Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

viernes, 21 de mayo de 2021

Ad Portas p. I

Arica – Chile                                                                                                                                                              20/05/21

Frontis elevado, trazos de metal y arcilla, viento lejano y grave, sendas de agua y neblina, luces informes y sagradas leyendas.

Madera tras madera, metal tras metal, anhelo sobre anhelo y una extensa libertad. El Tejedor antiguo, la levedad en la sombra, el forjador de momentos, en la silueta de un Tiempo, espera y desespera según las horas quietas. Horizonte inverso, luces que trazan leyendas y voces que se olvidan.

Canario según la ley, mas lejano en su verdad. Raza antigua, lejana en demasía, legado olvidado, leyenda señera. Leyenda que se evoca en lánguidos solsticios, en sendas entrelazadas, en fuentes extraviadas. Fulgor que desgarra, Mafasca incrustada, leyenda ininterrumpida y verdad que cuaja.

Lejano en el Tiempo, el Tejedor antiguo, el verdadero, invoca su exilio y traza su evasión. Trazo tras trazo, metal tras metal, viento de copal, bosquejo primigenio, la oscuridad lo envuelve en la silenciosa oquedad. Cosmos infinito, luces y fulgores, axis mundi, intimidad resuelta, inmerso en lo trascendente, el viajero antiguo su alma entrega.

La travesía termina, las sendas se esfuman, el viento se aquieta y los anhelos concluyen. Es tiempo de su muerte. Metal tras metal, sangre de arcilla, momentos en la oscuridad y soledad plena. En el Tiempo señalado, en el solsticio trazado, el Evocador antiguo, el Tejedor silencioso, observa toda la existencia. Círculos concéntricos confluyen, trazos y vectores se entrelazan, la levedad se desgarra y la existencia verdadera se asoma.

Frases desarticuladas, latido tras latido, inhalación y exhalación, mas luego el silencio extenso. Oscuridad, soledad, vaciedad, claroscuros, luces quebradas, vertiginosa expansión y, finalmente, la plenitud de la conciencia. Uno en la totalidad, invisible en la levedad, silueta tras silueta, leve figura que reclama la Tierra.

Luego de la última luz quebrada, en Tierras extensas, su existencia se olvida y la verdad se asoma. Trazo en la oscuridad, bóveda de arcilla y roca, eco tras eco, la senda al más allá se evoca. Igual que antes, según la ley de su Linaje, la verdad vuelve a la verdad. El viento a la tormenta, el alma al Cosmos y los anhelos a la Tierra. Tejedor que es tejido en la Tierra, vastas sendas de agua, venas y vetas silenciosas, aliento que es voz en el silencio y luz que es Mafasca.

La verdad no se olvida, trasciende. La vida no se extingue, evoluciona. El alma no se esfuma, solamente aguarda otra Estación. Un Tejedor jamás muere, se vuelve alma y sombra de los que vendrán.

Luz que vibra, agua que se estremece, viento que arrecia, latido leve. Una voz se traza en el horizonte silente, un fulgor cuaja en la noche de los Tiempos y otra senda se explaya.

Trazo tras trazo, arteria sobre vena, tejido tras tejido, verdad y luego existencia. Latido lento, latido tras latido, latido siempre latido, y otro mas el mismo Tejedor que vuelve. Limitado en sus anhelos, iluso en algunos aspectos, mas vidente de los momentos. El Tejedor vuelve cada vez que las sendas confluyen y las Tierras lejanas se expresan.

– Todo vuelve. De una u otra manera al final todo vuelve.

Sin más deciros, J 25 A.

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