Lejos, sí, lejos se extiende aquel desierto. Allá donde las voces se extravían y el firmamento es leve, existe aquel salobre y olvidado desierto.
Difuso, solitario y olvidado el extenso desierto de Finis Terrae espera. Espera del letargo volver, cuando las sentencias concluyan y el 21:1 sea evidente.
Antes era extensas y oscuras aguas, mas ya se olvidó. Antes era voz de sabiduría, mas ya no se recuerda. Antes era axis lejano, mas ya no se anhela.
Sólo quedan las leyendas torcidas, sólo quedan los recuerdos desgajados, sólo quedan sombras leves y rutas extraviadas.
Rutas extraviadas que los dioses olvidados trazaron cuando las tierras eran verdaderas.
A aquel desierto iréis el próximo año. Allá descubriereis otro arcano y trazareis sagradas líneas.
Así volverán los dioses que una vez partieron, siguiendo sincronía de sentencias extensas. Volverán a la tierra que salvaron cuando el otro 21:1 era evidente. Volverán a terminar lo que se debe expresar y expresar lo que se debe terminar.
Sí, volverán los dioses antiguos y olvidados cuando los senderos sean evidentes. Y la sombra de V’irakosha se extenderá por todas las difusas tierras, preservando lo que siempre fue sagrado.
Y en el Salar de Uyuni V’irakosha extendió un sendero. Y a aquel salar el próximo año iréis. Allá aguardan la extraviada ciudad de Ahrrem y las lágrimas de los dioses olvidados.
Son eventos que marcarán vuestra vida y que os aproximarán más a vuestra causa primera. Sin embargo, os confidenciamos que cada vez estáis más lejos de la levedad y más próximos a las elevadas tierras.
Seguid, siempre seguid pues es la travesía la que os mantiene vivos. Es símbolo y letra lo que hoy os hemos contado.
Y el sendero de los dioses olvidados o la ruta de V’irakosha es vuestra venidera vía, y cada vez más próximos a vuestra Finis Terrae.
Sin más deciros, J 25 A.
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