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lunes, 2 de diciembre de 2024

Medianoche p. XI

Arica– Chile                                                                                                                                                                01/12/24

Medianoche silente, vahos y trazos de camanchaca y salitre, quebranto en la hora estática, cinabrio y copal en las quebradas olvidadas, tinieblas en el infinito horizonte y voces que traman travesías y leyendas. En la profunda levedad, en la eterna existencia, en horizontes inversos, lejos de la tierra, existen vetustas e insondables alwes. Malla en la trama inquieta, en el tul profundo, en la filigrana titilante, en el impenetrable micelio. Mirada de lapislázuli, luz de ópalo y quimera, tul de ocres anhelos, traje de micelio y hojarasca, voz de vastas existencias e insondables lluvias. Mixtura de leyenda y verdad, evidente en la hora aviesa, que se explica sola y sin clave. Trazo leve que se vuelve tangible si la situación lo amerita. Explícita en la honda quebrada, en la ballenera lejana, en la avenida queda. En la cifra de un instante, a veces, extiende su luz y visita tierras muy lejanas. Mirada que es luz en las hondas tinieblas, tul que es vaho viviente y voz que es viento incierto. Misterio que holla la yerta y yerma Humberstone, los extensos tamarugales, las estancias abrasadas, las veredas inequívocas. Mirada honda, tejido y velo, que tranquiliza alwes extraviadas o exiliadas, que persiste en las vertientes inconclusas, en los sucios abrevaderos, en las oxidadas llaves y jofainas. Mas se vuelve olvido, si la terrible claridad acecha. Mitos y vahos persisten si la soledad invoca anhelos y encuentros.

– Busco un extenso lago subterráneo. Existe lejos, muy lejos, entre tamarugos y sal.

Madre, hija y prostituta, luz que la medianoche quiebra, trazo en la losa infinita, lema que custodia la avenida olvidada. Extensa en las tardes febriles, taciturna en los tiempos cansinos, extrema en la cifra de la incierta paga y leve en las travesías torcidas. Mujer que evoca tiempos y tierras lejanas. Medianoche que anhela la Virtud que se yergue en la piedra.

– Volveré…Tengo la certeza absoluta de que volveré.

Mirada extraviada, tiempo caduco, tejido extenso, luz en la tortuosa senda. Mujer silente, experta bionauta, vuelve a la oquedad que vibra. Muchos años alejada, vuelve a la Existencia que le salvó la vida.

– He vuelto, luz que quiebra la piedra. Me entrego a vos y a la Tierra.

Existencias entrelazadas que trazan y tejen venideros valores, evitando de esta manera que tiempos y tierras colapsen.

Sin más deciros, J 25 A.

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