Arica – Chile 17/07/21
“1349. Exilio, oscuridad y soledad. Peste Negra, sendas torcidas y anhelos gastados. Tristeza en la mirada, temor en las verdades y justicia en la acciones. Tiempo que el Tiempo no olvida. Tierras extraviadas en la soledad de la historia escrita. Muerte que es anhelo y justicia, verdad en la mentira, traición en las obras y sendas en los exilios.
Rapaz, tejedor de triquiñuelas, leve joven, en la húmeda tierra yace tranquilo. Rehúye la multitud, teje evasivas y travesías en los lindes de la negación. Mirada torva, dejo evasivo, tez cetrina y torcida silueta. Relegado, exiliado, entregado a la orfandad y sumido en el olvido. Entre la tristeza y la amargura, se yergue lejano en las aguas de la deriva. Rapaz, olvidable mas no, que existe entre el ayer y lo que vendrá.
La oscuridad se extiende, luz tras luz, y la humanidad descansa en la soledad de los anhelos. Tiempos quedos que jamás volverán. Europa olvidada, ajada, múltiple y agónica. Negro traje, tul inconexo, medicinas inservibles, vitalidad sin reclamo, el Hombre oscuro cruza, lento y pausado, la silenciosa extensión ocre y copal. Es verdad en las sombras que luego develará.
Mirada tras mirada, tiempos y anhelos convergen. Recuerdo que es llamado, aliento que es vida, verdad que es anhelo, senda que es inicio. La levedad se desenvuelve, igual que seda de Cachemira, sin dobleces ni encrucijadas. El joven, leve en la oscuridad circundante, teme mas luego no. Escucha en silencio la verdad que se desteje en la soledad de la lánguida callejuela.
– ¡Regresasteis! Mucho tiempo aguardamos. ¡Levantaos! Cambia la forma mas no la esencia. Milenios no trazan sendas torcidas mas bien encrucijadas silentes. Elevaos del barro del olvido. Es tiempo de vuestro regreso.
1350. Europa silente, horizonte marchito, levedad en la muerte, anhelos quebrados y la sombra de dos hombres en elevada travesía. Máscara tras máscara, travesía velada, luz en los claroscuros, leves se trazan en la extensión silenciosa. Misión que es anhelo, verdad que es historia antigua, tribu que es linaje de otro Ciclo. Elevados hombres cifrados en la materialidad, que trazan valores y verdades en el reflejo de un 21:1.
Joven mas no tan leve, tejedor de verdades y valores, se despoja de la oscuridad reflejada. Mira a su alrededor en actitud meditativa.
– Presiento a otro Durmiente. Nos aguarda en ese lejano bastión amurallado. Prosigamos sin descanso.”
“1836. El joven, tejedor en las interminables arenas, contempla la maltrecha cripta. Luz tenue, imponente hombre, entre la vida y la muerte, quizá dormido o tal vez en éxtasis.
Mirada tras mirada, tiempos y anhelos conjugados, almas compartidas, leyendas y memorias expuestas.
– ¡Regresasteis! Mucho tiempo aguardamos. Elevaos del barro del olvido.
La misma alma mas otra mirada, otro anhelo expuesto en Mongolia Interior, la misma tribu mas otro linaje, otro 21:1 mas siempre el mismo.
– El Hijo invoca al Padre y el Padre evoca al Hijo y todas las almas antiguas reflejan a los Antiguos.”
Sin más deciros, J 25 A.
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