietud, ya que el Todo medita en el 21:1.

Medianoche en Huara, tiempos e historias enlazados, alwes entretejidas que invocan un lejano Testigo. En la luz quebrada, en otros tiempos, en tierras quedas, el Testigo explica otros eventos y traza otras historias. Monje evitando una invasión: vastas existencias transubstanciales. Inteligencias ininteligibles externas que evadieron las fronteras existenciales. Militar altivo en elevadas batallas evitando el caos de Nazismo. En otras tierras y existencias, todavía existe la luz torcida que deja la esvástica. Mujer que invoca a los otros, a los Elevados, y que extienden lazos inquebrantables. Un Testigo en la soledad y una voz que oculta el loto. El No Vidente, hijo de la inexistente luz, traza eventos en hojas copal o braille. Hetaira en la lóbrega avenida trazando elevadas travesías que solamente los bionautas entienden. La Muerte existe ya que es el equilibrio que solicita Yggdrasil. La impulsiva que es Suicida entiende lo que las Moiras tejen. Multiplicidad en los eventos. No obstante, una compleja y sola finalidad: evitar eventos aciagos y trazar otras verdades y avenidas, tejiendo un 21:1 leve y olvidable. Pronta la madeja, y el tiempo ha terminado.

En la lejana Huara, extraviado sextante, bajo el alero de vastos Elevados, la larga travesía termina. Contratos y viejas promesas concluyen. Hermandades y alianzas caducan. Todo termina bajo la luz del Testigo, bajo la estela que deja la quebrada cruz. Está escrito, y lo escrito se cumple.

No olvidad: «Almas entrelazadas, presiento vuestra verdad. Me inquieto mas no desespero. Regresarán en el justo momento para finalizar la travesía. Las invoco, las presiento. En el porvenir anhelo, en el 21:1 me defino y en la inmensidad me diluyo. Almas pretéritas, las invoco. Ayúdenme a olvidar o recordar, expandir o menguar, rescatar o exiliar. En muchos ayeres me extravío, en diversos Tiempos me sitúo, para preservar los instantes primigenios. 1905, 1925, 1945, 1965, 1985, 2005 me invocan y expresan. Un testigo soy en los ayeres, en los ahoras, en los porvenires, en las Tierras que se olvidan o recuerdan.»

Muere una travesía e Yggdrasil vuelve de las cenizas. Todo se conjuga y olvida.

Septiembre, 1925. La mujer aguarda lejos un momento y un anhelo. Espera silenciosa bajo una sombra tortuosa, respira lento el perfume de las retamas. Insiste en estar alerta. Insiste en repasar una y otra vez las charlas antiguas. Tiene absoluta certeza que la verdad, los elevados anhelos y la solidaridad su vida señalan.

 20:13 tangible en Génesis, Revelación y Jeremías. Tema y conjuro, luz en las tinieblas, vacío y silencio.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 7 de julio de 2025

Medianoche p. XVI

Arica – Chile                                                                                                                                                              22/06/25

Echos en el eco quedo, tierras en tinieblas, quebrado horizonte, voces olvidadas, trazos que son alwes y verdades que vuelven. En la costa quebrada, en un tiempo alterno, tras acre viento, todavía Gatico subsiste. Mortandad en la vasta extensión, en la aviesa avenida, en la inconstante quebrada, en el estrepitoso aluvión, en la tierra intermedia, en la hueste oculta. Mella en la vasta estancia, escaleras en hondo olvido, ventanales que observan tenazmente, vetas y venas de cinabrio y cal, trama que atrapa y aniquila, hiel en el laxo hálito, anhelos que el viento desgasta y tul que es trama y bruma salina.

Medita el tiempo en la hosca quebrada, en la atestada taberna, en la luz taciturna, en las tumbas olvidadas, en el quiebre de un momento. Muerte existe oculta, leve en la triste tonada, intangible en el credo y en la suplica, obvia en la avenida quebrada, inmaculada en la vetusta capilla. Muerte que anhela, invoca o explica. Evidente en los tiempos laxos, en las lluvias estivales, en la velada esclavitud, en la honda tempestad, en los territorios expropiados y en la acre vertiente.

Medianoche, trazo de cal, luz en sepia, levedad en la honda tierra, alwes y anhelos en eterno exilio, historias y leyendas en ocre letra, testamento y herejía en turbia tinta, estilete que hiere y hiel en la extraviada losa. Medita la luz quebrada en lo honda semilla, invoca el tiempo otras lides, traza el exilio innumerables vías y encrucijadas y el ignoto Iblís en la esquina de los eventos. Heredad en la casta tierra, extraviada en los olvidos, que esquiva las elevadas verdades y las hondas súplicas. Talmud en el esquivo almud, ingrata unidad, que la hifa alterna oculta. Medita el tiempo en las tierras que ya no existen, en los extintos linajes, en los tergiversados textos y en la luz que es Yggdrasil. Explica lo venidero, lo que las Moiras lentamente tejen, lo que la humeante obsidiana evoca.

Muerte traza eventos y verdades en todos los tiempos y tierras, evidente en la luz que fenece, en la tosca tierra, en la avenida silente, en la hosca Tocopilla, en la lid oculta, en la solitaria Pisagua, en la inversa llanura. Lota, trazo en esquisto, vetas y venas de carbón, telar multiétnico, insondables hifas, alwes que meditan, cinabrio en el estático tiempo, voces incesantes e inconclusas súplicas. 1954, tragedia e historia, y alwes que invocan o claman su liberación. Muerte que evade las consignas establecidas, las inciertas querellas, las elaboradas tretas y los ocultos intersticios.

Medita el tiempo en la vieja vitrola, la cual trama y teje elevados anhelos e incontables historias. Música en la hora queda, en la inconclusa tragedia, en el cinabrio que lento avanza, en la obra que la Muerte compone. Comala en el inverso de Pisagua. Mas no fenece lo que es eterno.

– ¡Elevaos! ¡Dejad el olvido! ¡Lazaros, elevaos! ¡Marchad a la lid que se traza!

– Muchas avenidas existen en esta avenida.

– Misterio que la vitrola intuye o extravía.”

1 Reyes 17:22 en las alwes que existen en copal, cinabrio, carbón y salitre. Medita la Muerte en la extensa tierra, en la honda existencia, en el lento tiempo, en la luz que el hoy quiebra. Medita el tiempo en el oculto Yggdrasil, en la tragedia de Iblís, en la vetusta iglesia, en la voz que la lid teje.

Meditad, y encontrad lo que este escrito vela.

Sin más deciros, J 25 A.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Mala’ikah p. V

Arica – Chile                                                                                                                                                              18/05/25

Media luz, tinieblas y vahos, extenso litoral, tosco viento, ilimitado horizonte, historias que trascienden, torcidas veredas, hosco hálito, tristeza en el hondo salitre, trazo en la estancia queda, clepsidra en la hora quieta, inquietas flamas que el tedio invoca y encrucijadas en eterna congoja. Medita el tren en la honda quebrada, teje quimeras y leyendas la imbatible barca, traza lides y exilios la triste caleta, e inquietas alwes anhelan otra Comala. Misterio que teje la incomprendida Ifigenia. Historias enlazadas, aviesas intrigas, imbricados templos, hi(a)tos transversales, inexpugnables veredas, elevadas artes y ocultos valores. Efesios 4:8 que invoca o limita la cautiva y exangüe Tocopilla. Mejillones en la otra vera y una vitrola melancólica en Pisagua. El Norte oculta o vela infinitas aberturas o hi(a)tos, que intrincados valores transitan. Génesis 28:17 bajo el pétreo alero, entre lo que ha sido y lo que vendrá, en yuxtaposición perfecta. Murni charicha que concluye entre extintos bosques y olvidadas vertientes. Kali-Mudra en la inconclusa estancia, en las extensas tierras y en el inquieto aleph.

– Existen mundos en los entresijos del Tiempo, que tienen sus propias leyes y verdades.”

Múltiples ecos, trazos en hondo sepia e inconclusas frases. Mixtura extrema y evasiva: otros horizontes, otras tierras y otras historias. Maleficio en la otrora epopeya, luz de cinabrio, acres vientos y lágrimas de libélulas. Muchas historias en las tinieblas lejanas, en el tiempo extinto, en la otra esquina, en el olvidado texto. En aquellos tiempos, solo inquietos y vivientes ecos las extensas tierras hollaban. No esquivas alwes, mas bien Echos materiales. Mixtura evasiva, eterna etnia, los Primigenios ocultos, otro Yggdrasil y otra Hégira. Mundo entre muchos, coexistencia alterna, evidente y externa, que todavía existe entre los infinitos Tiempos. Muchos Echos hollan tierras intermedias, y otros Judas 1:6 explica.

– ¡Dejad las limitadas tierras y los tiempos caducos! Hallad el horizonte que queda tras la espesa niebla.

Echos que vuelven hoy a hollar las leves tierras. Múltiple faz, honda quietud, queda luz en el escueto horizonte, espejo o eco articulado y humeante, que teje y desteje venideras travesías. Echos que evaden edictos y lemas con elevada inteligencia, y que solo buscan proteger las tierras olvidadas.

– ¿Es el libro que buscamos, Maestra?

– Exacto, hijo. Es el Libro de los Mensajeros (Mala’ikah) Exiliados.

– Las tinieblas y el temor se avecinan. ¡Tomad el libro!

Misión en la hora oculta, en honda quebrada, en el hito trazado, en la tétrica avenida, bajo exangües farolas, lejos de Tocopilla y en ella. Mejillones y Pisagua atados a un tiempo alterno, a otra coexistencia, a otro mundo y a otra leyenda.

No todos vuelven a vosotros. Muchos hollarán el extravío. Yggdrasil evade la corrupta hiel y el tóxico cinabrio.

Sin más deciros, J 25 A.

viernes, 18 de abril de 2025

Mala’ikah p. IV

Arica – Chile                                                                                                                                                              12/04/25

Medianoche en la incierta tierra, inquieto viento, triste historia, voces quedas, trazos ocultos e invisibles hebras en lejano firmamento, inconcluso horizonte, torcidas e imponentes construcciones, hollín y brea en extensa avenida, exangües y quebradas farolas, luto en la honda tragedia e intemperie en los yermos anhelos. Mirada hosca en las aviesas tinieblas, húmeda luz en solitario cadalso, cinabrio en el flagelo que intimida, vitrales humeantes, templo maltrecho, óxido en la copa maldita, hiel en el vino y tóxico quebranto en la pila bautismal. Extensa extinción en la quieta tierra, telúrico evento, cruenta batalla, vil contagio, hi(a)tos a la luz de los eternos exiliados. Yggdrasil entre abrojos y esquirlas, existe y padece, tal testigo atónito, la maldición de los Inmortales. Mundo alterno, evidente y extenso, que existe y vela en Chile. En la clepsidra olvidada, en el sextante oxidado, en el calendario ajado, todavía prevale 1932.

21:1 en los anhelos de Lot, vetas y venas en la telúrica hifa, herencia de los Elimas exiliados, constancia de Tobías y consuelo en el alma de Job. Tesalonicenses 2:4, que limita la instancia externa, bajo el arbitrio de otros Elevados, que anhelan otras tierras y otros eventos. Eco que se extiende en todas las tierras y existencias, en todos los tiempos y anhelos, en todas las invocaciones y letanías.

Mas los hi(a)tos evidentes se explican, en los tiempos trazados, si se conjugan eficientemente los múltiples astrolabios. Entonces, solo entonces, las sendas se explayan y las tierras se alían. Medios o avenidas que hollan eternos viajeros, lúdicas formas, extraños tejidos, hondos anhelos e intensos valores. Murni charicha en la tétrica avenida: vuelve la luz que la Muerte evita.

Mirada honda, oscuro tul, infinitas e inquietas caretas, tez multiétnica, ocelos de brea y obsidiana, leve mueca, sibilante voz, extensa cabellera - hebras o hilos de copal y liana -; a veces, eterno y otras veces efímero; hombre y mujer y quizá, envuelto en anhelos y desafíos. Nómada incorregible, eterno viajero, que holla todas y algunas tierras. Medianoche, tinieblas en la calzada, otra existencia y otra tierra, lejana Tocopilla, hiel telúrica, inconclusa clepsidra, tiempo alterno y otro hito en 1932.

– He vuelto luego de incontable tiempo.

Mas otra tragedia existe, invisible, expectante, vigilante e intensa, que la clepsidra contiene u oculta. Millares de alwes en eterno exilio, llamaradas y trazos en el lejano horizonte, tóxico viento, tal vez un conflicto extendido o una batalla limitada. Mas el Nómada, vidente de otra existencia, eterno viajero, existente en todos los ahora, teje otros anhelos y evade aviesas intenciones. Explica lo venidero, lo que oculta la vetusta Tocopilla.

Mirada en la mirada, tul de lirio y hojarasca, vahído en la intensa luz, y una temblorosa joven que pregunta: «¿Quién sois?»

– Soy Hank, el Fugitivo.

Mientras lejos, lejos de Yggdrasil, lejos de las múltiples avenidas, el viento evoca “I've Been Everywhere”

Medianoche en la incierta tierra y en las exiliadas y olvidadas alwes.

Sin más deciros, J 25 A.

domingo, 16 de marzo de 2025

In Extremis p. X

Arica – Chile                                                                                                                                                             15/03/25

Exilio en la honda tierra, tensión en la tormenta lejana, tortura que no ceja, tinieblas y tristezas en la hosca extensión, tumbas y túmulos extraviados, quebrado horizonte, levedad en la avenida quieta, laxa luz en los húmedos ventanales, helada hora, extinto crisol, inquieta clepsidra; y un juglar de otro tiempo. Metódico y avieso en todas las coexistencias, tinte en la abstrusa leyenda, extenso si la luz fenece, trazo de imbricados atardeceres, haz que vela elevados anhelos, trama que atrapa o exalta, telúrico evento, eco en la silente hifa, vetas y venas trastocadas, hiel en la oculta oquedad, excéntricas siluetas en la oscura laja, huellas en la aviesa soledad, y alwes atrapadas en cinabrio o copal. En el equinoccio exacto, tras viento inclemente, lo extraño y evidente, lento, cuaja. Iblís que lejos existe, y que traza exilios en la tierra de los olvidos. Metal en el tratado convenido, cuajo en la ballesta silente, telaraña en la hifa que todo invoca, vetas y venas que estilan cinabrio y antimonio, llanto y quebranto en los olvidados suburbios, torcidas higueras y vetustos viñedos. En las tinieblas que no fenecen, bajo el arbitrio de otras leyes, en eterno exilio, la voz que es eco vengativo todavía prevalece. Miedo en la avenida esquiva, en la oculta oquedad, en la triste estación, en el yermo cauce, en las leyendas que extravían.

Copal en hojas quedas, hiel y libélulas, ibis en lenta evasión, invisibles huellas, extraño y extinto astrágalo, volutas de beleño y acacia, tinieblas en la quieta brea y en la tosca obsidiana, urdiembre que todo involucra o excusa. Hondura en la eterna trenza, en la laxa tarde, en la subterránea hifa, en las invisibles vetas y vertientes, en el sino de Mabon. Mixtura en la evasiva tierra, en la lozana quebrada, en el jade que cuaja, en el horizonte incierto. Nómada de extensos atardeceres, juglar de infinitos tiempos, luz en el otoñal velo, itinerante, inquieto buhonero, invasivo viento, húmeda y solitaria cigarra, y tonada que entristece. Mabon que todo concibe, traza o interpreta. En la luz de la oculta halada, en el torcido tronco, en la esquiva hiel, yace el perdón o la venganza.

