Arica– Chile 25/05/16
“El viajero presiente lo venidero, mientras fulgores
lejanos trazan imborrables líneas. Surca un Tiempo para expresar verdades,
historias y leyendas. Traza un «aquí», rehúsa un «ahora» y se extravía en uno o
más «ayeres».
El viajero surca senderos olvidados, Tierras gastadas y
Tiempos espaciados. Se vuelve sangre, verdad y Alma de un linaje particular. Recorre
los senderos olvidados en pos de su destino, anhelando la verdad de una
leyenda. Se explaya en muchas vidas y se presiente en los atardeceres
silenciosos. Es un padre valeroso, una madre abnegada, un hijo tímido, un
linaje perdido y mucho más. Existencias marcadas por la sangre y atadas a los
devenires de su Estirpe.
El viajero se vuelve un principio para expandir Tiempos y
Tierras, para extender Linajes o Estirpes, para evocar los 42 (32 + 10) senderos
que existieron antes del Tiempo de los Olvidados.
El viajero visita otra Tierra y
Tiempo. Mesopotamia lo cobija. Es voz y Sentencia de un Ancestro. Es un mago
pretérito. Experto en las artes antiguas que surca Tierras lejanas y próximas.
Heredero que la penumbra traza, voz que cobija la sangre, luz que expresa un
Señor, trazo y biosecuencia manifiesta. Viajero que redacta una historia, revela
un porvenir, traza otros mañanas y rescata verdades que algún día servirán.
El
lejano firmamento le trae historias sobre Dioses extintos, doctrinas caducas,
civilizaciones olvidadas y verdades inalterables. Rescata lo primordial, lo que
es evidente y prioritario para salvar todas las Tierras y todos los Tiempos.
El viajero se observa en
el reflejo de las aguas: es el mismo mas otro. Es una verdad trémula que liga
Tierras y Tiempos, para evitar que los senderos se extravíen sin más.
32 senderos se trazan
en los ahoras. Mas 42 senderos se explican en otros ayeres y mañanas. El +1
siempre se evidencia lejos del «ahora».
El viajero vuelve al principio
y redacta su olvido. No existe el extravío, porque es finito e infinito en la
memoria de la Tierra.”
“Otro viajero, evidente en el ahora y sin lazo antiguo, sujeto a otra
existencia y Linaje, externo y sin historia, proveniente de Aldebarán y más
allá, se explica en la levedad de la Tierra.
El
viajero se vuelve otra alma e historia. Señor que se extravía en la levedad
para expresar sus anhelos más elevados.
El viajero, gestor de
verdades, Señor de las Almas, vínculo primigenio que resiste la separatividad, recorre
los atestados pueblos que rasgan la olvidada Mesopotamia.
El viajero traza una
historia para que Aldebarán se recuerde. He aquí un secreto que ha permanecido
olvidado.
El viajero se limita
en la materialidad. Es un simple hombre en un mundo simple. Observa las tierras
perecederas y el extenso firmamento. Cruza las amargas aguas del Éufrates.
Presencia seculares ritos y procesiones interminables. Es una simple alma en un
mundo simple, para salvaguardar todas las infinitas tierras.
El viajero su misión
termina, y vuela lejos, muy lejos, y luego se olvida.”
También sois viajeros que
surcan otras Tierras y Tiempos. Habéis vuelto una y otra vez al «ahora». Mas vuestra
verdad se presiente más allá de Ite y se traza en otros Tiempos y amaneceres.
Nada es fortuito o sujeto al azar. Se limitan y redactan las verdades siguiendo
una lógica inconmensurable que a muchos quizá extravíe.
Seguid, aunque las Tierras o Tiempos os extravíen o se
extravíen. Así es y será.
Sin más deciros, J 25 A.
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