Ad Portas p. X

Arica – Chile                                                                                                                                                              23/07/21

“Dushara, levedad silente, trazos ocre y copal, dejo en el anhelo y una verdad que se devela. Firmamento extenso, voz del viento, soledad en el momento y elevadas sendas. En la lejanía inversa, en Tierras que se olvidan, lejos, muy lejos la verdad del viajero se extiende.

Forja telúrica, extrusión lítica, tierras inversas, anhelos gastados, verdad lastimera en la alianza de los Tiempos. Dushara se traza en la silente inmensidad, inverso y extenso, tal vez lejano mas siempre presente. En Ad Dier la verdad aguarda y se revela. Tiempo que se olvida mas siempre presente.

Dushara, tejedor de Tiempos y verdades, en el eco se refleja y en la lejanía aguarda. Los Tiempos de los Elevados se anhelan, si la verdad se invoca. Trazos en la planicie gastada, sesgos en el atardecer, múltiples sendas en la Tierra inversa. Dushara evoca otras Tierras y otros Tiempos, otros anhelos y muchas verdades. No se olvida lo que todavía persiste. En la soledad, en las sendas alternas, en las veredas de otro Tiempo, todavía existe el anhelo de los olvidados.

Dushara, tejedor de anhelos, trazo telúrico, en lejano horizonte, inverso en el ahora, invoca las Tierras que se olvidaron. Exilio, soledad, elevados monumentos, otras Tierras y sendas, aguas inquietas y linajes de otra Tierra. Ruta de la Seda extraviada, tribus lejanas, sagradas reliquias, arcilla y cuña, tristezas y anhelos.

Dushara, tejedor de Tiempos, invoca las Tierras que el Tiempo oculta. Elevados Señores, telúricas sendas, milenio tras milenio, ciclo tras ciclo, trazos en la historia incognoscible, que elevaron la maltrecha Tierra. Equilibrio malsano, axis y vías irregulares, inclinación en exceso, tribus y linajes en segura extinción.

Dushara y los otros, los tejedores telúricos, los vectores sistémicos, trazos de otro Tiempo, manifestaron axis y secuencias líticas, tejidos en la sal de la Tierra, vientos en el letárgico horizonte, valores eternos en los linajes dispersos. Trazo tras trazo, valor tras valor, anhelo tras anhelo, axis tras axis, alma mas Sentencia, Tierra en el Tiempo, la verdad expresaron sin dilación.

Misma Tierra, conjugada y conjurada, en extensión verdadera, luego de otro 21:1. Mas Dushara, el tejedor telúrico, el ajuste sistémico, bien comprende que las aguas vuelven a su cauce si los anhelos se extravían. Espera, silente, lejano, en la lítica extensión otro 21:1 y otro anhelo sistémico.

Dushara aguarda mas no olvida, anhela mas no desespera, invoca sin prisa, ya que todo se ajusta a las sendas del Servicio.”

“1842. Trazos telúricos, vectores sistémicos, anhelos milenarios, el joven libre expresa. En la soledad excelsa, el joven tejedor otra soledad evoca.

De Mongolia Interior a las Tierras de infinita arena, vector que teje, el joven se desenvuelve. Implacable anhelo que se gesta si lo venidero declina, ya que todo se vuelve múltiple si la ambición predomina.

– ¡Despertad, Dushara! Elevaos del barro del olvido. La Gran Guerra se avecina. Tierras y axis, sendas y encrucijadas, anhelos y momentos, alianzas y treguas, peligran.

Dushara vuelve, lejos Ad Dier espera. Es el Tiempo del Despertar. Es momento de otro 21:1.”

Sin más deciros, J 25 A.