En la tempestad, en la adversidad
más abyecta, almas desgarradas surcan todos los mares y todas las Tierras.
Atadas a sus pesares, inmersas en trágicas
historias, regresando una y otra vez, una y otra vez, al sitio del extravío.
“Mujer,
viuda temblorosa, atrapada en un lejano y olvidado Lazareto. Enferma, silente,
soterrada, anulada, anhelando algo que jamás tendrá.
Un
hijo, siempre quiso un hijo, una digna heredad que ostentara el apellido de su
marido. Mas a veces la vida es inmisericorde y Dios se oculta en las sombras.
Estéril, igual que tierra yerma, invisible, mujer incompleta, anhelando un hijo
que jamás llegará.
«Mujer a medias», una vez le dijo su
marido. Dejándola a la deriva y sin consuelo.
Desdichada,
humillada, dejó atrás la tierra que la cobijó por tantos años, visitando otros
territorios y vericuetos. Mas jamás logró olvidar el malestar que laceraba su
alma.
Desnutrida, enferma, viuda, lisiada, decidió volver
a su tierra natal. Desahuciada, la internaron en un lóbrego y sombrío Lazareto,
lejos y próximo a los extensos y yermos desiertos.
En el
Lazareto aguardó su muerte, exudando sangre e hiel, libre de todo y sin
anhelos. Terreno que traza y teje sombras difusas, similares a Parcas desorientadas,
en espera de un final.
La muerte la reclamó un sombrío
noviembre. Sin embargo, todavía surca una y otra vez el sendero gris que conduce
al Lazareto.”
“Soy
un simple hombre, señor, que vive de la tierra. Me dijeron que estaba muy enfermo,
y les creí sin rechistar. Son médicos, pues. Ellos tienen educación; y yo solamente
sé sumar y restar.
Me
dijeron que pronto moriría. ¡Qué le vamos a hacer, pues! Es la vida. Tal vez
sea el justo sosiego o la eterna oscuridad. Una vez cuando niño un sacerdote me
dijo que las enfermedades son castigo de Dios, producto de la desobediencia de
los humanos.
Agonizo.
Pronto la muerte reclamará mi alma. Quiero que sepa, señor, que siempre hice el
bien y jamás causé daño de manera premeditada. Muero con la conciencia
tranquila y con la esperanza de la salvación.”
“Contemplo una danza de almas, leyendas
e historias interminables, atadas a un desolado y lúgubre Lazareto. Maltrechas,
atormentadas, atrapadas en Tierras y Tiempos disímiles, ignorantes de su
calvario, excluyentes mas atadas a un mismo lugar.
Trato en lo posible de liberarlas de
su triste calvario. Mas algunas son testarudas, extremadamente desconfiadas, mezquinas
en ambiciones, rehusando una y otra vez mi ayuda.
El tarot me señala que no hay salvación
si existe negación. Insistiré por última vez, y luego dejaré este mísero
puerto.”
Liberadlos
y libres seréis. Id mas no id. Desterradlos de su exilio y regresadlos al
olvido. Id al ayer y forjad otro mañana.
Liberadlos
y libres seréis. Tejed otras historias y leyendas. Desandar el sendero es la
solución. El Tiempo marcha inverso si es menester.
Regresaréis
si se evidencia la verdad. Nada ni nadie interferirá, si es vuestro elevado anhelo.
Sanidad
y ascensión. Retorno y expansión. Una historia concluye mientras otra se
inicia.
Nada surge de la tierra si no es menester. Otras Tierras, Tiempos y
Momentos se explayan o redactan si la Tierra lo amerita.
Otro
sábado, otra redención y otro momento. Así es y así será.
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