Milicia y tregua, traición y venganza, hiel y cicuta en las extraviadas alwes. Exaltado corvo, trazos y levas de cinabrio y ajenjo, abrojos y estiletes en la tóxica tierra. En la cifra que traza la abstrusa clepsidra Génesis 4:11 se explaya; en las losas olvidadas la historia oculta subsiste; en la invisible vertiente caballos y soldados beben; en la luz que existe lejos, entre vetustos y torcidos follajes, la Muerte se yergue. Mutis lejano, telúrica trama, tortuosa leyenda, hiel y brea, y un hilo que lía vetustas o venideras alwes. Iblís en la flama de la oculta semilla, y el inquieto Mabon en el anverso. Yggdrasil oculto, Fenrir en el exilio, Mmir en tierra yerma, Nidhug extinto y todos los Elevados, en la luz que existe tras la vetusta y fósil semilla. Mas la luz se vuelve tinieblas y brea, si aviesos anhelos la invocan. ¿Iblís o Mabon en la tierra que a Yggdrasil anhela? En el instante eterno, en la encrucijada exacta, en la torcida avenida solo existe una sola trayectoria: Revelación 21:1 o Isaías 24:1-23.

En el antes, entre trazos y vías, cualificad el oculto cigoto. El tiempo elije Yggdrasil de cinabrio o jade. Yggdrasil que velará todos los horizontes, todas las tierras, todos los tiempos y todos los firmamentos. Estilo y tinta, ocre en sepia, ibis en lenta evasión, hiel en excelso óleo, horizonte interminable en todas las tierras, y evento excelso en la inconclusa travesía.

Murnicha charicha en la tétrica avenida, y una vitrola que exangüe existe en Pisagua. Esperad la luz quebrada y el viento que todo olvida. Existe la llamada y el exilio. Muerte en lo lejano y luz en la avenida de otro tiempo.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 24 de febrero de 2025

In Extremis p. IX

Arica – Chile                                                                                                                                                              23/02/25

Niebla en la extensa tierra, honda quebrada, inquieto tumulto, extravío y tristeza, quejido e inherente cinabrio, levedad en la mortaja, quedo vaivén, anhelos quebrados, torcido y avieso jifero. Entre elevadas quebradas, ocres valles, inciertos estratos, yace, exangüe e inerte, el oxidado Goliat. Hiel en la oculta estación, inconclusas estelas, invisible vertiente, inextinguible llanto, hiato en el hito, eterno éxtasis, tiempo quebrado, travesía alterna, alwes atrapadas en brea y copal, y volantes que explican las obras de la Unidad Popular. Nergal desatado, turbio basilisco, trazos de hojarasca y miel, brecha en la quebrada, vidas y anhelos en eterno exilio, telaraña o tejido que contiene o atrapa, y lejos, en atávica historia, Yggdrasil, lento, agoniza. Micelio que trasciende, vetas y venas en la tenue tarde, herido y maltrecho tren, e hifas que corroen alwes. En la clepsidra intacta, en el tiempo caduco, 1971 jamás se olvida. Tul y luto en la triste tierra, beleño y ajenjo en la tenue vertiente, cal y asbesto en el irascible viento.

– Muchos muertos en el accidente ferroviario.

– Perdí un hijo y una sobrina. Fatal tragedia que enlutó a muchos.

– Tengo la absoluta certeza de que mi hijo vive. Existe, y todas las noches me visita.

– Fantasmas que transitan, silenciosos, la inundada y tenebrosa estación.

Noble tul, cloroformo intenso, incorrupta lejía, intangible temor, voces quedas, tóxico moho, torcidas curetas y cinabrio en alcohol. No ventanas, oculta entrada, exigua higiene, libre intención, quejumbrosa camilla, escaleras torcidas e inestables peldaños, extravío y tristeza en la inexistente losa, trazos y heridas en la brutal extinción. Medea tosca, infecunda tierra, vetas y venas abiertas, queda melancolía y extensa tristeza. Mirada que es olvido y voz que es inconstante viento. Mentira que a Medea tuerce y a Ofelia invoca. Mil huellas que hollan la quieta e intangible tierra.

Muchacha que transita tierras inconclusas, caducos tiempos e invisibles avenidas. M. C. Escher en la honda tinta y en la tenue estela. Medea contrita que traza olvidos y elevados eventos.

