Arica– Chile 29/12/24
“Medianoche extensa, curvo horizonte, vahos y estelas en inquieta travesía, tenue luz, trazos y quebradas en la lejanía. Misterio en la honda tierra, en las ocultas oquedades, en la savia calcinada, en el tortuoso micelio, en la extinta vertiente, en las villas solitarias, en el envés de la clepsidra. Extravío en la silente fosa, estacas y tapias quemadas, letreros y avisos oxidados, testamento en la tóxica hiel, linaje en el silente copal, tristeza y hambruna, historias olvidadas y lastimoso exilio. Encuentro telúrico, llama en la cerúlea faz, traje y ultraje en la tersa obsidiana, voz que es eco de otras voces, trazo leve que holla las tierras terribles y olvidadas. Testigo en 1950, exiliado en 1940, evidente en los tiempos quebrados, extenso en las calcinadas tierras e invicto en las sacras lides.
El Testigo, luz en la cifra exacta, travesía en la silente vía, huella de traviesa ave, se vuelve latido y sentencia en la telúrica hora. Mirada que es vestigio, voz que es viento, luz que es tiniebla leve y huella que es indeleble conjetura. Misterio que atraviesa las existencias, si el hito es el indicado. Miles de flamas alineadas en el lóbrego firmamento, invocando otro inicio o desvelo. Lejos, muy lejos, entre médanos y torcidas vertientes yacen extintos alwes, cuyos huesos claman otro 21:1. El Testigo atraviesa la inclemente soledad, los territorios baldíos, las vacías callejuelas, invocando la luz que titila, la voz entretejida, la tristeza inconsolable, la historia inconclusa. En el toque silente, a la luz del azogue, el otro, el evidente, el fractal cansino, se yergue levemente. Mitad alwe, tensa leyenda, evidente y trágico, el otro es Testigo y trazo ilegible.
El Extruido, evidente Testigo, entiende que otra alwe lo expresa, que otra alma lo invoca, que otra luz lo evidencia, que otra voz lo bendice. En las extensas tierras, en el múltiple caleidoscopio, es uno y otro. Misión lo limita, si la verdad lo traza.
– Un testigo soy en los ayeres, en los ahoras, en los porvenires, en las Tierras que se olvidan o recuerdan.
El Testigo, excelso y evidente, la travesía concluye, si las tierras confluyen. Horizontes inversos, latitudes enlazadas, tiempos simultáneos, alwes extensas: luz en la cifra exacta, venidera historia que cuaja.”
El Testigo, otrora incierto, vuelve en la hora queda, la que limita tiempos y tierras, travesías y naufragios, exilios y lides, traumas y olvidos. Enero expresa lo que designe el Testigo. En tierras baldías, en invisibles vertientes, en quebradas e insondables estribaciones, el Testigo anhela. Mas es uno y otros. En la Revelación 11:4-6 prevalen y ocultan.
La Muerte silente, tul que es tejido y cilicio, trazo y tinieblas, envuelve lentamente Lima e Iquique. Trama en la trama, que la humanidad entiende y olvida. Mas una visión que no es leyenda: «Lides en las otras tierras, corceles de fuego y amatista, ballestas y lanzas de luz quebrada, tropas de cinabrio, obsidiana y jade. Firmamento de inclemente ocre, tóxicos alientos, credos en el exilio, infinitas vías y vastos entramados. Muy lejos, en el envés silencioso, los elevados Ophanim, leves, contemplan.»
Muchos extravíos y traiciones el venidero ciclo indica. Continuad y continuad.
Sin más deciros, J 25 A.
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