Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

domingo, 16 de marzo de 2025

In Extremis p. X

Arica – Chile                                                                                                                                                             15/03/25

Exilio en la honda tierra, tensión en la tormenta lejana, tortura que no ceja, tinieblas y tristezas en la hosca extensión, tumbas y túmulos extraviados, quebrado horizonte, levedad en la avenida quieta, laxa luz en los húmedos ventanales, helada hora, extinto crisol, inquieta clepsidra; y un juglar de otro tiempo. Metódico y avieso en todas las coexistencias, tinte en la abstrusa leyenda, extenso si la luz fenece, trazo de imbricados atardeceres, haz que vela elevados anhelos, trama que atrapa o exalta, telúrico evento, eco en la silente hifa, vetas y venas trastocadas, hiel en la oculta oquedad, excéntricas siluetas en la oscura laja, huellas en la aviesa soledad, y alwes atrapadas en cinabrio o copal. En el equinoccio exacto, tras viento inclemente, lo extraño y evidente, lento, cuaja. Iblís que lejos existe, y que traza exilios en la tierra de los olvidos. Metal en el tratado convenido, cuajo en la ballesta silente, telaraña en la hifa que todo invoca, vetas y venas que estilan cinabrio y antimonio, llanto y quebranto en los olvidados suburbios, torcidas higueras y vetustos viñedos. En las tinieblas que no fenecen, bajo el arbitrio de otras leyes, en eterno exilio, la voz que es eco vengativo todavía prevalece. Miedo en la avenida esquiva, en la oculta oquedad, en la triste estación, en el yermo cauce, en las leyendas que extravían.

Copal en hojas quedas, hiel y libélulas, ibis en lenta evasión, invisibles huellas, extraño y extinto astrágalo, volutas de beleño y acacia, tinieblas en la quieta brea y en la tosca obsidiana, urdiembre que todo involucra o excusa. Hondura en la eterna trenza, en la laxa tarde, en la subterránea hifa, en las invisibles vetas y vertientes, en el sino de Mabon. Mixtura en la evasiva tierra, en la lozana quebrada, en el jade que cuaja, en el horizonte incierto. Nómada de extensos atardeceres, juglar de infinitos tiempos, luz en el otoñal velo, itinerante, inquieto buhonero, invasivo viento, húmeda y solitaria cigarra, y tonada que entristece. Mabon que todo concibe, traza o interpreta. En la luz de la oculta halada, en el torcido tronco, en la esquiva hiel, yace el perdón o la venganza.

Milicia y tregua, traición y venganza, hiel y cicuta en las extraviadas alwes. Exaltado corvo, trazos y levas de cinabrio y ajenjo, abrojos y estiletes en la tóxica tierra. En la cifra que traza la abstrusa clepsidra Génesis 4:11 se explaya; en las losas olvidadas la historia oculta subsiste; en la invisible vertiente caballos y soldados beben; en la luz que existe lejos, entre vetustos y torcidos follajes, la Muerte se yergue. Mutis lejano, telúrica trama, tortuosa leyenda, hiel y brea, y un hilo que lía vetustas o venideras alwes. Iblís en la flama de la oculta semilla, y el inquieto Mabon en el anverso. Yggdrasil oculto, Fenrir en el exilio, Mmir en tierra yerma, Nidhug extinto y todos los Elevados, en la luz que existe tras la vetusta y fósil semilla. Mas la luz se vuelve tinieblas y brea, si aviesos anhelos la invocan. ¿Iblís o Mabon en la tierra que a Yggdrasil anhela? En el instante eterno, en la encrucijada exacta, en la torcida avenida solo existe una sola trayectoria: Revelación 21:1 o Isaías 24:1-23.

En el antes, entre trazos y vías, cualificad el oculto cigoto. El tiempo elije Yggdrasil de cinabrio o jade. Yggdrasil que velará todos los horizontes, todas las tierras, todos los tiempos y todos los firmamentos. Estilo y tinta, ocre en sepia, ibis en lenta evasión, hiel en excelso óleo, horizonte interminable en todas las tierras, y evento excelso en la inconclusa travesía.

Murnicha charicha en la tétrica avenida, y una vitrola que exangüe existe en Pisagua. Esperad la luz quebrada y el viento que todo olvida. Existe la llamada y el exilio. Muerte en lo lejano y luz en la avenida de otro tiempo.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 24 de febrero de 2025

In Extremis p. IX

Arica – Chile                                                                                                                                                              23/02/25

Niebla en la extensa tierra, honda quebrada, inquieto tumulto, extravío y tristeza, quejido e inherente cinabrio, levedad en la mortaja, quedo vaivén, anhelos quebrados, torcido y avieso jifero. Entre elevadas quebradas, ocres valles, inciertos estratos, yace, exangüe e inerte, el oxidado Goliat. Hiel en la oculta estación, inconclusas estelas, invisible vertiente, inextinguible llanto, hiato en el hito, eterno éxtasis, tiempo quebrado, travesía alterna, alwes atrapadas en brea y copal, y volantes que explican las obras de la Unidad Popular. Nergal desatado, turbio basilisco, trazos de hojarasca y miel, brecha en la quebrada, vidas y anhelos en eterno exilio, telaraña o tejido que contiene o atrapa, y lejos, en atávica historia, Yggdrasil, lento, agoniza. Micelio que trasciende, vetas y venas en la tenue tarde, herido y maltrecho tren, e hifas que corroen alwes. En la clepsidra intacta, en el tiempo caduco, 1971 jamás se olvida. Tul y luto en la triste tierra, beleño y ajenjo en la tenue vertiente, cal y asbesto en el irascible viento.

– Muchos muertos en el accidente ferroviario.

– Perdí un hijo y una sobrina. Fatal tragedia que enlutó a muchos.

– Tengo la absoluta certeza de que mi hijo vive. Existe, y todas las noches me visita.

– Fantasmas que transitan, silenciosos, la inundada y tenebrosa estación.

Noble tul, cloroformo intenso, incorrupta lejía, intangible temor, voces quedas, tóxico moho, torcidas curetas y cinabrio en alcohol. No ventanas, oculta entrada, exigua higiene, libre intención, quejumbrosa camilla, escaleras torcidas e inestables peldaños, extravío y tristeza en la inexistente losa, trazos y heridas en la brutal extinción. Medea tosca, infecunda tierra, vetas y venas abiertas, queda melancolía y extensa tristeza. Mirada que es olvido y voz que es inconstante viento. Mentira que a Medea tuerce y a Ofelia invoca. Mil huellas que hollan la quieta e intangible tierra.

Muchacha que transita tierras inconclusas, caducos tiempos e invisibles avenidas. M. C. Escher en la honda tinta y en la tenue estela. Medea contrita que traza olvidos y elevados eventos.

Mira la vasta extensión, y exclama: «Medea ha muerto, solo existe Marina.»”

Marina en el tiempo exacto, luz que es flama, infinita y elevada, hija leal del incognoscible y excelso Ashur, que existe en la inquieta Paihuano. Madre de todos los olvidados, extraviados y extintos.

– Rescatad a los olvidados. Juntad a los extraviados. Resucitad a los Lázaros de antaño.

Marina cobija el endeble e impoluto cigoto. Existe en todas las tierras, en todos los tiempos y en todas las verdades. Llamadla, ya que es hondo anhelo y elevada travesía.

– … y si me quieres encontrar, búscame – cantan Sergio y Estíbaliz.

Ocultad la semilla bajo el torcido Yggdrasil, bajo la luz quebrada que exhibe el plenilunio de cinabrio. No es el fin de la travesía, ya que el tiempo teje otros eventos. Muchos Yggdrasil en la tosca tierra invocan la quieta semilla.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 17 de febrero de 2025

Werkén p. I

Iquique– Chile                                                                                                                                                            10/02/25

Lot en la aviesa estela, trazos en el laxo horizonte, tristeza queda, hondas aflicciones y extensos anhelos, hiel en la veta oculta, soledad en la ocre savia, voz en la múltiple avenida e historias que vuelven y vuelven. Lot en la cifra exacta, en el tiempo lastimero, en la horca torcida, en la oscura higuera. No explica lo inexplicable, lo que la llama oculta, la savia lacera y el tiempo ajusta. La Muerte es justa, hosca y austera. No explica lo evidente, lo que el alma entiende. En el hondo sigilo, en las inexorables tierras, en las avenidas torcidas, en los valles quebrados, la Muerte existe y se explica. Lot en extenso terreno, en honda meditación, en zafia hazaña, en tenso éxodo, en lejana explanada, contempla la llegada de los Heraldos de la Muerte.

Micelio en la huella silente, vetas y venas en la honda quietud, tristeza en la tosca tierra, luz húmeda en el eterno crisol, quebrada clepsidra, tinieblas en la existencia y vahos que trazan o traman exilios u omisiones. Heraldos que ajustan o explican los anhelos de la Muerte. Evidentes en los tóxicos vientos, en las tenues tierras, en las vacías huesas, en las hondas tinieblas, en las solitarias avenidas. Hiel y cal en la savia oculta, en la voz de los Heraldos, en el intangible verso, en la luz trémula, en el villano que a Job tuerce. Mitad tejido, extensa e imbricada telaraña, turbia e inquieta estela y vahos que traman informes figuras. Queda voz que tienta o extravía, que atrapa o extiende, que quiebra o pliega. Lot en la silueta de Job, y Job en el temible tirano.

Heraldos en las limitadas tierras, en las hondas quebradas, en las aviesas tinieblas, en las convulsas vertientes, en los tóxicos vientos. Flama en el equidistante templo, tablas y tablas, vetas y venas torcidas, endeble estructura, hiel en copal, óxido en la hondo llanto, estelas de hojarasca y cinabrio, y alwes atrapadas en un tiempo alterno. Belial en la hermética estancia, inconclusas travesías, corruptas historias y aviesas leyendas, luz exangüe que vitaliza la Huida de los Exiliados. Heraldos en la trama oculta, en la tinta telúrica, en la intensa llama, en la tenue existencia, en la voz queda, en la honda tristeza, en la medianoche justa.

Lot explica la trama de Tobías, y Tobías se explica en la tosca tierra.

¿Qué ves, hija mía?

– Veo una lid interminable y letras en llamas que explican: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dijo el Señor de los ejércitos.»

Heraldos existen en la latitud que visitáis. Llamadlos. Lot cerca de Iquique y Job en la invisible vera. No hay tinieblas si la luz os lleva. No hay travesías si los anhelos flaquean. No existe un tiempo justo si el sextante se olvida.

– Somos los Heraldos de la Muerte, y que la Muerte se haga presente.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 3 de febrero de 2025

Medianoche p. XV

Arica– Chile                                                                                                                                                               02/02/25

Exangües fanales, tinieblas y tules ajados, veredas invisibles, extrema soledad, viento torcido y una interminable y vacía avenida. Memoria en el tiempo de los exiliados, tenue luz en la tétrica estancia, hiel en la historia queda, ocres anhelos e instantes que rehúsan el avieso olvido. Medianoche en la lejana Pisagua, fragua que todo consume, extingue o quiebra. Comala en la cifra de Pisagua, y Pedro Paramo en el oculto vaho. Medianoche que oculta corruptas travesías y aviesos anhelos. Insensatas cofradías, wiccanas inexpertas, ilusas alianzas, corruptos monjes e insulsos militares; hollan y hurgan la telúrica tierra, las hondas fosas, las elevadas altitudes, las solitarias carreteras, las salitreras olvidadas, en busca de la extraviada sabiduría. Mas solo convocan visiones e hitos malditos, tretas y abstrusas metas, travesías malditas e idolatrías eternas. Figuras y trazos en inhóspita tierra, en ocultos vientos, en oxidadas vertientes, en imbricadas avenidas, en interminables leguas, que invocan lo que es vedado.

Medianoche, estelas indelebles, horizonte tenue, tizones en la altura, invisibles huellas y trazos que son vestiduras. Mafasca en los lindes terrenos, y otras evasiones en la luz quebrada. Faz inversa, limitados ocelos, caleidoscopio inmersivo, tinieblas y vahos en inquieto movimiento, se trazan y explican en la invisible avenida. Mirada queda, tumba solitaria, férrea telaraña, ateridas tablas, hiel en ocres huesos, exhausto crucifijo y cinabrio en hondo salitre. Muerte en copal, hiel que cuaja, vetas y venas abiertas, icor en el oculto micelio y tosca luz que vuelve. Hades lo niega, Perséfone lo alienta y los otros, que son extensos, lo anhelan.

– Muerto de cólera.

Enhiesto, voz queda, viento en el reflejo de otro tiempo, trágico y extremo, holla, titubeante, las oscuras y extensas tierras. Cal de huesos que vuelve a la existencia limitada, a la trayectoria inversa. Faz cerúlea de otro tiempo, que transita, impasible, la salina y triste avenida. Muerto en la otra historia, bajo cal y salitre, cinabrio y copal; quieto y macilento, leve en la aviesa levedad. Lázaro bajo la luz de Mafasca, que urde travesías y tragedias ajenas.

Palabra aviesa que Juan 11:43-44 refleja en la evidente efluvia.

Miseria, queda y atrevida, en el viejo teatro. Muchas butacas, ajadas cortinas, vaho y hollín, traición y tristeza, cólera y exilio, vetas y venas de acre cinabrio, tul de cal y absenta; y lejos, en oculto sitio, una vieja vitrola anhela otros tiempos e instantes. Medianoche, voces y aplausos en exacto equilibrio, alwes en tul, informes figuras, trazos y tinieblas en honda sepia, ajadas vestiduras, teatro abarrotado: la función ha iniciado.

– El cadalso existe en la decimoquinta butaca.

– Muchas avenidas existen en esta avenida.

– No fenece lo que es eterno.

– Faro que es invisible luz.

– Misterio que la vitrola intuye o extravía.

El Testigo existe en la otra Pisagua. Evidente, y oculto en otros tiempos. Metamorfosis, enclaustrada cigarra, travesía elevada y queda medianoche.

El exilio es evidente si la travesía obviáis. Nada vuelve, y el viento tuerce infinitos caminos.

Sin más deciros, J 25 A.

jueves, 23 de enero de 2025

In Extremis p. VIII

Arica– Chile                                                                                                                                                               21/01/25

Micelio en la fronda oculta, en la laja interminable, en la inquieta vertiente, en el viento cautivo, en las inexorables tierras. Momento en la cifra exacta, inhóspita travesía, canope lleno, leyendas e historias en la intangible tela, cinabrio y obsidiana en la tinta eterna, y alwes que vuelven u olvidan. Rivadavia en la extensa travesía, en la tosca ladera, en la quebrada vertiente, en los hondos anhelos. Historia en la infinita telaraña, en la torcida avenida, en la leve tierra, en la olvidada tumba, en las invisibles huellas, en las ajadas túnicas. p30 invertido, excelsa travesía, hondo atisbo y elevadas y ocultas Miradas. Rivadavia, laxa llama, tosca avenida, brecha telúrica, varios escritos, y otras e insondables existencias. Eco en la honda quebrada, en la solitaria avenida, en la oculta plegaria, en la luz que vela la inviolable semilla. Llano elevado, tintes ocre, vetas y venas en absoluta coherencia, tul de coral y lavanda, escueto tren y lánguidos atardeceres. Mas en la luz oculta, en la tumba indicada, en la trayectoria incierta, existe la silueta de Yggdrasil.

Evidente vidente en tierras inexploradas, en otras existencias, en sendas que van y viene, en tiempos caducos, en excelsas visiones. Madera torcida y putrefacta, hiel en la savia, vetas y venas en tormento eterno, follaje ocre y laxo, telarañas en el tejido esencial, tierra quemada e inexistentes vertientes. Fenece otro Yggdrasil en la vasta y tejida tierra. Mas existe todavía en la luz de la inviolable semilla. Milenios en la cifra histórica, un instante en el tiempo de los Elevados. Hiedra y beleño en laja adyacente, viento tóxico en tosco territorio, ocre hiel en abrevaderos y arroyos; y lejos, en tierras expropiadas, los hijos ilegítimos, el linaje humano, extraviados en el tiempo, invocan o idolatran corruptos, irascibles y temibles dioses. Medea en las alturas y Circe en los ceñidos valles. Mancha imborrable en la frente e ilegible maleficio en la espalda. Elqui en las aviesas travesías, Rivadavia en la oculta fragua y Paihuano en la estancia abandonada. Pueblos que drenan la savia del exangüe Yggdrasil.

Nidhug, temible estilete, imbricada telaraña, existe y subsiste bajo Yggdrasil. Mirada aviesa, extinta luz, extenso en los lamentos y leve en las excelsas travesías. Majestuoso en la forma, insolente en las conjeturas, textura terrosa, turbias venas y vetas, hiel y escudo, imbricado micelio. Nidhug, infinito horizonte, expuesto e inconcluso, esboza una leve mueca.

– Contemplad las venideras congojas.

Mundos fenecidos, tierras olvidadas, tribus extintas, vientos bravíos, telúricos eventos, luz quebrada y esqueletos en los vastos y húmedos territorios. Nada en la totalidad, ilimitados horizontes, convulsa existencia e invisibles Yggdrasil. Nidhug envuelto en llamas e insolente luz. Un simple atisbo de lo venidero, tejido que oculta Revelación 6.

– Enfrentadme, y obtendréis la luz de Yggdrasil.

– No es mi lucha, Nidhug. Mi tiempo concluye. Mas otros vendrán a enfrentaros.

Evidente vidente, ciega luz, trazo endeble, vuelve a Cabildo de 1965.”

Medea, llama exiliada, excelsa en los elevados anhelos, huérfana solitaria, hurga la ocre e inhóspita tierra.

– Nidhug ha trascendido. Elevad la luz de la incorrupta simiente.

Medea en las tinieblas, y Marina en las venideras tierras.

Rivadavia, Paihuano y Tres Cruces se explican en febrero. Mas otras tierras y aventuras, lejanas se trazan. Marzo se limita en TAI (Tacna–Arica–Iquique), y algo más.

Sin más deciros, J 25 A.

miércoles, 15 de enero de 2025

In Extremis p. VII

Arica– Chile                                                                                                                                                               13/01/25

Medio tiempo, leve oleaje, vientos quedos, trazos y vahos lejanos, voces y alaridos, tizones y extensas llanuras. Mirada aviesa, extrema atención, horizontal esquiva, tosca figura, terso pelaje y afiladas garfas. Mundo intermedio, lejano en el tiempo, en infinitos estratos olvidado, bosquejo de las venideras e inexorables tierras. En extensas llanuras, en inexplorados fiordos, en hondas quebradas, en tórridos vientos, existen y subsisten los otros, que son valores extensos y olvidados. Mirada fija, eco deslavado, trazos de cinabrio, tul en la obsidiana, velos en las tinieblas, instante quedo e infinito sigilo. Huida en la extensa y húmeda llanura, lejos del acecho inminente. Mas lo evidente se explaya si la travesía lo exige. Los Nïlah, eternos viajeros, excelsos exploradores, la briosa estampida acechan. Muestra en crisol oxidado, tenue trazo en copal, vetas y venas ocultas, cinabrio en la cifra y luz en contraluz.

El Nïlah, envuelto Extruido, quizá excelso cnidario, es trazo ilegible en tosca llanura. Extenso en los anhelos, evidente en las verdades y entinto en las leves historias. Evade los vientos traicioneros, el turbio oleaje, los vahos malsanos y las torcidas y elevadas cumbres. Forma que otro articula y expresa. Existencia que teje y desteje travesías y leyendas. Ethico que es un Nïlah y un Nïlah que es un Ethico. En el eterno e infinito vacío, en tierras y tiempos extintos, bajo la luz eterna de Dyson, los Ethicos evalúan y trazan venideras tierras y alwes. Nïlah que examina extintas existencias o inconclusos valores, explicando la trama que los Ethicos planean.

Dyson examina, evalúa, elimina o conserva el valor enviado. Una simple hebra en la venidera Malla genética. Extintos ya no extintos. Múltiples alwes que existen en otro 21:1.

Noche en la inquieta medianoche, laxas farolas, infinitas veredas, tinieblas y vahos, ecos lejanos, informes siluetas y una historia que en soledad cuaja. Música en la vieja vitrola, RKO en la insistente llamada, cóncavo en la convexa tristeza, venas y venas en las insondables cloacas, y una estela que la verdad deja. Faz en los oxidados vitrales, en las turbias vertientes, en las húmedas hojas, en la clepsidra que otro tiempo anhela, en la tumba que existe en el acre llano, en las vagas tinieblas. Noche que todo traza u olvida.

– Finalizad las inconclusas tareas. Id tras las huellas del esquivo e inquieto viento. Mas un consejo: «Nunca volteéis…» El viento toma otro curso si las lealtades flaquean.

Noche en la esquiva tarde, otras veredas, otras tierras e infinitos instantes. Morral lleno de ilusiones, tristezas y extravío. Muchos y uno en la travesía inconclusa, en el limitado exilio, en la telúrica tierra, en la confluencia de los tiempos.

Cobijad el vástago de Yggdrasil, el eterno cigoto, externo al vulgo ciego. Proseguid la travesía incompleta, y hallad la huella extraviada. Entre tierras, tiempos y sendas, ocultad la vasta existencia. Hallad la verdad que se oculta entre la vida y la muerte, entre la luz y las tinieblas, entre lo que es y no es. Meditad bajo el cobijo de Lahual que es también Yggdrasil.

… y si me quieres encontrar, búscame – cantan Sergio y Estíbaliz.”

Buscad la luz que febrero limita. Muchas travesías bajo una solo lema: «Evado la malsano, ya que otros me alientan.»

Continuad la eterna travesía, y no olvidéis Revelación 2:5.

