Arica – Chile 16/11/11
Y aquello que se ha olvidado quizá aún se recuerde, en aquellas tierras de aguas sombrías y vientos desgarrados.
“Andrés cruza la tierra oscura y gastada, surca el sendero olvidado, traza signos en vientos y aguas e invoca a aquellos que están más allá de todas las tierras.
Andrés recuerda a aquellos que determinan su sendero, desde que quiso surcar las leves tierras y las difusas eras.
Señores que sus sueños y viajes trazan, evadiendo así vanos exilios, amargo destino y duelo sin final.
Y una Voz se extiende a través de eras, ciclos y vastedades, relatándole la ruta venidera.
Y Andrés observa aquellas tierras y aguas por última vez, y una lágrima se vuelve adiós.
Y olvida la Cruz en aquella oscura tierra, y sólo Andrés se recordará.”
Sin embargo, aunque ya su verdad sea sombra y olvido, Andrés todavía surca aquella leve tierra, trazando valores y senderos.
Y los Señores voces y sombras se vuelven, evidenciando valores y senderos que salvarán algunas tierras y algunas coexistencias.
Y Andrés surca aquella tierra oscura y gastada, expresando valores y sentencias del 21:1. Sin embargo, no es aquel que se olvidó, sino aquel que es alma y sombra de otros Señores.
Y aquel Andrés surca el sendero olvidado, traza signos en vientos y aguas e invoca verdades que se exiliaron.
Y aquel Andrés vuelve a la tierra que olvidó, y visita el cementerio antiguo, y reza en la crepuscular iglesia, y regresa a aquellos que lo amaron una vez.
Sin embargo, su verdad está más allá de las verdades obtusas. Andrés ha regresado para expresar a otro Señor, similar a aquel que surgió en 1971. Andrés se ha vuelto agua de sangre y tierra de almas para expresar a aquel Señor que a Brendan extravió.
Y el valor Andrés finaliza aquel exilio, aquel vacío, aquel sueño; y aquel Señor regresa.
Se arrodilla, reza en silencio, se despide, y luego vuelve al sendero. Siente que las aguas y los vientos se aquietan, y escucha a los lejos la voz de aquel que ha regresado.
Lentamente, Andrés se olvida, se esfuma y ya no se recuerda. Y cuando amanezca, nadie sabrá siquiera que Andrés había regresado.
Así sucede en aquella tierra donde un Señor se gesta, donde vidas se olvidan e ideales mueren en la arena.
Allá en aquella lejana tierra, allá donde todas las aguas se confunden, un Señor ha surgido.
Señor similar a aquel que surgió en 1971, mas que se expresa con voz de Hierro en tierra igual.
Y más allá del Llano de Varas, y más allá del axis señalado, se extravía una voz y se descubre una leyenda.
Vivificad el alma que a Mallarauco determina, antes que su sino sea olvido y leyenda. Surcad las tierras y senderos, al igual que aquella Alma Grupal. Sed alma, greda, hojarasca y miel para sacralizar las diversas y lejanas tierras.
Sin más deciros, J 25 A.
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