Mira la vasta extensión, y exclama: «Medea ha muerto, solo existe Marina.»”

Marina en el tiempo exacto, luz que es flama, infinita y elevada, hija leal del incognoscible y excelso Ashur, que existe en la inquieta Paihuano. Madre de todos los olvidados, extraviados y extintos.

– Rescatad a los olvidados. Juntad a los extraviados. Resucitad a los Lázaros de antaño.

Marina cobija el endeble e impoluto cigoto. Existe en todas las tierras, en todos los tiempos y en todas las verdades. Llamadla, ya que es hondo anhelo y elevada travesía.

– … y si me quieres encontrar, búscame – cantan Sergio y Estíbaliz.

Ocultad la semilla bajo el torcido Yggdrasil, bajo la luz quebrada que exhibe el plenilunio de cinabrio. No es el fin de la travesía, ya que el tiempo teje otros eventos. Muchos Yggdrasil en la tosca tierra invocan la quieta semilla.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 17 de febrero de 2025

Werkén p. I

Iquique– Chile                                                                                                                                                            10/02/25

Lot en la aviesa estela, trazos en el laxo horizonte, tristeza queda, hondas aflicciones y extensos anhelos, hiel en la veta oculta, soledad en la ocre savia, voz en la múltiple avenida e historias que vuelven y vuelven. Lot en la cifra exacta, en el tiempo lastimero, en la horca torcida, en la oscura higuera. No explica lo inexplicable, lo que la llama oculta, la savia lacera y el tiempo ajusta. La Muerte es justa, hosca y austera. No explica lo evidente, lo que el alma entiende. En el hondo sigilo, en las inexorables tierras, en las avenidas torcidas, en los valles quebrados, la Muerte existe y se explica. Lot en extenso terreno, en honda meditación, en zafia hazaña, en tenso éxodo, en lejana explanada, contempla la llegada de los Heraldos de la Muerte.

Micelio en la huella silente, vetas y venas en la honda quietud, tristeza en la tosca tierra, luz húmeda en el eterno crisol, quebrada clepsidra, tinieblas en la existencia y vahos que trazan o traman exilios u omisiones. Heraldos que ajustan o explican los anhelos de la Muerte. Evidentes en los tóxicos vientos, en las tenues tierras, en las vacías huesas, en las hondas tinieblas, en las solitarias avenidas. Hiel y cal en la savia oculta, en la voz de los Heraldos, en el intangible verso, en la luz trémula, en el villano que a Job tuerce. Mitad tejido, extensa e imbricada telaraña, turbia e inquieta estela y vahos que traman informes figuras. Queda voz que tienta o extravía, que atrapa o extiende, que quiebra o pliega. Lot en la silueta de Job, y Job en el temible tirano.

Heraldos en las limitadas tierras, en las hondas quebradas, en las aviesas tinieblas, en las convulsas vertientes, en los tóxicos vientos. Flama en el equidistante templo, tablas y tablas, vetas y venas torcidas, endeble estructura, hiel en copal, óxido en la hondo llanto, estelas de hojarasca y cinabrio, y alwes atrapadas en un tiempo alterno. Belial en la hermética estancia, inconclusas travesías, corruptas historias y aviesas leyendas, luz exangüe que vitaliza la Huida de los Exiliados. Heraldos en la trama oculta, en la tinta telúrica, en la intensa llama, en la tenue existencia, en la voz queda, en la honda tristeza, en la medianoche justa.

Lot explica la trama de Tobías, y Tobías se explica en la tosca tierra.

¿Qué ves, hija mía?

– Veo una lid interminable y letras en llamas que explican: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dijo el Señor de los ejércitos.»

Heraldos existen en la latitud que visitáis. Llamadlos. Lot cerca de Iquique y Job en la invisible vera. No hay tinieblas si la luz os lleva. No hay travesías si los anhelos flaquean. No existe un tiempo justo si el sextante se olvida.

– Somos los Heraldos de la Muerte, y que la Muerte se haga presente.

Sin más deciros, J 25 A.