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sábado, 11 de diciembre de 2021

Absentia p. VI

Arica – Chile                                                                                                                                                              08/12/21

Efigies y valores, trazos y líneas, verdades y anhelos. Entre Tiempos extensos, lejos de las Tierras que menguan, los Cronósticos, los tejedores de situaciones, todavía –sí, todavía–anhelan a la vera del sendero. Rastros y registros tejidos en copal y sepia. Momentos y anhelos suspendidos en el lejano 2013. Todo se explica si se requiere. Mas todo se extravía si las convicciones flaquean.

Mecanismos y engranajes, vectores y valores, existencias y almas, sendas y encrucijadas. En la solitaria Huara, lejos de la antigua casona, en las sendas que convergen, en la vida que se expresa, muchas almas y anhelos se tejen. Los Cronósticos y las almas conjugadas todavía mantienen la travesía detenida en la cifra convenida.

El Monje, levedad en la levedad, totalidad extensa, ataviado y lejano, explica la verdad que las almas conjuga. En la verdad que se explaya, entre sendas y encrucijadas, las almas se conjugan y comparten, para detener los Tiempos y las manecillas del Cronostático. Mixtura de Tiempos en el Fractal de los momentos. No existen los momentos disgregados, mas bien el Eterno Momento. Estático valor en el Tiempo, verdad en el viento calmo, sombra ambigua en las aguas que convergen. Eterno 2013 hasta que sea 20:13. En la levedad de los momentos, lejos de Huantajaya, lejos de la antigua casona, el Monje silente, el Tejedor excelso, anhela y aguarda vuestra llegada.

La Mujer, en ocre y sepia, lienzo deslavado, evoca a los otros, a los Elevados Fulgores. Misiones y travesías se conjugan, extendiendo trazos y vías, tranvías y trenes, leyendas e historias. Bajo la luz vespertina, lejos del mundanal ruido, teje y traza idas y venidas. Los Tejedores no se olvidan y jamás fenecen. Existen a la vera del sendero, en Tiempos espaciados, evocando elevadas travesías y correctas misiones.

La Mujer, leve en la levedad del Tiempo, extensa en los momentos, evoca su última tertulia. El gran salón, la música acompasada, las delicias turcas, los muebles elegantes, las conversaciones triviales y la muchedumbre febril. Existencia vana y lejana, que la impulsaron a indagar el otro lado. Libros e historias, ideales y verdades, sendas y encrucijadas, idas y venidas. Forjada en el crisol del Milenio, mas extensa en las otras y lejanas Tierras.

Contempla la casona solitaria, las sendas quebradas, el Tiempo suspendido, la llegada de los otros. La Eternidad se teje lenta y sin pausa. Momentos y anhelos, hebra tras hebra, ideales y cometidos, tejen y explayan la verdad que se oculta tras la vetusta casona.

El Militar, lejos de su Tierra, ataviado ligero, leve acento alemán, todavía anhela en el viento y en las aguas de un Tiempo deslavado. Lili Marleen lo refleja y extravía, lo eleva y extiende, lo evoca e invoca. Una y otra vez, una y otra vez, vuelve a las Tierras abrasadas, a las sendas extintas, a las ciudades devastadas, al aciago 1945, en busca de Redención y Liberación. No existe trueque ni alma convenida. La Redención es la última Liberación y no hay más.”

El Monje explica Sanidad, la Mujer traza Perseverancia y el Militar invoca Redención. Conjunción de almas y Tiempos, que existen y manifiestan lejos de la vetusta y olvidada casona. Invocadlos, y la travesía es. Designadlos, y la verdad es. Trazadlos y todo es.

Contulmo, Lago Lanalhuel e Isla Mocha en su Provincia esperan. Lahual todavía existe en la oscuridad del momento. Mas si os volvéis un Nahual a Lahual veréis.

Sin más deciros, J 25 A.

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