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viernes, 17 de septiembre de 2021

Ars Antiqua p. III

Arica – Chile                                                                                                                                                              16/09/21

Extensa carretera, vías infinitas, caducos amaneceres, anhelos a la deriva, una que otra amistad y un Chevy que se traza en la lejanía. No se olvida lo que perdura. Las verdades permanecen en la memoria del Tiempo. Lo que ha sido se expresa en lo que será sin extravíos ni encrucijadas. Los viajeros, los tejedores de aventuras, ya no tan jóvenes, todavía se explayan en las lánguidas rutas de Oklahoma.

1966. Ruta lejana, extensión infinita, una pareja de jóvenes egresados de la universidad. Muchos ideales, vastos anhelos, travesías miles y verdades a medias. Mirada infinita, meditaciones de bolsillo, trazos en ocre y copal, libreta en la guantera y un ajado mapa caminero.

En las sendas del Hombre Inmenso, en los territorios extensos, en los valles inversos, las travesías se tejen y trazan según los anhelos expuestos. Ideales que cuajan, verdades que se expresan, letrero tras letrero, senda tras senda, los viajeros, los jóvenes inexpertos, en la extensa U. S. 66 se olvidan.

Expectativas miles, anhelos y leyendas, crónicas de la América Profunda, vías y senderos entre lo que ha sido y lo que será, territorios excelsos e inexplorados. En la forja del milenio, entre linajes nativos, venas oscuras y agua negra, en los vértices del Tiempo inequívoco, lejos de Jack Kerouac y no tan lejos de Walt Whitman, los tejedores de aventuras y situaciones se extravían en los horizontes inversos.

Lejos de las multitudes, entre linajes eternos, en las alturas inversas, en los territorios inexplorados, en la levedad que atosiga, entre aguas y vientos descontrolados, la verdad se expresa sin ataduras ni desvíos. La verdad del Hombre Inmenso, el Vitrubio encadenado, el Tejido Primordial, el venidero linaje, crisol en los momentos, evidencia del 12 + 1, se traza una y otra vez en la memoria de la Tierra. Oklahoma es trazo y verdad, alma y anhelo, crónica y trayecto, linaje y luz, sendero y momento. Es vestidura y velo, tejido y existencia, valor y vector del nativo Vitrubio. Es evento que ejemplifica la verdad del venidero linaje.

Los jóvenes, elevados en anhelos, evidentes en sus consignas, lejanos a cualquier credo separatista, embebidos de lo Existencial, entienden que tras la historia convulsa, tras las lides del hombre limitado, otro linaje se traza. En las estribaciones de Ozark, en la silenciosa soledad, velos adustos, valores sagrados, los Elevados Nativos aguardan mas no desesperan. El Tiempo es el Tiempo. El momento es la verdad de la memoria. El llamado se escucha. La húmeda Tierra, la hojarasca dispersa, el viento que lacera, la miel que endulza, invocan y evocan a los vastos Idealistas. Tejido tras tejido, vena tras vena, arteria tras arteria, verdad tras verdad, los Elevados Nativos configuran al Hombre Inmenso.

– Mi travesía ha terminado. Continuad la vuestra. Ellos claman mi llegada. La húmeda Tierra, la silenciosa oscuridad, las aguas eternas, los senderos elevados, invocan mi llegada. Proseguid la travesía. Pronto os veré. En el reflejo de las horas, en las veredas del Tiempo, en las sendas interminables, siempre estaré, mi hermano. Dejadme aquí. El sendero es en soledad y silencio. Buscad otras travesías y verdades. A-Dios.

1968. Chevy lánguido, tren lejano, libreta en la guantera, música de viento y anhelo, lejana memoria y un joven solitario en busca de aventuras.

Pe’ Sla me invoca. Quizá en la travesía del alma, su verdad se explaya. El Tejido Primordial, los avatares del Milenio, el linaje 12 +1, se tejen excelsos en los territorios de los Elevados Nativos, los Primigenios que esta Tierra forjaron.

Sin más deciros, J 25 A.

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