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sábado, 2 de agosto de 2025

Medianoche p. XVII

Arica – Chile                                                                                                                                                              27/07/25

Medita el tiempo en otras existencias, la luz explica lo que la historia oculta, tierras en el olvido o desidia y un Testigo que transcribe lo venidero. Medianoche en la tierra de la Nada, huestes en eterna marcha, trazos en el hosco firmamento, vientos de cinabrio y obsidiana, y lejos, vigilando todo, elipsoides y helicoides anhelan. Mediatez en la honda placenta, en la telúrica acequia, en la torcida casona, en la invisible existencia, en la luz que todo vela. Muchos vuelven, otros caducan. En la extensa quietud, en inhóspita tierra, el alwe de Yggdrasil, inquieto y expectante, evoca e invoca otros tiempos y otras lides. Múltiples existencias convocadas y conjugadas para la travesía final. Mueren los últimos lamentos en la clepsidra, el viento quiebra los vitrales de la iglesia de Huara, vetas y venas traman historias y leyendas en la extrema y solemne quietud, ya que el Todo medita en el 21:1.

Medianoche en Huara, tiempos e historias enlazados, alwes entretejidas que invocan un lejano Testigo. En la luz quebrada, en otros tiempos, en tierras quedas, el Testigo explica otros eventos y traza otras historias. Monje evitando una invasión: vastas existencias transubstanciales. Inteligencias ininteligibles externas que evadieron las fronteras existenciales. Militar altivo en elevadas batallas evitando el caos de Nazismo. En otras tierras y existencias, todavía existe la luz torcida que deja la esvástica. Mujer que invoca a los otros, a los Elevados, y que extienden lazos inquebrantables. Un Testigo en la soledad y una voz que oculta el loto. El No Vidente, hijo de la inexistente luz, traza eventos en hojas copal o braille. Hetaira en la lóbrega avenida trazando elevadas travesías que solamente los bionautas entienden. La Muerte existe ya que es el equilibrio que solicita Yggdrasil. La impulsiva que es Suicida entiende lo que las Moiras tejen. Multiplicidad en los eventos. No obstante, una compleja y sola finalidad: evitar eventos aciagos y trazar otras verdades y avenidas, tejiendo un 21:1 leve y olvidable. Pronta la madeja, y el tiempo ha terminado.

En la lejana Huara, extraviado sextante, bajo el alero de vastos Elevados, la larga travesía termina. Contratos y viejas promesas concluyen. Hermandades y alianzas caducan. Todo termina bajo la luz del Testigo, bajo la estela que deja la quebrada cruz. Está escrito, y lo escrito se cumple.

No olvidad: «Almas entrelazadas, presiento vuestra verdad. Me inquieto mas no desespero. Regresarán en el justo momento para finalizar la travesía. Las invoco, las presiento. En el porvenir anhelo, en el 21:1 me defino y en la inmensidad me diluyo. Almas pretéritas, las invoco. Ayúdenme a olvidar o recordar, expandir o menguar, rescatar o exiliar. En muchos ayeres me extravío, en diversos Tiempos me sitúo, para preservar los instantes primigenios. 1905, 1925, 1945, 1965, 1985, 2005 me invocan y expresan. Un testigo soy en los ayeres, en los ahoras, en los porvenires, en las Tierras que se olvidan o recuerdan.»

Muere una travesía e Yggdrasil vuelve de las cenizas. Todo se conjuga y olvida.

Septiembre, 1925. La mujer aguarda lejos un momento y un anhelo. Espera silenciosa bajo una sombra tortuosa, respira lento el perfume de las retamas. Insiste en estar alerta. Insiste en repasar una y otra vez las charlas antiguas. Tiene absoluta certeza que la verdad, los elevados anhelos y la solidaridad su vida señalan.

 20:13 tangible en Génesis, Revelación y Jeremías. Tema y conjuro, luz en las tinieblas, vacío y silencio.

Sin más deciros, J 25 A.

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