Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

sábado, 4 de enero de 2014

De Otros Señores p. VI

Arica – Chile                                                                                                                                                              19/09/12

Y la verdad se vuelve evidente, y lo que ha sido regresa, y vuestro sendero se traza según lo ya escrito.

Anaqueles por doquier, retratos de antigua data, manuscritos gastados sobre una oscura mesa y un silencio que señala un Tiempo que ya ha pasado.

Está solo en la habitación, anhelando a aquel que sus preguntas responderá. Ha llegado de su larga travesía, y pronto lo verá.

La puerta se abre sin ruido. Una luz se extiende. Se aproxima una sombra larga y luego, sigilosa y breve. Lo abraza; y su alma se estremece. Tiene la certeza que es uno de aquellos que surcan las sendas hacia las otras Tierras.

– Hermano, el Santuario os esperaba. Perdonad mi tardanza, pero otras Tierras requerían mi asistencia. Han pasado tres meses de vuestra llegada. Sí, Michael. Sé de vuestra senda. Sé de vuestra misión. Preguntad lo que queráis, lo que vuestra alma requiera. Mi misión es serviros, y heme aquí para tal menester.

– Durante algún tiempo nuestra misión realizamos en solitario. Llegamos a pensar que éramos los únicos en la senda hacia los Siete Rumbos. A través de líneas torcidas, voces gastadas y textos extraviados notamos que existían otros en la senda. Los Señores, a los cuales nuestra vida hemos consagrado, varias veces nos señalaron que a otros similares hallaríamos.

– Ha sido así siempre. Los Señores procuran las sendas, los medios y el Tiempo para que su verdad se haga evidente. Vuestra travesía es nuestra verdad. Verdad que es señal de Servicio y Entrega.

– A veces, y han sido muchas, la soledad, la inseguridad y la tristeza nuestra alma han rasgado sin consideración. Algunos hermanos, gastados por la travesía y sin ninguna respuesta, el sendero dejaron; y así se volvieron Elías.

– Uno es Elías hasta que se vuelve Ulises, y deja de ser Ulises hasta que Nausicaä lo revela.

– Sí, señor, lo sé muy bien. A veces, el Ego prevalece y nos desvía de la senda ya trazada. A veces, y es mi testimonio, la soledad nos juega malas pasadas, volviéndonos amargados y severos con aquellos que juramos servir.

– Es la verdad de esta existencia. Es señal que la conclusión de un Ciclo se avecina Y ahora estáis aquí. Habéis vuelto a la senda que trazasteis hace milenios. Alegraos, porque la conclusión de vuestra travesía será pronto.

– Aunque sea así, sigo creyendo que todavía evadir las Existencias me es negado. Me siento quebrado, inconcluso y algo leve. Tengo mucho que estudiar y expresar. Ni en mil vidas alcanzaré la Evasión.

– Tenemos toda la vida para aquello, mi hermano. En el Santuario el Tiempo se ha extraviado y la verdad es más evidente. Un momento en vuestra tierra es un milenio en el Alma de los Señores. Seréis Señores sin edad, sin nombre y sin Tiempo. Vuestra identidad y personalidad se volverán vacías, igual que almas torcidas, y quizá se olviden para siempre. Si dejáis el Santuario, volveréis al ahora y no más.

– Han vuelto a mí el alivio y la esperanza, Señor. Verdad que pronto relataré a aquellos que son de mi Alma, y que aguardan, expectantes, en mi habitación.

– No es necesario: ya lo saben. Ayer hablé con ellos, aunque volví hoy.

El anciano se acerca, sostiene su mentón, y vuelve a sentarse.

– Todo lo que hay en este despacho os pertenece. Usad lo que vuestra alma requiera.

Se fija en los anaqueles, atestados de manuscritos y libros antiguos. Siempre le ha gustado leer. Intenta ordenar y numerar los textos, toca sus tapas, repasa sus páginas, lee algunos párrafos y se extravía en la tinta.

– Ars Mater y Ars Antiqua. ¿Aquellos manuscritos de qué arte versan? ¿Quizá de música?

– No. Versan sobre la Vida y el Arte o el Arte de la Vida. Versan sobre la Vida que se expresa en las Almas, y sobre el valor secreto que cada Sentencia tiene. En breves palabras, versan sobre aquellas Artes que todo Valor expresa para lograr la Seidad.

– ¿Aquel extraño artilugio metálico, que semeja engranajes inmersos en otros engranajes?

– Es un heptámetro antiguo. Este mecanismo lo expresó una Señor de otro Tiempo, que algunos llamaron Hipatia. Sin embargo, la verdadera identidad de aquella mujer se ha perdido en el Tiempo. Sí, explicaré para qué sirve: señala los Siete Rumbos que vuestra Alma ha de surcar para alcanzar la Conversión. Es similar a vuestro sistema de tetraedros enlazados, que Elías precipitó y trazó tiempo atrás.

– ¿Y aquel planisferio triangular que señala tierras que desconozco? El que está allá. Sí, el mismo.

– Son Tierras que están más allá. Tierras que están alejadas de nuestra verdad y Tiempo. Tierras que hemos surcado siempre.

El anciano toma un leve respiro, y continúa.

– No soy el que veis. Mi verdad es otra, y mi alma surca otras Tierras. También sois otro, Michael. Vuestra verdad se extiende más allá de esta Tierra. Sólo nos separa un ángulo de Evasión y un grado de Tiempo. Todavía no tenéis esta certeza. No sabéis todavía quién es más verdadero.

– Vamos, Michael. Los otros aguardan, impacientes. Luego continuará nuestra charla. Seguir es nuestro sino, porque aquello nos da la vida.

Aquellos que son de su Alma lo aguardan, y les comenta lo sucedido.

– Así es y así será – señala Andrés –. Aquel que te habló… Es aquel que serás en un siglo más.

Aquellas que surcarán las aguas del Ayer, invocarán a los Señores de las Vastas Aguas, para que se evidencie un 21:1 y algo más.

Detrás de aquella iglesia gastada, en la cual mueren suplicas por mejores tiempos, vuestra verdad se expresará.

A lo lejos veréis aquella iglesia olvidada, que el crepúsculo desvanecerá. Allá sabréis que vuestro derrotero se ha escrito en el ayer, cuando vuestras almas surcaban las Vastas Aguas.

Aquel que no pertenece a la Segunda Alma, verá en la lejanía un lugar en el cual yacen vagones desvencijados y vías gastadas. Y alzará su alma, y trazará su infinito e invocará a aquellos que una vez se exiliaron. Y el Faro de Finis Terrae le traerá su voz y recuerdo.

Los de la Segunda Alma invocarán a los que se exiliaron, los cuales regresan para evidenciar un 21:1. Voz que será un eco en Copaquilla y savia bajo aquella tierra.

Así se escribe vuestra verdad, y así se recuerda a los que en vosotros están.

Sin más deciros, J 25 A.


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