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domingo, 16 de marzo de 2025

In Extremis p. X

Arica – Chile                                                                                                                                                             15/03/25

Exilio en la honda tierra, tensión en la tormenta lejana, tortura que no ceja, tinieblas y tristezas en la hosca extensión, tumbas y túmulos extraviados, quebrado horizonte, levedad en la avenida quieta, laxa luz en los húmedos ventanales, helada hora, extinto crisol, inquieta clepsidra; y un juglar de otro tiempo. Metódico y avieso en todas las coexistencias, tinte en la abstrusa leyenda, extenso si la luz fenece, trazo de imbricados atardeceres, haz que vela elevados anhelos, trama que atrapa o exalta, telúrico evento, eco en la silente hifa, vetas y venas trastocadas, hiel en la oculta oquedad, excéntricas siluetas en la oscura laja, huellas en la aviesa soledad, y alwes atrapadas en cinabrio o copal. En el equinoccio exacto, tras viento inclemente, lo extraño y evidente, lento, cuaja. Iblís que lejos existe, y que traza exilios en la tierra de los olvidos. Metal en el tratado convenido, cuajo en la ballesta silente, telaraña en la hifa que todo invoca, vetas y venas que estilan cinabrio y antimonio, llanto y quebranto en los olvidados suburbios, torcidas higueras y vetustos viñedos. En las tinieblas que no fenecen, bajo el arbitrio de otras leyes, en eterno exilio, la voz que es eco vengativo todavía prevalece. Miedo en la avenida esquiva, en la oculta oquedad, en la triste estación, en el yermo cauce, en las leyendas que extravían.

Copal en hojas quedas, hiel y libélulas, ibis en lenta evasión, invisibles huellas, extraño y extinto astrágalo, volutas de beleño y acacia, tinieblas en la quieta brea y en la tosca obsidiana, urdiembre que todo involucra o excusa. Hondura en la eterna trenza, en la laxa tarde, en la subterránea hifa, en las invisibles vetas y vertientes, en el sino de Mabon. Mixtura en la evasiva tierra, en la lozana quebrada, en el jade que cuaja, en el horizonte incierto. Nómada de extensos atardeceres, juglar de infinitos tiempos, luz en el otoñal velo, itinerante, inquieto buhonero, invasivo viento, húmeda y solitaria cigarra, y tonada que entristece. Mabon que todo concibe, traza o interpreta. En la luz de la oculta halada, en el torcido tronco, en la esquiva hiel, yace el perdón o la venganza.

Milicia y tregua, traición y venganza, hiel y cicuta en las extraviadas alwes. Exaltado corvo, trazos y levas de cinabrio y ajenjo, abrojos y estiletes en la tóxica tierra. En la cifra que traza la abstrusa clepsidra Génesis 4:11 se explaya; en las losas olvidadas la historia oculta subsiste; en la invisible vertiente caballos y soldados beben; en la luz que existe lejos, entre vetustos y torcidos follajes, la Muerte se yergue. Mutis lejano, telúrica trama, tortuosa leyenda, hiel y brea, y un hilo que lía vetustas o venideras alwes. Iblís en la flama de la oculta semilla, y el inquieto Mabon en el anverso. Yggdrasil oculto, Fenrir en el exilio, Mmir en tierra yerma, Nidhug extinto y todos los Elevados, en luz que existe tras la vetusta y fósil semilla. Mas la luz se vuelve tinieblas y brea, si aviesos anhelos la invocan. ¿Iblís o Mabon en la tierra que a Yggdrasil anhela? En el instante eterno, en la encrucijada exacta, en la torcida avenida solo existe una sola trayectoria: Revelación 21:1 o Isaías 24:1-23.

En el antes, entre trazos y vías, cualificad el oculto cigoto. El tiempo elije Yggdrasil de cinabrio o jade. Yggdrasil que velará todos los horizontes, todas las tierras, todos los tiempos y todos los firmamentos. Estilo y tinta, ocre en sepia, ibis en lenta evasión, hiel en excelso óleo, horizonte interminable en todas las tierras, y evento excelso en la inconclusa travesía.

Murnicha charicha en la tétrica avenida, y una vitrola que exangüe existe en Pisagua. Esperad la luz quebrada y el viento que todo olvida. Existe la llamada y el exilio. Muerte en lo lejano y luz en la avenida de otro tiempo.

Sin más deciros, J 25 A.

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