Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

viernes, 3 de febrero de 2017

Soledad p. VII

Arica – Chile                                                                                                                                                              04/12/16

En algún lugar, 1984.

Amplia avenida, húmeda y solitaria, silente y lúgubre. Ni un murmullo ni una voz siquiera, solamente un trémulo anhelo en la solitaria extensión. Cansinos faroles derraman lágrimas pardas. Y yo aquí, extraviado y agotado, sin anhelos ni memorias, surcando un tiempo que desconozco.

2034 se diluye más allá y lejos de mis sueños vacíos. No anhelo ni menos desespero porque existo en todos los senderos.

Inmerso en otro ahora, regresando una y otra vez a un tiempo ajeno, anhelando una memoria, presintiendo algo que desespera, gestando una y otra vez travesías y misiones eternas.

Íntegro, inmerso en Tiempos ajenos, mientras mi yo verdadero yace en otra Tierra y Tiempo. 2034 en otra o en la misma Tierra, pero trazando otra verdad y otro sendero en una historia vacía.

1984 desespera. Amplia avenida, verdad que estremece y extravía, pero que se diluye en otras aguas. Algo presiento, algo anhelo. Algo desespera por las alamedas y avenidas vacías. Una voz quizá, un pensamiento tal vez, una realidad alterna posiblemente. Algo me impele, algo me rasga, algo me ata a un tiempo ajeno y finito, algo me atrapa y resguarda.

Vuelvo una y otra vez a la misma avenida. Repaso y surco una y otra vez la misma historia. Travesía que no ceja, que extravía y desgarra.

Algo se oculta en la levedad, algo permanece en la penumbra, algo me rasga mas no se delata. Una obviedad quizá, una similitud que no es tal, algo impropio o singular. Anacrónico quizá, sin vértices tal vez, sin medida justa posiblemente.

Otra vez la misma avenida. 1984 que desespera y hastía. 10 años y la misma senda. Atado a un tiempo. Hombre desgarrado, suspendido en hiel y ámbar. Alma atrapada a un anhelo, a un episodio o a un lugar.

¿Qué me extravía? ¿Qué me impulsa a seguir? ¿Qué me obliga a volver una y otra vez al mismo tiempo y lugar?

En algún lugar, 2034.

Extensa avenida, faroles resquebrajados y un sonido que no alcanzo a descifrar. Anhelo otro Tiempo, mejor y breve quizá, sin tanta maldad tal vez. Tiempo de anhelos verdaderos. Era joven y con mucho proyectos. Toda la vida por delante. No atado a nada ni menos a nadie. Libre como el viento veraniego.

1984 es un tiempo y un anhelo. Un sonido que desespera. Mi pecho ensangrentado y una música que se extravía.

Almas o memorias se extravían en otros Tiempos y Tierras, solitarias, anhelando algo, presintiendo algo que no saben qué.

A 1837 y 1916 volveréis una y otra vez, hasta que el secreto develéis.

Chaca, 1837.

Regresan los desalmados para arrebatar lo poco que nos queda. Un breve ejercito con vasta malignidad. Escondernos es el remedio hasta que el tiempo proclame lo contrario.

Chacaltaya, un tiempo más.

– He regresado y algo más.

Sin más deciros, J 25 A.


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