Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

domingo, 30 de julio de 2017

Apoteosis p. IX

Arica – Chile                                                                                                                                                              05/04/17

Lejos aguardan, en la penumbra de los días gastados anhelan, en lo insondable el justo y preciso momento esperan.

Anhelan lejos, prestos y evidentes para terminar algunos eventos e iniciar otras historias. Esperan, silenciosos, en toda voz que se quiebra, en toda sombra que se alarga, en todo fulgor que prevalece.

Mudos testigos en Tierras y Tiempos espaciados, que proyectan lo venidero y subsanan lo errado. Fulgores extensos que expresan otras Tierras en Tiempos trazados. Esperan lejos, muy lejos, pero próximos a vuestra alma.

Álzate, levántate del polvo, desperézate, surca las Tierras y los Tiempos espaciados. Regresa, vuelve del olvido, que las interminables arenas tu voz anhelen, que las sendas torcidas se explayen y liberen, para terminar lo que se ha escrito.

Vuelve del olvido, surca los interminables desiertos, los valles quebrados y los horizontes inversos. Es el Tiempo de la Redención, el momento de la Gesta. Expándete para que los Elementos se desaten, para que la Tierra regrese a su valor primigenio.

Eres un Señor de los Elementos, voz que integra los vastos mundos, que regresa tras siglos sin Tiempo para expresar la Sinfonía de la Elevación.

Álzate, recuerda, persevera. Es el Tiempo indicado para que se manifieste lo evidente.

Embravecida voz, talante firme, que se refleja en todas las Aguas. Álzate, recupera tu sitial, retorna a las tierras que te olvidaron, surca los senderos sedientos, exprésate en los solitarios salares, en las olvidadas ruinas, en los atardeceres soñolientos. Exprésate. Reclama las Tierras que menguan, que tus Hijos vuelvan del olvido, que tu linaje regrese a las Aguas y que tu sangre se transforme en sal y arena.

Álzate, voz que susurra en los Vientos. Recuerda y anhela para que las Tierras se liberen de la impureza y mezquindad. Álzate, sé veraz y firme, que el arrepentimiento no nuble tu cometido. Es lo justo, es lo que se anhela, es lo que se espera para elevar las innumerables e infinitas Tierras.

Alma y Fuego, esencia y sendero, valor que desespera y anhela lejos y presto, para trazar otras sendas, para abrasar la injusticia y el desapego. Libera las tierras del yugo humano, extiéndete a diestra y siniestra para recuperar Tiempos y Tierras.

Aliento que oscurece el firmamento, que una vez cobijó el Tambora, sé presto y diligente en el anverso de los Tiempos, para que la Elevación sea plena y la Geo-Navegación, certeza.

El Hombre Inmenso teje y desteje una simpar Sinfonía para que regresen y se alcen los Señores de los Elementos, para que la vanidad humana mengue y se olvide, para que el 21:1 se vuelva más evidente y menos tortuoso.

Regresan los Señores de los Elementos para no olvidarse más. Los invocaréis pronto. Expresaréis una Sinfonía antes no trazada para que se geste lo venidero sin dilación.

Invocadlos, anheladlos, volveos su sombra y voz ahora y más adelante. Surgid del olvido. Trazad otros senderos para que los anhelos no fenezcan y vuestras obras no se olviden.

Las Aguas os invocan. Los Señores de las Vastas Aguas os recuerdan. Permanecen expectantes entre Ilo e Iquique. Liberad vuestro recuerdo e invocad sus historias. Trazad sus nombres en solitarias arenas, para que las Tierras se vuelvan verdaderas y los Tiempos, permanentes.

Seguid con más bríos, aunque seáis pocos en el sendero. Muchos se han olvidado y quizá jamás regresen. Así es y no hay más.

Sin más deciros, J 25 A.


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