Arica – Chile 16/08/25
“Metáfora en la hora queda, luz en el silente trasfondo, anhelos en el oculto cigoto, hiel y herrumbre en extensa tierra, torcidas avenidas, leyendas e historias inconclusas, vino en la tosca clepsidra, hálito en la quebrada, vientos de obsidiana y cal; y olvido en el venidero exilio. En la honda y hosca quebrada, en la huella que deja la hoguera, en la ofrenda que tuerce la lápida, existe todavía la olvidada vereda. Muerte en la hora intangible, en la tenebrosa caleta, en el ocre odre, en la triste viña, en las vetas y venas que trazan a Locumba y Huara. Muerte explica el venidero éxodo, la vieja y olvidada Huara, la lluvia de lava, la fractura de Chile, la güestia silente, las otras Comalas y el otro 21:1.
Minutos traicionan horas, tiempos vuelan, tierras caducan y alwes se olvidan. 21:1 que explaya otras leyendas e historias, otras verdades y tierras, otros anhelos y olvidos, otras voces y herejías. Mitos traicionan verdades, luz en el ajado libro, vaticinio cumplido, efigie que sublima cinabrio y obsidiana; y voces, y voces, que jamás callan. Muerte que traiciona, tergiversa o explica, bajo la luz triste de una farola. Medita la hiedra en la lápida enmohecida, teje la madreselva anhelos y torturas, hilvanan los abrojos tortuosas avenidas, tuerce el beleño las elevadas intenciones, y fenece la cala en el aislado y oxidado quirófano.
Huara invoca, si el Testigo llega. Huara fenece, si la luz prevalece. Huara se extingue, si Ofragía se eleva. 14/09 en la hora queda, tiempo que traiciona leyendas, tinta en verso o versículo, ocre en el llanto, cinabrio en el vino, vahos y tinieblas, tensión en la vetusta iglesia, vitrales que extienden otras y elevadas tierras, tinte oculto en la tétrica visión; telarañas e hifas que tejen otras historias, bajo mohosos tablones y olvidadas cadenas. Milla que trasciende, oraciones desleídas, iconos ciegos, cadalso que es altar, y una llama que todo tala. Muere Huara, y eclosiona Ofragía. Misterio en la hosca tierra, en la abandonada estación, en las coexistencias enlazadas, en la lluvia que llama, en los abrojos del pedregal.
Yggdrasil llama el 14/09. Hiel en la tierra, luz en el alma, venas y venas que tejen otra travesía, y un cigoto que ignora el olvido. Hálito que vitaliza, voces que llaman, alwes que anhelan, vertientes ciegas y un llano que invoca. El equinoccio es el justo tiempo para que eclosione la justa semilla. Confluyen los vientos y el axis trasciende. Medita el alwe en el Llano de Varas, hasta que venga el venidero equinoccio. Horizonte que refleja la vasta existencia, la voz y la luz que trama Yggdrasil.
Katakos en la huella que plasma Locumba. Hiel en el humor que hilvana el vetusto frontis. Hollan los katakos otros tiempos y coordenadas, en anhelo de otro 21:1.
– ¡Invocadnos, y acudiremos!”
Id e invocadlos. Invocad a los Videntes, a los Infantes del Por-Venir, a los que todavía no existen mas existen. Id e invocadlos, para que se vuelvan verdad y trascendencia, vector y vértice, aliento y anhelos.
“Me visita una añoranza toda vez que la tristeza me embarga. Recuerdo las avenidas atestadas, los jóvenes rumbo al colegio, las madres preparando la cena y los hombres inmersos en sus desvaríos.
No existe, ya no existe nada, ni siquiera un susurro o un latido. La estirpe de los hombres se ha sumido en el largo silencio que es el olvido. Nadie los recordará. Nadie sabrá siquiera que existieron. Huella que leve brisa, inmisericorde, borrará.”
c01 = En la tierra de Huara.
c02 = En el caos de Locumba.
c04 = Bajo la veta torcida que existe en Piedra Colgada.
c03 ya no existe, ya que holla otra avenida. 1 Tesalonicenses 3:3 en el justo valor. No facturas ni deudas.
Sin más deciros, J 25 A.
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