Arica – Chile 29/12/20
“Libertad quebrada, bosque lejano, anhelos desolados y una lechuza leve y extensa que traza misiones certeras.
El sendero a otras Tierras se evidencia en tiempos aciagos. La libertad se exige si todo es extravío. Promesa en la memoria, anhelo en el alma y señal esquiva en el horizonte lejano. Fugaz lechuza que evade los Tiempos desatados, que teje sendas en las noches caducas.
Fulgor de copal, gris trazo, emblema antiguo, en la cornisa del campanario aguarda, inquieta mas sobria, el último llamado.”
“Luego de la invasión y matanza, lo obligaron a sepultar a sus amigos y deudos. Fracción de juventud, infinita inocencia, inmerso en una inmisericorde guerra.
– Descansa en paz, madre. Muy pronto nos reuniremos.
Una y otra vez, convulsa tristeza se expresa. Un tropel deslavado teje y desteje aciagos momentos. Penumbra en Alsacia y sombras en Estigia. Trincheras atestadas, soldados desolados e imponentes tanques. Una escuela abandonada, las vides resecas y muchos huérfanos. Una larga y estrecha zanja repleta de muertos. Ingrata guerra que a todos separa y a muchos exilia.
Rápido aleteo, gris luz, hoz del firmamento y una voz que no es voz. El silencio se vuelve invisible si elevados anhelos lo definen. Ráfaga fría, obsidiana en la mirada, reflejo en gris y verdad en el alma.
– Escuchad mis palabras, pues otra calamidad se aproxima.
Fracción de juventud, joven adulto, huérfano y exiliado, comprende que la divinidad se expresa a través de una simple y gris lechuza.
– Escuchadme. La esvástica se extiende sin clemencia ni consideración. Dejad esta tierra. Alejaos de la aldea. Coged lo necesario y marchaos. Huid lejos, muy lejos.
– No existe sitio seguro, ya que el ejército alemán todo observa y controla.
– Existe un lugar ajeno esta guerra, invisible a las miradas férreas de los invasores. Seguidme, que os llevaré.”
“Una multitud de huérfanos, envueltos en silencio y oscuridad, la maltrecha aldea dejan. Lejos aguarda la salvación. En el firmamento se tejen fulgores ocres y grises. Líneas y trazos de lechuza que guían la travesía. En la verdad de otro Tiempo, otras verdades se desenvuelven, siguiendo los dictados de superiores Señores.
– ¿Falta mucho todavía?
– Tened fe. El pueblo hebreo tardó cuarenta años en llegar a la Tierra Prometida. Es una leve marcha. Tomad aliento, y seguid el sendero.
Lejos de las líneas enemigas, un vetusto convento aguarda a los que huyen del martirio. Fulgor gris, lechuza que mengua, atisbo de obsidiana, inquieta observa siluetas que se tejen a lo lejos. Es salvación y olvido, llegada y adiós, sendero y expiación.”
La juventud es la traza que identifica a los que vendrán. Leed y comprended.
Sin más deciros, J 25 A.
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