Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

sábado, 7 de agosto de 2010

Finis Terrae p. VII

Arica – Chile                                                                                                                                                              27/09/09

Yace leve y silenciosa. Yace olvidada e inerte. Yace fría y difusa. Su voz ya no existe y sus lágrimas de cinabrio son.

Así la encontré aquella tarde lluviosa de marzo, cuando del trabajo volvía. La vi y mi alma se destrozó.

Alguien me había arrebatado lo que más quería. Alguien celoso de mi felicidad me maldijo sin compasión.

Y desde aquel día dejé de ser el que era. Me olvidé de mí y de mi destino. Y me volví venganza y cólera. Sombra difusa y triste me volví, deambulando por senderos oscuros y desolados.

Desprecié la vida. Desprecié la tristeza. Desprecié lo que una vez llamé amor. Nadie sería feliz si yo ya no lo era.

Y urdí una misión, una misión oscura y torcida: exterminar a todo aquel que viviera en esta desolada tierra.

Así tracé planes torcidos y terrores extensos, para acallar mi triste desolación. Sin embargo, eran ilusos y sin sentido, y a ningún buen puerto llegaron.

Un iluso y patético vengador me volví; y así me dijeron muchas veces.

Y en una tarde difusa, una extraña sombra a mí se aproximó. De semblante oscuro y de leve voz, de mirar profundo y sonrisa forzada, era aquel que me visitó.

Me preguntó si en verdad despreciaba tanto a la humanidad. Me preguntó si era capaz de llegar hasta las últimas consecuencias con tal de saciar mi sed de venganza.

Le dije que sí, que iría hasta el fin de la tierra con tal de ver mi venganza cumplida.

Y una risa sardónica se oyó por todos los senderos oscuros y desolados de mi ciudad. Y extendió su mano torcida, y en ella una daga vi.

Sellar el pacto era prioritario para lograr lo que yo anhelaba. Y la tierra reclamó mi sangre y la vida me exilió.

Y me volví sombra y venganza, deambulando por extensos y torcidos senderos, buscando a quienes eran como yo.

Cada alma desgarrada, cada alma envilecida, cada alma torcida formaría aquel áscar que lucharía al final de los tiempos.

Y la Muerte es nuestra voz y sus designios nuestra verdad. Así será hasta que los tiempos sean los verdaderos y la vida de vosotros se extinga”.

Los eventos sistémicos no solamente abarcarán las tierras de vuestra Tierra, sino también las tierras que existen más allá de Finis Terrae.

Tierras de almas se verán enfrentadas en extensa y tortuosa lid para preservar sus verdades. Verdades que develareis cuando a San Lorenzo de Tarapacá volváis.

Sin embargo, en Tarata se develará un arcano que está relacionado con este evento de almas. Si en vuestras tierras es evidente la Sinfonía del 21:1, allá más verdadera y extensa es.

Aprestaos a los venideros eventos. Id con temple extremo, pues podríais extraviaros...

Sin más deciros, J 25 A.

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