Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

lunes, 20 de febrero de 2012

Amanecer p. X

Ilo – Perú                                                                                                                                                                    03/02/12

“Lleva varias horas de viaje, y aquel oscuro sendero todavía no acaba. Un sendero sinuoso, a veces torcido y sin sentido, el automóvil cruza, raudo y leve.

Todavía faltan algunos minutos para llegar a su destino. Cansado, busca alguna emisora de radio, para vencer el sueño que lo quiere inundar. Sin embargo, en aquel vasto desierto y a esas horas de la noche, sólo escucha voces sordas.

El viento azota su cara, trayéndole voces, aromas y recuerdos de tierras lejanas, quizá de aquellos asentamientos que se extinguieron siglos atrás.

Sufrida tuvo que haber sido la vida en las salitreras cavila el hombre.

Una curva mal tomada lo regresa a la realidad. Debe estar pendiente del sendero. Muchos han fenecido en aquellos desiertos inmensos.

Sin embargo, a pesar de la edad, a pesar del sedentarismo, a pesar de los días amargos que ha pasado, la pericia de conductor aún conserva.

Si hubiera muerto en aquella curva olvidada, jamás nadie se habría enterado  lamenta.

Lejos aprecia casas y mediaguas en desordenada distribución. Se alegra un poco. Sabe que ya está llegando a su destino.

Aunque sea tarde, irá a la gasolinera más cercana, y comprará cigarrillos y algo para beber, quizá una gaseosa o algo más fuerte. Ojalá que su amigo esté de turno, para intercambiar algunas bromas y/o anécdotas.

Detiene el automóvil, y un hombre de pelo cano, barriga abultada y toscas manos, lo saluda.

¿Necesita combustible, señor? pregunta el hombre, mientras se alisa el bigote cano.

¿No me reconoces, hombre? Tres días he estado ausente, y ya me has olvidado. ¡Vamos! No bromees. No me resulta graciosa tu broma.

Y el hombre se acerca para mirarlo mejor. Sacude la cabeza, y exclama:

Señor, verdaderamente no lo conozco. Y tampoco suelo bromear con mis clientes.

Enojado, abre la puerta del automóvil. Se yergue, y se aproxima a aquel hombre. Lo mira fijamente a los ojos, y le dice:

Soy yo, soy tu amigo, hombre. Soy…y el viento oculta su nombre.

Aterrado el hombre retrocede, balbucea algunas palabras, que dejan atónito a nuestro conductor.

Él murió hace diez años: una curva maldita reclamó su vida. Señor, no juegue con eso, no juegue se lo pido. Lo estimaba demasiado, y lo conocía muy bien… Y usted, no es él.

Y abre los ojos. Se estremece. Se acuerda del oscuro sueño. Sujeta el volante, y evita la curva peligrosa.

Si hubiera muerto en aquella curva olvidada, jamás nadie se habría enterado masculla, tembloroso.

Y una y otra vez, repasa aquel sueño. Si no hubiera sido por aquella extraña visión, otra sería la historia.

Llega a la gasolinera, busca a su amigo para narrarle aquella extraña visión. Sin embargo, lo saluda otro hombre de pelo cano, barriga abultada y toscas manos.

Le pregunta por su amigo, y aquel hombre lo mira con desdén. Insiste. Y con tristeza le cuenta:

Murió hace diez años, señor. Fue atropellado en este mismito lugar, por un conductor que se quedó dormido al volante.

Tartamudea, tiembla, retrocede, y pregunta:

¿Y qué fue de aquel que lo atropelló, señor?

Se dio a la fuga, y más nada se supo.

Y abre los ojos. Se estremece. Se acuerda del oscuro sueño. Sujeta el volante, y evita la curva peligrosa.

Así algunos de vosotros os habéis vuelto, surcando diversas y extrañas sendas, hasta que vuestras almas regresen a la verdadera.

Y Chañaral debe preservar lo venidero. Sin embargo, se debe surcar el ayer para descubrir el sendero que se olvidó. Y solamente aquellos que aquel sendero diluciden, sabrán de qué estamos hablando.

Quizá volvisteis a Chañaral para exterminar un evento anterior. Quizá volvisteis a Chañaral para reparar un evento venidero. Solamente vuestra alma sabrá.

Y más allá de Abraxas, y más allá de vuestras cavilaciones, un axis aguarda, oculto entre el cielo y el mar.

Y el Crepúsculo se escribe en Ilo, y pronto se develará más. Seguid es vuestro sino y vuestra verdad.

Y mañana os diremos más, antes que emprendáis la retirada.

Sin más deciros, J 25 A.

No hay comentarios.: