Trinos dispersos, hojas secas en calles vacías, mares interminables, frases inversas y pinturas extrañas, han sido el sino de aquel señor.
Llueve; y no se mojan sus elevados sueños. Gotas de sangre empapan su tela para expresar parajes diversos. La pluma, breve y veloz, sobre el papel se desliza. Y los otros se esfuman por bio-arte extraña.
Breve y veloz, la tinta trazos extraños expresa. Susurran las frases y las palabras. Claman las frases inconexas y las leves palabras.
Otras coexistencias se observan en sus lienzos. De otras verdades sus escritos hablan. De vidas, de alegrías y miserias, de tierras difusas su obra está plasmada.
Y los otros lo repudian y lo olvidan. Lo tachan de desequilibrado, de señor de la oscuridad y de otras tantas maneras.
Sin embargo, él sabe la verdad. Él ha visto las extensas tierras y surcado las lejanas coexistencias. Él sabe de los Señores y de sus crónicas antiguas.
Nada de lo que digan o lo que puedan decir, lo alejará de su misión: traer la esencia de las otras tierras a esta limitada y difusa tierra.

Y su tumba yace olvidada, cubierta de musgo y hojas secas. Sin embargo, ni la lluvia ni el tiempo su nombre han borrado: William Blake. William Blake ahora es el lienzo donde se escriben verdades extensas y bosquejan elevados sueños.
Y él se cruza con vosotros allá en extrañas tierras, donde todo es difuso y la verdad descansa detrás de una olvidada casa.
San Lorenzo de Tarapacá os espera. El próximo mes deberéis trazar esa coordenada y manifestar lo señalado.
Así almas diversas serán una y el meta-axis evidente. Sin embargo, no olvides que allá son infinitos los horizontes y uno solo el sendero. No os extravíes en divagaciones y tierras, pues jamás podríais volver.
Sin más deciros, J 25 A.
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