Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

lunes, 13 de febrero de 2012

Amanecer p. II

Arica – Chile                                                                                                                                                              20/11/11

Aunque años, siglos, milenios transcurran, aquellos Señores todavía se recordarán. Aunque se vuelvan sombras todas las tierras, aquellos Señores todavía existirán. Aunque estas frases y letras se olviden, aquellos Señores todavía os limitarán.

Suspira leve, toda la vastedad contempla, retrocede un poco, y luego baja por aquel estrecho sendero.

A los lejos el viento se tuerce y destuerce, y aullidos se vuelven de monotonía. Y un graznido destierra el silencio a eras sin cuento.

Vuelve a suspirar, y el viento la embriaga. Aquel sudor de tierra mojada, de raíces gastadas y de agua temblorosa, la inunda en toda su extensión.

Y sabe que aquellas tierras, que aquellas voces, que aquel anhelo no son de este tiempo. Sabe que es un sitio de otras eras, de tiempos en los cuales no existíamos.

Se pregunta cómo o de qué manera llegó a aquel lugar. Sin embargo, sólo el vacío contesta sus dudas.

Avanza un trecho corto, contempla el bosque extenso, bebe de un manantial oscuro, y vuelve a sus cavilaciones.

– ¿Dónde estoy? ¿Qué es este sitio? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nada recuerdo? y otras tantas dudas la embargan.

Transcurre el tiempo, y sigue su travesía. Hastiada de tanto caminar, descansa bajo la sombra de algo que pareciera un árbol.

Sabe que su travesía debe concluir, sabe que sus fuerzas le abandonan, sabe que no pertenece a aquel sitio. Sabe tantas cosas, mas no sabe cómo a aquel lugar llegó.

Su garganta se seca de tanto soliloquio, su cara rezuma sudor y tristeza. Debe detenerse, debe refrescarse.

Cruza una luz el bosque antiguo, y detrás de aquel un agua extensa se desenvuelve. Se aproxima para saciar su sed sedienta. Y al acercarse a aquella extensión, la verdad la rompe como cristal.

 Y aquella alma de aguas le devuelve su verdad. Y contempla su esencia, su verdadera esencia. Verdad de libélulas antiguas, de escarcha de mariposas, de tierras de hojas secas, de raíces de miel y de Señores Anteriores.

Sí; y ya lo sabe. Aquello no es un sueño ni un desvarío. Aquella es su esencia que ha vuelto a reclamarla. Es su verdad que le explica que pertenece a una raza antigua, que incluso las eras han olvidado.

Es una raza antigua que surcó eras oscuras y aguas distintas. Raza que se olvidó cuando otros Señores llegaron.

Sin embargo, ya lo sabe. Ya sabe su verdad, y procurará no olvidarla jamás. Y lentamente, extiende su sombra y abandona las eras pasadas. Y regresa, y cierra el gastado libro, y se vuelve como vosotros, y se limita a esta existencia.

Y quizá algún Cronóstico también recuerde cuando esas tierras antiguas surcaba, cuando todavía no descubría su esencia.

Y termina este tiempo y los eventos se suceden uno tras otro. Así los axis evidentes se vuelven y las tierras son menos leves. Y el último axis de este año es en Taltape, y se expresará el segundo sábado del mes, y su misión está referida a la extensión de la Primera Alma.

Y los otros axis activados, algunos con menos certeza que otros, se expresan en esta y otras tierras. Sin embargo, falta aún más compromiso y entereza.

Y el Señor de San Lorenzo de Tarapacá aguarda paciente. Ya ha comenzado su regreso, y pronto sabréis más.

 Sin más deciros, J 25 A.

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