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sábado, 14 de agosto de 2021

Ad Portas p. XI

Arica – Chile                                                                                                                                                              31/07/21

Faz telúrica, senderos incandescentes, horizonte sin horizontes, valores que se ocultan en el Crepúsculo, verdad que no ceja y anhelos de otro Tiempo. Leves en la Tierra mas extensos en las candentes Tierras. No existe valor que se le asemeje en esta limitada existencia. Portento e inmensidad trazan sus anhelos y momentos, y la soledad no es justicia.

Zacarías, tejedor visionario, luz en la senda olvidada, trazo ocre y copal, leve se envuelve en las sombras y letras del ayer. Estudio tras estudio, verdad tras verdad, anhelo tras anhelo, la otra existencia se le revela. Multiplicidad de existencias. Muchas leves mas otras extensas, trazan y tejen verdades y anhelos en todos los signos y valores sistémicos.

Si la luz mengua y las sombras se avecinan, otras sendas se tejen o trazan en las Tierras olvidadas. Crepúsculo en la verdad, mas extensión en la Tierra. Efigies o sistémicas variables que trazan o tejen valores y travesías en las Tierras olvidadas, en pro de la evolución expansiva. Misterio en la sombra, verdad en la soledad, existencia en el Crepúsculo y anhelo en lo lejano. Múltiples en la unidad del Uno. Flama y visión en la soterrada mañana. Eternos, ilimitados, existencia extensa, que regulan los anhelos del Uno.

Zacarías, tejedor de luz imperecedera, traza en leve arcilla las visiones que exponen los que existen más allá del Crepúsculo. Tiempo lejano, otra Tierra mas la misma, otros senderos en las encrucijadas, otras existencias mas las mismas almas. Un valor inverso, un ajuste sistémico, una verdad revelada, el icosaedro expreso y una leyenda jamás contada.

Inversión de sendas, axis inclinados, Tiempo inverso, soledad en copal, Tierras desfasadas y una eminente extinción.

– Henos aquí, en las agónicas Tierras. El Fulgor mengua, las sendas se tuercen, la levedad se extiende, las Tierras se estremecen. En un segundo del milenio, en la cifra justa, la extinción es justo consuelo. Todo se olvida si no hay quien recuerde.

– ¡Recordad! Elevaos del barro del olvido. Trazad anhelos y valores, Tierras y Tiempos, justicias y eventos. ¡Recordad vuestra misión! El Crepúsculo os forja. Por tanto, sois los Hijos del Crepúsculo.

– Henos aquí, en las otras Tierras. El ajuste se ha logrado, mas la verdad se ha torcido. Muchas sendas se olvidan y otras ya no existen. Exiliados que anhelan volver a su origen. Refugiados de otro Tiempo o momento que rehúsan el exilio.

– Un hombre solitario aguarda la conjunción de las Tierras. Universo en la multiplicidad y muchos anhelos en las sendas del Hombre Inmenso.

Zacarías, tejedor y vidente, trazo y letra, ocre y copal, anhelo y verdad, justifica el olvido y también el exilio. Comprende que los anhelos del Crepúsculo extendieron otras Tierras de modo transitorio. Pronto el anhelo original se extenderá. Mas no será antes ni luego, mas bien ahora en los ahoras.

Los Señores del Crepúsculos trazan anhelos y adioses en los lejanos territorios del Uno. Evidentes en los equinoccios y solsticios, extensos en la luz conjugada y eternos en la Luz Alzada. Es verdad y algo más.

Sin más deciros, J 25 A.

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