Arica – Chile 26/01/21
“Ligera brisa, extenso litoral, lejana algarabía y trazos y fulgores que se alejan. Lejano tiempo que evoca otras sendas y muchos anhelos. Perspectiva en la mirada, extrañeza en la vida, trazos en el firmamento y un testimonio que no se olvida.
El joven, paradigma de una era, observa el extenso litoral. Nostalgia que no ceja, tristeza que desgarra y atisbo de esperanza. La vida se extiende plena, mas llena de encrucijadas y sendas torcidas. Un signo que lo defina, una voz que lo aconseje, un fulgor que lo guíe. Lejano, trazo de soledad, tristeza de juventud, aislado de todo y de todos. Leve mas extenso. Múltiple en la existencia, mas inmerso en la unidad quebrada. Un dejo de amargura, una silueta indefinida, voces que no existen y sendas que se multiplican.
Joven que no existe, sombra infinita, olvido intermedio, extraviado en el Tiempo, traza otro desencuentro.
– Mienten. Ellos mienten. Todos mienten. Mienten y temen.
– Temen y envidian. Jamás contemplarán lo que has visto. Mundos en exilio, galaxias a la deriva, universos en la penumbra. Te detestan y temen.
– Mortales en la sombra, atrapados en la miseria, anhelos gastados, ajenos a la verdad. Nacen, se reproducen y mueren. Ciclo interminable, verdad ínfima, tristeza eterna. Mortales que envidian a los Inmortales, a los Fulgores que existen lejos.
– Rehúsan la verdad, las sendas excelsas, las Tierras invertidas. Rehúsan los elevados anhelos, y trazan historias y verdades a medias. Leves en la levedad, mezquinos en los anhelos, intensos en la mediocridad y ajenos a la existencia plena.
El joven, trazo infinito, observa la extensión silenciosa. Muchas siluetas que en silencio observan. Fulgores que se hunden en la húmeda arena. Luces que tejen anhelos y momentos. Figuras que existen en la soledad extraviada. Uno que otro trazo incompleto que se resiste al olvido. Brisa que no ceja, sal quebrada, buque a lo lejos y un instante en la retina.
– Contempla el firmamento si la vida leve te atrapa. Cada fulgor es reflejo de un anhelo, la magia de un momento. Traza tu destino y vuelve al universo.
Un fulgor y luego otro. Luces y letras, anhelos y tristezas, alianzas y duelos. Trazo y línea, palabra y reglón, existencia y Seidad. Firmamento que es testamento, verdad que es senda y soledad que es exilio.
El joven, testigo de un momento, lejano y pronto, abre la mochila. Cuadernos, lápices y un frasco de pastillas. Toma el frasco. Guarda silencio un momento.
– Mar, no tengo esquizofrenia. Es mi verdad que todo abarca.”
Continuad la misión, pues lo que se redacta en el firmamento es eterno en la Tierra.
Sin más deciros, J 25 A.
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