Arica – Chile 09/12/16
“En algún lugar, 1971.
Transcurro en un Tiempo, inmerso en
mis pesares, presintiendo a los otros, a los que eligieron otra senda.
Desespero y me extravío. Regreso una y otra vez al mismo designio. En otros y
en mí, en una senda gastada, en una avenida torcida, tristeza me abarca y me
aproxima a la soledad.
Los presiento lejos, extraños los diviso, ajenos se
presentan, tal luces mortuorias que las tierras vacías labran. Lejos y lejos en
otra extensión y Tiempo permanecen quizá. Mi alma no los atrapa y mis anhelos
se desgajan.
Quizá surquen otras avenidas lejanas y próximas. Internas
transiciones y veladas sendas solamente presiento.
Los anhelaré, los invocaré en Chacaltaya. Silencioso, tranquilo,
exiliado y abrumado anhelaré a los que partieron.”
“– ¿Estáis ahí?
– ¿Quién habla?
– El que anhela.
– ¿Quién sois?
– Uno más de los que anhela, que permanece y presiente en
esta solitaria vastedad, que traza y ejecuta los anhelos primigenios. Uno que
los J 25 trazaron.
– En mi soledad los anhelo, en gélidas tierras los
recuerdo. Chacaltaya traza mi vida y
resguarda mi memoria. ¿Dónde se encuentran mis hermanos?
– Surcan Tierras y Tiempos lejanos. Recorren las sendas australes
para evidenciar una Voz y una historia.
– ¿Es verdadero lo que expresáis? ¿Son verdaderas vuestras
palabras?
– Verdaderas y sin restricciones. Una luz indica el
sendero y manifiesta un sentido.
– ¿Me escucháis? ¿Me escucháis?
– Sí, perfectamente, Elías. Mi voz es vuestra voz. Pronto
vuestro exilio terminará. Volveréis a ellos por fin.
– Será un alivio y una bendición. Todo termina y todo se
perdona en esta Tierra y en esta vida.
– Pronto los encontraréis. ¿Me escucháis?
– Sí, os escucho claramente. Pronto veré a mis hermanos.
Será un bendito momento. Mi tortuoso exilio terminará por fin. Gracias por
escuchar mi llamado.
– Es nuestra misión, Elías. Os veremos pronto. Pronto seréis
verdad y aliento en los axis milenarios.
– Muchas gracias y vuestro sendero bendigo.”
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