Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

viernes, 17 de febrero de 2012

Amanecer p. VII

Arica – Chile                                                                                                                                                              23/01/12

Alguien existe, alguien se extiende allá donde se extravían senderos y verdades.

Avanza. Se detiene luego, respira hondo, y después prosigue. El sudor lo empapa, el cansancio lo lacera, y el desdén lo enceguece.

Sabe, bien lo sabe, que debe proseguir, que debe concluir su misión. Deben ser exterminados todos aquellos que el sendero, las creencias arraigadas y el martirio olvidaron.

Así su verdad se escribe, y con sangre y lágrimas se le recordará. Y no le importa en demasía lo que de él digan.

– Total musita , las voces se secan y el dolor se lo lleva el viento.

Todavía Damasco lejano se encuentra. Aún queda mucho que recorrer, aún falta lo más difícil.

Tropieza; y luego se levanta. Y siente algo extraño, algo que no descifra. Y observa a su séquito tan lejos, y tan cerca luego. La tierra oscura se vuelve, el viento se detiene, y aquel fulgor extraño se extiende en demasía.

Y contempla, sorprendido, algo extraño y sin sentido: dagas entrelazadas, lenguas de fuego y aguas de sólida rigidez.

Retrocede, y retrocede. Intenta gritar, intenta llamar la atención de aquellos que lo acompañan. Sin embargo, son sólo sombras que se desvanecen, son sólo voces que se apagan.

Y aquello cual sombra de un Señor, se aproxima a él, y lo envuelve. Trata de retroceder, desgarra su túnica, y con voz trémula pregunta:

– ¿Quién sois, Señor?  y se arrodilla, temeroso.

– Bien lo sabéis, Saulo. Soy el que siempre habéis buscado. Seguidme, seguid lo señalado.

– ¿Señor, sois vos? ¿Sois verdaderamente vos?

– Vuestra alma responderá, Saulo. Vuestra alma responderá.

Y su alma se extiende. Y esa esencia lo define, lo limita y lo resucita. Y su vida se olvida, y otro sendero surcará desde ahora.”

“– Es tarde, aunque no tan tarde musita Swedenborg.

Avanza, y su voz eco extenso es. Llega a una encrucijada olvidada, y se decide por el sendero más leve.

Algo lo impulsa, algo lo incita a seguir. Sabe que al final de aquel sendero la respuesta a todas sus dudas, desvaríos y visiones encontrará.

Concluye el sendero, y encuentra un gastado, oscuro y silente bar. Entra, lentamente entra. Y ya lo esperan.

Swedenborg sabe que aquel sujeto de mirada taciturna, de barba espesa y aroma a tabaco lo espera. Sabe que es aquel que ha buscado siempre.

Se aproxima a él, y el aroma a tabaco lo envuelve. Acerca una silla que cojea, se sienta, y mira fijamente a aquel sujeto. Trata de elegir las frases y señales correctas, y después de un breve momento lo consigue:

– ¿Quién sois, Señor? pregunta, temeroso.

– Bien lo sabéis, Swedenborg. Soy el que siempre habéis buscado. Seguidme, seguid lo señalado.

– ¿Señor, sois vos? ¿Sois verdaderamente vos?

– Vuestra alma responderá, Swedenborg. Vuestra alma responderá.

Y su alma se extiende. Y esa esencia lo define, lo limita y lo resucita. Y su vida se olvida, y otro sendero surcará desde ahora.”

Así aquellos que existen más allá de los ángulos y límites conocidos, expresan valores y verdades que todas las tierras salvarán.

Sentencias que trazan y limitan variables y secuencias en esta y otras coexistencias. Así señores que no son Señores, los Señores que existen más allá de los ángulos y límites conocidos expresan.

Sin embargo, su existencia depende de la certera conclusión de una verdad o un valor. Si el evento es desarrollado a cabalidad, aquella sentencia virtual volverá al olvido.

Son sólo variables y secuencias que virtualmente expresan aquellos que esta existencia trazan y limitan.

Así se explica la existencia de Virgilio, Dante, Beatriz, Krabat, Moebius y otros más. Se expresaron para facilitar vuestra travesía y sendero. Sin embargo, han sido desactualizados, y otras variables a vosotros han sido asignadas.

Y desde ahora Gilgamesh, Orfeo, Nausicaä, David y Teseracto vuestra travesía y sendero vigilarán.

Y ellos expresan que verdades ocultas se encuentran en el capítulo Crepúsculo. Verdades que deben develarse antes que concluya Amanecer. Leed aquellos escritos, y sabréis de qué estamos hablando.

Y más allá de San Lorenzo de Tarapacá la travesía concluirá. Aquel antiguo Señor volverá a surcar aquellas tierras que una vez lo olvidaron.

Lentamente, su alma y sentencia se desligan de su lítico destierro. Lentamente, vuelven aguas y vientos de eras entrelazadas. Lentamente, vosotros seréis él, y él será vosotros.

Y aquellas que existen más allá de Abraxas deben expresar la verdad el segundo sábado o domingo del mes próximo. Sin embargo, el axis debe encontrarse antes de aquellos días. Pronto sabréis la trama que os depara aquella salida. Y también se os exige profundizar en vosotras y en los escritos.

Y la Segunda y Tercera Alma esta extensión expresan y limitan. Y ya la Primera Alma os ha olvidado. Se ha extendido en todas las tierras, fusionándose al extenso sistema.

Así vuestras almas y sentencias surcar todas las tierras y coexistencias ahora podrán. Quizá algún día despertéis recostados en tierras de Orante o de Aluenda. Quizá algún día surquéis las atiborradas callejuelas de Antioquía buscando aquel libro extraviado.

Serán travesías que pronto viviréis, y que en el Libro Finito se escribirán. Así es y no hay más.

Y vuelven los Señores que olvidasteis. Y vuelven, y lo que era extraño en Mollendo se entenderá.

Seguid, y siempre seguid. Todavía falta explicaros lo de febrero. Sin embargo, sólo viajaréis a resucitar aquellas tierras que han permanecido muertas y olvidadas.

Sin más deciros, J 25 A.

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