Arica – Chile 03/01/23
“Extenso territorio, veladas y ocultas voces, tejido infinito, vetas y venas, exilio y martirio, levedad en la sombría senda y leyendas en el cobijo de la semilla. El Hereje, extraviado tejedor, exiliada luz, soledad silente, abrojo en la altura inclemente, acre savia, se extiende o medita en las lejanas e inexorables tierras. Evasor circunspecto, extenso y conspicuo, que teje travesías, exilios y quebrantos, que traza líneas e hifas en las extensas e indómitas tierras australes. Mapa en la quebrada esvástica, corruptos anhelos tras la oscura luz, exilios y extravíos en los inexplorados territorios. Ni la ley quebranta la tortuosa senda, los torcidos anhelos, las cifras que trazan el milenio. Música en la inquieta lejanía, trazo indeleble en la olvidada Trapananda, ecos quebrados en la imposible e irreal Andinia, vectores y vértices en torno a la milenaria araucaria.
El Hereje, ocultista a ultranza, soterrado alquimista, ciudadano ejemplar, valiente explorador, asiduo lector de Miguel Serrano y otros extraviados, se cuela, lentamente, en la inabarcable y oculta tierra. Historia telúrica, existencia en la olvidada semilla, quebradas insondables y elevados ventisqueros. Kai Kai y Tren Tren en constante pugna. Extensión silente que otros valores custodian. El Hereje, el tortuoso hombre, expropia, atrevidamente, las vastas leyendas que todo explican.
Extraño, exiliado, hombre quebrado que sin medida anhela las tierras y leyendas de los Hijos del Medio Tiempo o del Crepúsculo. Crisol étnico, veta y vena, trazo y luz, cinabrio en el ocre, extraña existencia. Clepsidra en la cuenta antigua, otra levedad y otra historia, existencia lejana y excelso linaje. Múltiples existencias que cobijan y expresan olvidadas etnias, ocultas bio-secuencias e infinitos vértices. Mas vedada es la existencia que se oculta tras la araucaria. Muralla intocable, versos y letanías intangibles, leyenda inmutable e infinitas veredas quebradas y torcidas.
En la luz extraviada, en la oculta vertiente, en las oscuras oquedades, en las elevadas alturas, los Hijos del Crepúsculo anhelan a los que se trazan en todos los atardeceres. Faz en la tosca corteza, veta en el ignoto abismo, Yggdrasil en el limitado tiempo, extensa en todas las existencias y tierras. Múltiple, vertical, silenciosa y altiva araucaria. Muralla y vereda, extensión existencial, extensa en el caudal de los territorios conjugados. Cerrojo en la cancela, trazo tras trazo, corteza y astilla, luz quebrada en el extenso y solitario amanecer.
El Hereje, hastío e inquietud, extraviado dice: «La lluvia todo doblega, todo quiebra. Una inclemente tormenta se avecina.»”
“Reflejo en la obsidiana, claroscuro, exiliado en la oscuridad. Múltiple en la existencia, hereje en la solitarias avenidas, veta alemana e historia extraviada. El Hereje se explica en el ahora, mas existe en los tiempos quedos. Ecos en el alma, versos y estrofas de Lili Marleen, Tercer Reich e historias que acechan desde la otra orilla.
– La Milicia ya ha emprendido la interminable marcha.”
En Cotulmo se invoca la historia de los alemanes verdaderos, y el solícito y acre icor coagula. Coagula et solve y luego solve et coagula. Mácula que sana, y existencia que olvida el llamado antiguo. Uno de tantos extraviados, uno que ligero se traza en las calles y avenidas de Contulmo.
Marcha y extensión en los territorios ocultos de Temuco. Otra vertiente que anhela y presiente. Lahual en la lejanía y Karü en la quebrada senda.
Misiones entrelazadas. Fuego en la savia, en las alwes extraviadas, en el horizonte inverso. Mientras la luz se sitúa en Karü, el olvido quiebra a uno de los Herejes. Descifrad y aplicad.
Sin más deciros, J 25 A.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario