Arica – Chile 16/03/15
A veces, en la soledad nocturna,
lejos del mundanal ruido, otros Señores surcan los solitarios senderos.
Se visten a la usanza, extreman sus
voces, minimizan su expresión, menguan su alma, para surcar sin dilación la
leve realidad.
Una historia se traduce si alguien quiere
escuchar, y se vuelve evidente si se anhela.
“Es
una noche silente. Ningún sonido se quiebra, incluso ha cesado el quejido del
viento. Mas algo inquieta mi alma y me impide conciliar el sueño.
Me asomo a la ventana algo agobiado.
El insomnio es mal consejero en noches extraviadas y silenciosas. La avenida
está vacía, desgarrada por brumas y sombras. No hay nadie lejos ni más allá.
Mas algo presiento. Un hombre
torcido surge de las brumas y sombras. Sin faz, leve y luego extenso, retazo
mal ensamblado, verdad mal narrada, sin rumor y presuroso, surca la silenciosa
avenida.
Me
atrevo a mirar sin restricciones. Es extraño, quizá otro, tal vez nadie. ¿Pertenece
a mis anhelos o es expresión de mi extravío?
Una voz se articula, una verdad se
traza, un temor me embarga. ¿Quién traza ángulos confusos por la avenida?
Escucho o pienso que escucho.
– No temas. Tranquilízate. Escucha
mis palabras. Es vano el temor.
Palabras que aletargan, que endulzan
mi alma, pero que extravían.
–
Tu mundo observo, trazo líneas, invoco algunas historias y expreso verdades no
resueltas. Expreso y observo, observo y expreso. Tranquilízate.
Nos vigilan, tengo la certeza de que
nos vigilan. Extraños surcan nuestras vidas. Luego, en la soledad nocturna, se
vuelven evidentes, se tornan materiales, articulan palabras, se vuelven
mínimos, para expresar algo, para observar algo, para torcer algo o para
terminar algo.
¿Quiénes son? No lo sé en realidad,
quizá sean otros que viven a la vera del sendero, anhelando o aguardando algo.”
Id a los Orígenes para expresar lo
que vendrá. Una voz se extravía mas una memoria regresa, para así definir los
venideros senderos y tachar lo superfluo.
Otros observan vuestra travesía.
Otros anhelan y esperan. Otros os recuerdan, mas otros os olvidan.
No existe el azar; todo se traza
premeditadamente. Seguid y develaréis algo y más.
Sin más deciros, J 25 A.
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