Vendrán aquellos tiempos donde las tierras serán extensa y difusa levedad. Volverá lo que siempre Nausicaä ha anhelado, cuando las aguas sean leves y sombrías.
Verdadero será lo venidero. Verdadero será, ya que es valor + 1 en esta y en otras tierras.
Quizá os parezca algo de extremo valor – 1: las sombras oscuras siempre esconden luces dispersas. Sois un valor más en esta solitaria extensión. Valor que es verdadero para expresar sistemas de extensas meta-matemáticas.
Sin embargo, no seréis olvidados. Vosotros no volveréis al olvido, ya que os será extraño. De vosotros surgirán las verdaderas y venideras tierras. Sí, seréis la sombra de otros Señores que expresarán vastas existencias.
Nausicaä sabe de aquel arcano. Sabe que para que exista lo venidero, lo antiguo debe olvidarse. Sabe que el Árbol de la Vida de los Tiempos Venideros, surge del exilio de Antiguos Señores.
Así es el ciclo de la expansión en esta y todas las tierras. Por tanto, lo que se susurra en la noche de los vientos es evidente y verdadero. Es verdadero y evidente lo que las aguas y las tierras expresan. Es voz de fuego que los Señores del Crepúsculo trazan.
Proseguid con vuestro cometido, sabiendo que el sendero está trazado. Sendero que surcarán los dioses olvidados y las voces de los elementos. Así debe ser, bionautas, y no hay otra alternativa. Y si otra alternativa existiera vosotros seriáis olvidados por siempre.
Allá os aguarda la tierra que se olvida, pero que se presiente. Allá aguarda un secreto y se gesta una leyenda. Iréis en busca de algo que quizá vislumbrasteis en Puerto Oscuro. Algo que os dará más luces de vuestra misión más profunda. Se aclararán muchas dudas pero otras interrogantes surgirán.
Sin embargo, os aventuramos que aquel mar leve en el tiempo ha quedado. Tierra que todavía algunos Señores Antiguos anhelan… Y susurran los del Por-Venir en aquella extraña tierra, cual brisa salobre que se extravía.
Estad prestos a aquel evento, el cual se realizará cuando el crepúsculo sea evidente, y a los lejos se vean sombras de ígneos Señores.
Nausicaä lo sabe. Nausicaä os ayudará. Sin embargo, ¿quién a Nausicaä salvará?
Sin más deciros, J 25 A.
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