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sábado, 7 de agosto de 2010

Finis Terrae p. IV

Arica – Chile                                                                                                                                                              06/09/09

A lo lejos un fulgor difuso, un mar embravecido, tinieblas interminables y voces extraviadas.

Suelen acaecer extraños eventos cuando la vida es desolada y la oscuridad es extensa.

El viento y el agua, sin piedad, laceran la nave. Se tensan las almas y las voces se vuelven difusas. No sirve la carta de navegación y la brújula señala un norte ficticio.

Extraviado en donde no sé, ansiando llegar a tierras salvas. Repitiendo, una y otra vez, una y otra vez, suplicas vanas.

- Volver, volver, volver, una y otra vez, digo. Sin embargo, en esta extensa oscuridad más y más me extravió.

Sin rumbo, destrozada y extraviada va mi nave. Va allá donde todas las aguas se vuelven una y terminan todas las tierras. Allá donde la vida se extingue y el olvido es extremo.

Lo veo, sí, lo veo. Lejos, muy lejos, en el extremo del olvido, un fulgor difuso se extiende. Se extiende y luego desaparece. Se extiende y luego desaparece.

Sí, estoy seguro, muy seguro. Allá donde todas las aguas se vuelven una, un oscuro faro se fulgor difuso extiende.

Volveremos a la tierra y olvidaremos este aciago día. Aquel fulgor difuso nos ha salvado.

Veo, sí, veo el litoral próximo y luces innumerables. Veo los acantilados torcidos y los senderos breves. Veo la iglesia en lo lejano y el muelle en la proximidad.

Y veo el faro y su luz difusa… Y mi voz se quiebra y mi alma se esfuma. Y lloró, desconsolado, sin sentido. Sal y lágrimas serán mi consuelo desde ahora en adelante.

Y el faro y su luz difusa se extienden. Y la verdad ya me ha sido revelada. Y la verdad destroza, una y otra vez, mi acongojada alma.

Aquel faro y su luz difusa se extienden allá donde las aguas oscuras y las almas extraviadas se vuelven una”.

Y vuelven los recuerdos y las vías se hacen evidentes, cuando vuestras almas se extraviaron allá en aquel axis señalado.

Vuelven valores antiguos para preservar lo venidero. Valores que en tierras difusas hallasteis y que ahora se precisan.

Y San Lorenzo de Tarapacá guarda un arcano y en Ilo se resolverá un misterio. Sin embargo, a ninguno de aquellos sitios volveréis este año. Los senderos que veréis se encuentran en tierras que os son extrañas y que surcan infinitas y desgarradas almas.

Surcaréis lo que ahora no es tan evidente el segundo sábado de cada mes, cuando la Sentencia mengua.

Y Finis Terrae se extiende con luz difusa allá donde vuestras almas se abisman.

Sin más deciros, J 25 A.

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