Arica – Chile 11/02/22
“Güestia interminable, salitre en la savia, anhelos y almas, exilio expuesto y tristeza en la extensión olvidada. Miseria en el óxido, levedad en las sombras, veredas torcidas y verdades gastadas. Fragua extinta, señales y letreros astillados, salitre en el horizonte silente, obstinado viento y amargas aguas.
El adusto hombre, mezcla de soledad y exilio, trabajador incansable, luz en la extensa oscuridad, contempla por última vez la extensa planicie. El exilio es evidente. Miseria y soledad, olvido y amargura, tristeza y hambruna. El calendario de la tienda de abastos indica 1930. Es tiempo de dejar el campamento.
– El salitre curte el alma y también los anhelos.
Morral al hombro, corvo oculto, tosca vestimenta, exiguo alimento, botella de alcohol añejado, tristeza en el hastío y extensa pobreza. El adusto hombre, lejano y pronto, avanza lentamente, evitando las lágrimas.
– Dejo la vida mas también la muerte.
Éxodo silente, exilios eternos, leyendas en la oscuridad. Una y otra vez, ciclo eterno, los Sin Tierra anhelan otros senderos y mejores destinos. La verdad del Mediano Hombre se traza en múltiples Tierras y en muchos Tiempos. No existe la heredad, ya que nada es vuestro (1).”
“Frialdad en la soledad, salobre viento, silencio y temor, avenidas y calles desiertas. Medianoche en la vereda, luz dispersa, techumbres ocres y oxidadas cancelas. Mundo en la semilla del olvido, vastas historias en las solitarias Tierras, extensos ideales y anhelos de salitre y sal. Caleta Buena, trazo antiguo, verdad soterrada, horizonte entre líneas y existencia olvidada. Telégrafo, iglesia y aula. Botica, lápidas y tristeza. Caleta Buena, trazo en el olvido, travesía inconclusa, maldecida y extraviada hasta la eternidad.
Reflejo en las aguas, verdad en el espejo, temor en el viento. Muchacha inquieta, lejana inquilina, disoluta vida, hastío y nostalgia, evoca su miserable vida. Lejana a todo, extraviada en una caleta sombría, juntando algo de dinero en pos de una mejor vida. Mas la soledad a veces juega malas pasadas. Forja historias y leyendas ocultas, oscuridad y temor, sendas y encrucijadas. Gesta travesías de almas y salinas voces.
– Dejad esta caleta. El Tiempo de la siega es ahora. La iniquidad, la maldad y el hastío nutren esta solitaria tierra. Fuego en el viento y exilio en los vagones. Dejad todo e id muy lejos.
Caleta Buena, trueque de espejos, luz de Gabriel García Márquez, en la soledad de un Tiempo, se extravía y no desespera.”
“El Noctámbulo, trazo de otro Tiempo, invoca una luz lejana. Fulgor triste, soledad extensa, sin anhelos, atrapada en una extraviada caleta. Muchacha inquieta, evidente en la tensa oscuridad, inmersa en las aguas de la silenciosa muerte, que sorprendida escucha: «Dejad esta caleta. El Tiempo de la siega es…»
El Noctámbulo entiende que la vida se explica en la vida, y que las sendas de la Tierra se extienden torcidas.
Toma un libro del estante contiguo, y lee en silencio la verdad que extingue vidas.
– La profunda Tierra ajustó cuentas en 1929. Escrito está y no hay más.”
El Tejedor teje existencias y verdades, forja otras almas o estructuras, extiende muchos anhelos e innumerables vidas. En el crisol de los Tiempos, manifiesta otras existencias. Fractales en el caleidoscopio del mundo. Prometeo actual, lejano Narciso y extraño Pigmalión. No es Galatea lo evidente, sino la misión u obra que expresa.
Sin más deciros, J 25 A.
(1) “…la tierra es mía. Pues vosotros sois extraños y moradores que están conmigo…”: Lv. 25:23.
METH 04/06/97
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