Sin más deciros, J 25 A.

jueves, 9 de enero de 2025

In Extremis p. VI

Arica– Chile                                                                                                                                                               08/01/25

Extremo territorio, infinitos horizontes, tizones o fulgores en eterno extravío, levedad en la cifra, clepsidra y sextante torcidos, tierras y tiempos extintos, leves momentos, eternos anhelos en la olvidada extensión. Esquivos u ocultos en el crisol de los tiempos. Muy lejos, en otras existencias, en otros esquemas evolutivos, en el atisbo de otro universo, Tyson explaya travesías y leyendas. Múltiples ocelos, tetraedros enlazados, infinitas veredas, vastas estructuras y eternas hifas, constituyen su metaverso explícito. Media luz en las hondas tinieblas, tizones o lumbres en eterno exilio o éxodo, trazos en los anhelos, instantes en la Memoria, olvido que excluye el silencio, crisol de alwes e inconclusas historias. Y en la velada extensión, tranquilos e inmutables, los Ethicos explican travesías y leyendas. Tyson es una vasta existencia que evidencia alwes o anhelos en otras y venideras tierras. Extintos, exiliados u obviados, todavía existen en la Esfera de Tyson.

Existencia telúrica, violentos vientos, vastas llanuras, aviesas vertientes, exiliados fiordos, extrañas veredas, templados lagos, inexorables tinieblas e interminables vahos. Tierras inhóspitas, elevadas torres, tupidos bosques, hondas quebradas, jade en la luz y absenta en los vastos litorales. Mundo en ciernes, testamento exacto, que Tyson traza y explica en todos los instantes.

Multitud evidente, tizones tejidos, tetraedros inversos, tinta y estilete, vahos y tinieblas en continua lid, veredas que van y vienen, alwes enlazadas, vetas y venas en lenta expansión, oculto Tejido Primordial. Materia que trasciende y alwes que huyen a la tosca tierra.

– Bajad a la solitaria tierra y multiplicaos, ya que sois el venidero hombre.

Nunca harapos, otros trajes talvez. 2 Corintios 5:17 en la oculta candela.

20 arque(o)tipos configuran el venidero Tejido Primordial. Extensa trama que limita otro y lejano 21:1.

Rescatad los excelsos anhelos, las inacabadas leyendas, las travesías inconclusas, los hondos secretos. Expresad el Tejido Primordial, la luz del venidero universo. Todo viaje os lleva a Yggdrasil y Nahemah. Hallad en los textos lo que los Ethicos traman. Misión para todos y otros.

Nombradlo y existe. Nombradlo y la levedad lo envuelve. Materia en la materia, y voz en los inclementes vientos. El Testigo cuaja si la tierra lo limita. Momento en el copal y luz en el cinabrio. Dejad que concluya la travesía, y las tierras y alwes confluirán.

– Decidme Syrus, ya que me limita y explica. No existo en esta frágil tierra. Mas leve o limitado me vuelvo, si las coexistencias confluyen. Llamadme Syrus y a Syrus veréis.

Huara indica la conclusión de un ciclo y la extensión de otras tierras y tiempos. Mitad olvido, quizá extravío, talvez expiación, tortura o tristeza, vetusta estancia y un Testigo o viajero que es luz y tinieblas. Mitad travesía, talvez exilio, pero jamás tragedia. En septiembre todo termina o se obvia.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 6 de enero de 2025

Medianoche p. XIV

Arica– Chile                                                                                                                                                               04/01/25

En el filo de la medianoche, las tierras convergen y las alwes vuelven. Horizonte elevado, trazos indelebles, viento silente, cinabrio en ciernes, oxidados letreros, extrema tristeza. Honda aflicción, torcidas veredas, clepsidra quebrada y brecha que es Hito. En la leyenda queda, en la hora aviesa, en el ayer que es ahora, la flama eterna anhela. Medianoche en los infinitos tiempos, en las elevadas tierras, en las hondas quebradas, en el atisbo de un momento. Luz lejana que es exilio y Testigo, levedad y leyenda, tejido e instante, copal y versículo. Mirada extensa, trazo tangible, luz que es vertiente, voz que es credo e invisible viento. Tenue hebra en la tosca tierra, y extensa trama en la vasta existencia.

Crimen inexcusable, triste desenlace, vidas truncadas, eterno luto, alwes enlazadas y una brecha que es Hito. No existe olvido si las tierras claman justicia. No hay tranquilidad en las horas quedas. No se expropian alwes si la verdad prevalece. No termina la travesía si la cifra se obvia. No hollan M. y A. la inclemente tierra, ya que la luz los envuelve. Mas solo existe el Testigo que todo traza y limita.

Extruido y Testigo enfrentados en inhóspito territorio, lejanos a la inquieta muchedumbre, evidentes y expuestos, evaluando o traduciendo algo. Misterio que termina en el lugar indicado, en el toque de la hojarasca, en la intransitable vía, en la elevada hondura, en la lejana carretera.

– Mostrad vuestra verdadera faz.

Faz que aterra, quiebra o tergiversa. Flama húmeda, latido invariable, extensión extrema. Figura elevada, treinta palmos en la cifra exacta, telúrico viento, honda voz, innumerables ocelos o tizones, luz en el fractal eterno. Testigo en la luz que ciega, en el toroide inverso, en el tau silente, en el credo del caduceo. Es uno y más. Kai Kai y Tren Tren enlazados en excelso movimiento helicoidal, tal hebras tejidas y aisladas. Kai Kai en la llama extendida y Tren Tren en la excelsa amatista. Evidente en Revelación 11:4-6 y velado en las tierras de otros tiempos.

– Mirad la faz inequívoca del Testigo, que es luz y tinieblas en todos los instantes y anhelos.

Movimiento helicoidal que viene o va, que asciende o desciende, que aterra o calma, que anhela u olvida. Mitad tangible, muy leve, que traza eventos excelsos y múltiples travesías.

En enero se explaya el Testigo. Id a la tierra baldía que es Hito y brecha. El 25/01 llega y vuelve el 25/05. Claves en la ocre crisálida, en el viento quedo, en la fosa silente, en el horizonte inverso. Y lejos, muy lejos, un viaje se yergue. En Huara, la voz se explica y presiente.

– Tierras y Tiempos, confluyan. Tierras y Tiempos, alíense. Tierras y Tiempos, expresen lo que la sangre presiente. Tierras y Tiempos, manifiesten lo que del alma proviene.”

Monje es ascua en la trémula vertiente, en los oscuros pasillos, en la celda oculta, en el eterno Testigo. Entiende que la voz traza anhelos, valores y verdades, que la luz se vuelve tangible si la ley asoma, que el Testigo se vuelve evidente en las elevadas obras, que todo existe si la ignota Tierra lo ordena.

Monasterio de Ostrog, inexplicable tiempo, tinieblas y vahos, y un Testigo solitario que es Monje.

Un hombre surca muchos senderos mas ninguno lo limita. Un alma se extravía en muchos Tiempos mas ninguno la determina. El Testigo existe en el año 2025, lejano y próximo a la inmensidad.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 30 de diciembre de 2024

Medianoche p. XIII

Arica– Chile                                                                                                                                                               29/12/24

Medianoche extensa, curvo horizonte, vahos y estelas en inquieta travesía, tenue luz, trazos y quebradas en la lejanía. Misterio en la honda tierra, en las ocultas oquedades, en la savia calcinada, en el tortuoso micelio, en la extinta vertiente, en las villas solitarias, en el envés de la clepsidra. Extravío en la silente fosa, estacas y tapias quemadas, letreros y avisos oxidados, testamento en la tóxica hiel, linaje en el silente copal, tristeza y hambruna, historias olvidadas y lastimoso exilio. Encuentro telúrico, llama en la cerúlea faz, traje y ultraje en la tersa obsidiana, voz que es eco de otras voces, trazo leve que holla las tierras terribles y olvidadas. Testigo en 1950, exiliado en 1940, evidente en los tiempos quebrados, extenso en las calcinadas tierras e invicto en las sacras lides.

El Testigo, luz en la cifra exacta, travesía en la silente vía, huella de traviesa ave, se vuelve latido y sentencia en la telúrica hora. Mirada que es vestigio, voz que es viento, luz que es tiniebla leve y huella que es indeleble conjetura. Misterio que atraviesa las existencias, si el hito es el indicado. Miles de flamas alineadas en el lóbrego firmamento, invocando otro inicio o desvelo. Lejos, muy lejos, entre médanos y torcidas vertientes yacen extintos alwes, cuyos huesos claman otro 21:1. El Testigo atraviesa la inclemente soledad, los territorios baldíos, las vacías callejuelas, invocando la luz que titila, la voz entretejida, la tristeza inconsolable, la historia inconclusa. En el toque silente, a la luz del azogue, el otro, el evidente, el fractal cansino, se yergue levemente. Mitad alwe, tensa leyenda, evidente y trágico, el otro es Testigo y trazo ilegible.

El Extruido, evidente Testigo, entiende que otra alwe lo expresa, que otra alma lo invoca, que otra luz lo evidencia, que otra voz lo bendice. En las extensas tierras, en el múltiple caleidoscopio, es uno y otro. Misión lo limita, si la verdad lo traza.

Un testigo soy en los ayeres, en los ahoras, en los porvenires, en las Tierras que se olvidan o recuerdan.

El Testigo, excelso y evidente, la travesía concluye, si las tierras confluyen. Horizontes inversos, latitudes enlazadas, tiempos simultáneos, alwes extensas: luz en la cifra exacta, venidera historia que cuaja.

El Testigo, otrora incierto, vuelve en la hora queda, la que limita tiempos y tierras, travesías y naufragios, exilios y lides, traumas y olvidos. Enero expresa lo que designe el Testigo. En tierras baldías, en invisibles vertientes, en quebradas e insondables estribaciones, el Testigo anhela. Mas es uno y otros. En la Revelación 11:4-6 prevalen y ocultan.

La Muerte silente, tul que es tejido y cilicio, trazo y tinieblas, envuelve lentamente Lima e Iquique. Trama en la trama, que la humanidad entiende y olvida. Mas una visión que no es leyenda: «Lides en las otras tierras, corceles de fuego y amatista, ballestas y lanzas de luz quebrada, tropas de cinabrio, obsidiana y jade. Firmamento de inclemente ocre, tóxicos alientos, credos en el exilio, infinitas vías y vastos entramados. Muy lejos, en el envés silencioso, los elevados Ophanim, leves, contemplan.»

Muchos extravíos y traiciones el venidero ciclo indica. Continuad y continuad.

Sin más deciros, J 25 A.

lunes, 2 de diciembre de 2024

Medianoche p. XII

Arica– Chile                                                                                                                                                               01/12/24

Medianoche silente, vahos y trazos de camanchaca y salitre, quebranto en la hora estática, cinabrio y copal en las quebradas olvidadas, tinieblas en el infinito horizonte y voces que traman travesías y leyendas. En la profunda levedad, en la eterna existencia, en horizontes inversos, lejos de la tierra, existen vetustas e insondables alwes. Malla en la trama inquieta, en el tul profundo, en la filigrana titilante, en el impenetrable micelio. Mirada de lapislázuli, luz de ópalo y quimera, tul de ocres anhelos, traje de micelio y hojarasca, voz de vastas existencias e insondables lluvias. Mixtura de leyenda y verdad, evidente en la hora aviesa, que se explica sola y sin clave. Trazo leve que se vuelve tangible si la situación lo amerita. Explícita en la honda quebrada, en la ballenera lejana, en la avenida queda. En la cifra de un instante, a veces, extiende su luz y visita tierras muy lejanas. Mirada que es luz en las hondas tinieblas, tul que es vaho viviente y voz que es viento incierto. Misterio que holla la yerta y yerma Humberstone, los extensos tamarugales, las estancias abrasadas, las veredas inequívocas. Mirada honda, tejido y velo, que tranquiliza alwes extraviadas o exiliadas, que persiste en las vertientes inconclusas, en los sucios abrevaderos, en las oxidadas llaves y jofainas. Mas se vuelve olvido, si la terrible claridad acecha. Mitos y vahos persisten si la soledad invoca anhelos y encuentros.

– Busco un extenso lago subterráneo. Existe lejos, muy lejos, entre tamarugos y sal.

Madre, hija y prostituta, luz que la medianoche quiebra, trazo en la losa infinita, lema que custodia la avenida olvidada. Extensa en las tardes febriles, taciturna en los tiempos cansinos, extrema en la cifra de la incierta paga y leve en las travesías torcidas. Mujer que evoca tiempos y tierras lejanas. Medianoche que anhela la Virtud que se yergue en la piedra.

– Volveré…Tengo la certeza absoluta de que volveré.

Mirada extraviada, tiempo caduco, tejido extenso, luz en la tortuosa senda. Mujer silente, experta bionauta, vuelve a la oquedad que vibra. Muchos años alejada, vuelve a la Existencia que le salvó la vida.

– He vuelto, luz que quiebra la piedra. Me entrego a vos y a la Tierra.

Existencias entrelazadas que trazan y tejen venideros valores, evitando de esta manera que tiempos y tierras colapsen.

Sin más deciros, J 25 A.