Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

miércoles, 3 de julio de 2024

Medianoche p. IX

Arica– Chile                                                                                                                                                               30/06/24

Elevadas tierras, levedad en la hosca estancia, viento y silencio, velos invisibles y alwes que anhelan otra vida y otro tiempo. Mundo en tinieblas, crisol de honda soledad, vertientes olvidadas y anhelos atrapados en ocre y copal. Existencia telúrica, micelio oculto, oquedad incierta y lejano exilio. Esteco en la infame leyenda, y triste Comala en la incierta tierra. Maldiciones torcidas, alwes atrapadas y una luz informe que jamás olvida. El Mestizo, el errante silente, luz sajada, evade las hondas tinieblas, los inconclusos lamentos, la malsana humedad, trazándose en la vera de otro tiempo.

– Todavía existe la Maldición.

Extensas tierras, impotente soledad, vetusta voz y luz a trasmano. Misterio en la torcida vereda, en la estancia lejana, en la quebrada oscura, en los ilusorios territorios, en la hojarasca quemada. Medita en la fogata intensa, en el horizonte inverso, en la extensa oscuridad, en el espino elevado. Explora la levedad cobriza, el viento quebrado, las voces limitadas, los portales quemados y la vieja iglesia. Mil faces refleja, luz en contraluz, evidente y expuesta, valor de otra tierra e inversa existencia. Mitad humana, trazo de leyenda, que se olvida en las inhóspitas y extensas tierras.

– Me invocan, y yo acudo.

Esteco que ataca y lastima, que expone u oculta, envuelto en tinieblas y voces quedas, hueste que se traza en las inexorables y quebradas tierras. Evidente en la evasión eterna, en las ininterrumpidas plegarias, en los malsanos aquelarres, en los exilios interminables.

Fulgor trémulo en solitaria vertiente, leve trazo que atraviesa veredas y avenidas caducas, trama que las fogatas urden, leyenda que tejen las viejas, trémulo eco en la vetusta iglesia. Milagro o blasfemia, evasión o exilio, luz o tinieblas, humedad o sequedad, leyenda o extraña verdad. Mixtura, etnia extrema; otro linaje, otro Jentil, mas lejano y alterno.

– Me suplican, y yo concedo.

Medianoche en el pueblo sombrío, trazo y tul atrapados en inclemente copal, estático lienzo, absenta y óleo, cuerda y quebranto, cadena y cilicio. Flama en la trama, en la evocación silente, en la luz del cinabrio, en la trémula hojarasca, en el abstruso vocablo, en el tul que cuaja a medianoche, en el lóbrego bosque, en la voz que quiebra las múltiples existencias. Extraña esculpida en tosca losa, luz quebrada que lejos titila, en el altar de la taciturna iglesia, atrapada en todos los tiempos, que subsiste en el filo de un juramento.

– Un juramento me atrapa y libera.

Medianoche en el pueblo olvidado, ocre estancia, tul o existencia atrapada en cinabrio y copal. Hombre o Mujer o algo más, abstruso arque(o)tipo que simula algo que no es. Millas y milenios oculta, incierta y soterrada, anhelando su liberación. Mestizo, exiliado en Esteco maltrecho, que anhela el término de un ciclo.

– Todavía existe la Maldición.

Existencia telúrica, clepsidra llena, tiempo y vientos que laceran, voz que destroza la soledad, tinieblas en el templo profano, vetas y venas en Huara, extensa trama que invoca a los exiliados, a los extraviados, a los torcidos. Id, e invocad las trazas o alwes enlazadas.

Sin más deciros, J 25 A.

No hay comentarios.: