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miércoles, 19 de julio de 2017

De Otros Señores p. IX

Arica – Chile                                                                                                                                                              25/11/12
                                                                                                           
Lejos aguardan los Señores que vuestra existencia salvarán. Esperan el momento justo y el fin de las leyendas.

Ha terminado la extensa guerra. Ya no existe nada por qué luchar. Todo se ha extraviado y todos hemos perdido.

La Estirpe del Hombre ha sido diezmada. Nombres y Títulos se han olvidado. Ya no existen los estados, solamente algunos Feudos con férreo poder. Es la era del más fuerte. El tiempo de los Señores Feudales.

Muchos detestaron aquella situación, mas era lo más acertado para evitar la extinción. No resultó ningún modelo económico y las crisis se sucedieron una tras otra.

Una de ellas fue la crisis demográfica. Demasiadas personas y muy pocos recursos naturales. Se realizó un estricto control de natalidad. También se aprobó la eutanasia asistida. Mas ambos intentos fallaron estrepitosamente. Luego se optó por la esterilización de todas aquellas personas con bajo nivel económico y/o intelectual. Mas tampoco tuvo buenos resultados. Por tanto, se organizaron matanzas masivas de todos aquellos que fueran lastre para el desarrollo de la humanidad.

También comenzó la escasez de agua y alimentos. Los extensos territorios estaban agotados de tantas batallas y sobreexplotación. El agua y los alimentos se volvieron moneda de intercambio por su escasez.

No tardaron en surgir revueltas y guerras por el dominio de las tierras no alteradas. Mas los estados con mayor capacidad bélica dominaron a los más desprotegidos. Fue el inicio de la Era de los Feudos, y nada volvió a ser como antes.

Hoy vivimos en Feudos. Tratando de sobrevivir como sea posible en estas resecas y solitarias tierras. Quizá algún día nuestra gente se rebele por tanta tiranía y opresión, y abandone estas malditas tierras. Mas creo que pasarán muchos siglos para que se geste el anhelo de rebelión.

El que una vez surcó estas áridas tierras ya no existe. Es sólo un recuerdo, una leyenda mal narrada. Quizá los que vendrán lo recuerden y expresen. Quizá en sus viajes al ayer, en sus idas a tierras dispersas, en sus meditaciones crepusculares, trazó un anhelo implacable que aún persiste. Tal vez sea una simple sombra que se desliza sin rumbo fijo cuando el crepúsculo es evidente. Es vuestro sino desde que vuestra voz se volvió Voz de Muerte.

“– ¿Quiénes vivieron antes de nosotros, A’swen?

– Seres que se olvidaron sin más. Tan violentos, lascivos y malsanos que la misma Ygh-o exterminó.

– La era de los Yertn es ahora. La era de todos aquellos que respetan y protegen a Ygh-o y su progenie.

Un joven solitario contempla el firmamento, y miles de preguntas le vienen a la mente.

«¿Habrá vida en aquellos fulgores lejanos? ¿Existirá alguna inteligencia que exprese vida similar a la nuestra? ¿Serán hostiles, inofensivos o similares a nosotros? ¿Somos los únicos que existen en este vasto universo? ¿Estamos destinados a una existencia triste y solitaria? Ojala algún día mis dudas se despejen. Ojala algún día…»

Un comunicado radial interrumpe sus cavilaciones.

– Han invadido París. Ha comenzado la guerra.

La joven, lista para su fiesta de graduación, escucha los informes de prensa que se suceden uno tras otro: «Crisis demográfica y económica, escasez de agua y alimentos, guerra tras guerra y…etc.»

– ¡Bah!, no importa. Hoy me gradúo. El mundo puede esperar.

Lejos, tan lejos que hasta el entendimiento se extravía, otros Señores esperan. Lentamente se desperezan, anhelan un fulgor que susurra en la lejanía. Regresarán pronto. Volverán antes que vuestra raza se extinga.

Otro Señor aguarda en la lejanía, para evidenciar lo escrito. Señor que trazará lo que sea más verdadero para este sistema.

A las que el Alicanto define, se os recuerda que cada Puerto es un capítulo en la Historia de vuestra tierra. Cada capítulo define un valor en Mare Nostrum, evidencia quiénes han sido, son y serán. Mare Nostrum se inicia con la eclosión de vuestro Ayllu y termina con vuestro olvido. Recordad que Puerto Fragmentado es el capítulo final de vuestro Ayllu.

Puerto Oscuro corresponde al Primer Ciclo, Puerto Sombrío al Segundo Ciclo, y así sucesivamente. Y algo más se develará allá.

Mallarauco reclama un réquiem para el alma de la hojarasca y miel. Quizá también aquella alma se olvide.

Aquel que es Elías deberá alistarse para lo que vendrá.

Sin más deciros, J 25 A.


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