Arica – Chile 07/12/15
En Valparaíso,
en Tierras extraviadas y próximas al ayer, un Señor del Centeno encontró su
sosiego. Atravesó Tiempos y Tierras para hallar a los que anhelaba.
En una iglesia torcida, inmerso en un Tiempo tangencial,
regresó para no volver más. Un abrazo, un saludo, una bienvenida sellaron su
misión.
Extraviado,
sumido en Tiempos inmemoriales, os esperaba. Lejano en Antofagasta. Exiliado en
un solitario asilo, atrapado en un estrecho y lúgubre cuarto, sentando en una
gastada silla, anhelando los infinitos axis.
Atravesó
Tierras, Tiempos y momentos para facilitar los Vientos del Cambio, para
materializar los designios del 21:1, para trazar las co-ordenadas de la
Geo-Navegación.
Año tras
año, tristeza tras tristeza, trazó mundos y redactó historias, que gestaron
vastos senderos a todos y ningún lugar.
Mas todo
tiene un final justo. Justo anhelo por algo excelso. Su evasión y expansión
alcanzó en Valparaíso. Ahora surca otras Tierras y Anhelos. Anhelos más
verdaderos quizá, más elevados tal vez, más extensos posiblemente; pero, por
sobre todo, menos materiales y más existenciales.
Se volvió una voz, una historia sin tiempo, una sombra en
la lejanía, un atisbo y una verdad, sencillamente, para que vuestro regreso fuera
efectivo.
Libre,
sin ataduras, en otro Tiempo y Tierra, un Señor del Centeno ahora en Valparaíso
anhela. Valparaíso lo cobija mas en otro Valparaíso.
Otro
Señor del Centeno ahora os anhela y presiente. Señor que es Memoria y alma en
un antiguo Lazareto.
Traza
una verdad en vosotros. Expresa su leyenda en el ahora. Se extiende en todos
los ayeres, en todos los ahoras y en todos los mañanas.
“Tau está en mí. Nadie ni nada interferirá.
Extenso soy, sin embargo, lejano estoy.” Lejano, muy lejano, imposible. Nadie
ni nada retrasará vuestra travesía. El Tau, la señal, está en vosotros. Lejanos
a los Lejanos, imposibles y más legibles sois.
El Señor
que aguarda en el Lazareto os ayudará. Expresaréis vita o morte porque es
menester. Señor que todavía existe en otro Tiempo y Tierra. Todavía 1905 lo
señala. Todavía está aprisionado en 1905 y en las memorias que sufren en el Lazareto.
Lepra,
malaria, peste negra y otras. Hombres, mujeres y niños atrapados en aquel sitio
y Tiempo. Libertadlos y libres seréis. Surgid en el ayer para salvar vuestro
mañana.
Volved
en anhelos y meditaciones, para que se trace lo que es menester. El que anhela
en el Lazareto es Señor que aguarda en el Centeno si así lo trazáis.
Una cancela de hierro forjado y un monograma labrado
atrapan a una mujer en 1925. Una lid fratricida aleja al que anhela en 1945.
Todavía
Puerto Oscuro anhela. Se tejen y entretejen verdades y leyendas. Y todas os
llevarán a un solo lugar.
Sin más
deciros, J 25 A.
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