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jueves, 9 de enero de 2020

(Re)conversión p. VIII

Arica – Chile                                                                                                                                                              07/06/18

Ocres tintes, almas desoladas, atardeceres conjugados y verdades que la existencia rasgan.

Momentos atrapados en sepia, tintes de ámbar, anhelos que limitan Tiempos espaciados, Tierras que convergen en un Tiempo lejano. Memorias que explican todo y nada. Momentos que aspiran la eternidad. Pesares que menoscaban afanes. Caminos que se bifurcan, similares a carriles en desamparada planicie. Retornar a un Tiempo es revivir los momentos cristalizados. Una verdad se vuelve verdadera si el alma presiente.

Los Peregrinos, fulgores que trazan muchos senderos, valores siderales, efigies antiguas, jirones de recuerdo, aguardan sumidos en un des-Tiempo. Esperan silenciosos, sin letargo evidente, a los venideros, a los extraviados.

Luz quebrada, anhelo suspendido, siluetas sin faz, voces inaudibles se entrelazan para evidenciar lo que es prioritario.

El joven observa su reflejo en la vastedad de todas las aguas, mientras el Peregrino presiente su alma. Un vendaval de verdades y secretos lo atraviesan. El Toque del Peregrino, el influjo de lo Sagrado, el éxtasis de los Iluminados, el eterno sonido de la Totalidad.

El joven se vuelve Peregrino, el Peregrino omite el olvido, la verdad traza un Manifiesto y muchos senderos se extienden hasta el infinito.

Es la embriaguez Sagrada. Los Fuegos Peregrinos que iluminan el sendero. El Espíritu Santo que todo revela. La verdad que todo libera y la voz que dicta la Conciencia.

El joven Peregrino traza verdades y anhelos en la lejanía, siguiendo sagrados y arcanos designios. Magna verdad que rezuma soledad, que vivifica las Tierras solitarias y muertas.

1976 es otro mas evidente. Extremas almas y Tiempos conjugados se entrelazan en evasión eterna. Id en el justo momento. Levedad en los Tiempos, signos en el firmamento, vendaval de ocres hojas, verdades en la penumbra y elevados sueños, son evidentes claves del justo momento.

En el atardecer de los Tiempos, lejos de la separatividad más extrema, los Peregrinos se reencuentran para trazar verdades e historias eternas.

Todo se relaciona y entrelaza. Nada es al azar o sin cometido. Descifrad lo que el atardecer confidencia, y la verdad se expresará presta.

Deducid lo correcto, y sendas verdaderas se explayarán sin ningún contratiempo. Similar travesía realizaron los J 25 al rescatar las memorias de los antiguos Peregrinos,

La verdad existe en tintes de sepia y ámbar, en antiguos periódicos, en espejos duplicados, en leyendas precolombinas y en la vastedad del desierto. Desierto que describe senderos y carriles en eterna encrucijada.

Sin más deciros, J 25 A.

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