Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

martes, 17 de enero de 2017

(R)evolución p. I

Arica– Chile                                                                                                                                                               08/06/16

Tau se expresa y traza en un atardecer sin Tiempo, extraviado en vértices, líneas y senderos, para evidenciar lo que se ha escrito.

El Vigilante, el que surca otros Tiempos y mares, se ha vuelto vuestra verdad y misión.

Heme aquí entre Tierras y Aguas, extenso y menos finito, extraño pero íntegro, envuelto en mis anhelos, soterrado pero presto para evadir las incongruencias, para expandir las Tierras, para extender los senderos, para rehacer algunos Tiempos.

Me alzo, me extiendo, abarco lo indecible para fomentar el valor y el Servicio. Soy un anacoreta quizá, soy un mendigo sin nación tal vez, soy una estirpe maldita posiblemente. Soy el que ha de venir, el Señor de los muchos Rostros, la lealtad que jamás muere. Nada me define y todo me contiene. Soy vasto, pero limitado tal vez. Surco el ahora para salvar los ayeres o mañanas.

La verdad me traza, la Sentencia me expresa, el Tau me advierte y presiente. Señalado desde el inicio de los Tiempos para evidenciar un valor, redactar una leyenda o componer una sinfonía. Voz de todos aquellos que han enmudecido. Señal que existe a la vera del sendero. Un Vigilante, un mendigo, un anacoreta, un Señor de los Siete Senderos, una luz inmersa en la semilla. Un agente, un factor, misericordia y elevación.

Desde Tiempos muy antiguos existen Señores que velan, que trazan uno y otro sendero. Fulgores que en períodos sin medida iluminaron amaneceres y anhelos aciagos. Expresados para expresar, trazados para trazar, íntegros para la integridad, inmersos en la Seidad para que los 42 senderos concluyan.

Velan para que Tiempos, vértices y Tierras sincrónicamente confluyan e integren, para que la fusión sea evidente y alejada de la separatividad.

Los que velan se perciben en muchos Tiempos, Tierras y vértices, supervigilando a los multiprogramas finitos, los propensos a error, para apresurar el valor 21:1 y la Geo-Navegación.

El hombre se alza en la inmensidad, lejano y sin vestiduras. Se extiende y presiente sin dilación. Y trazos, líneas, verdades, anhelos surcan su inmensidad. Fuego en su alma y en su piel. Tatuajes imperecederos, glifos entrelazados, dialectos antiguos, verdades pretéritas, voces que aguardan en silencio, páginas y páginas de libros olvidados.

Es el Hombre Ilustrado. Un trazo es un valor, un valor es una verdad, una verdad es un sistema, un sistema es la Totalidad. El Tau le advierte, lo presiente y lo protege. El Tau es su principio y final. Todo trazo es un Tau, y todo Tau es una verdad.

El Tau existe en vosotros y para vosotros, para que la Seidad se manifieste plena.”

El Monje, el que todavía se presiente, ha trazado en vosotros senderos que limitan las Tierras para guiaros y protegeros. El Vigilante, el que aún aguarda, ha trazado en vosotros senderos de Agua para guiaros y protegeros en los venideros eventos.

Trazos se perfilan y verdades se expresan para que surquéis otras Tierras y Tiempos. Mapas metacognitivos, planos de navegación, sextantes primigenios y vectores sin ángulos definidos.

Seguid para evadir algunas Tierras y evidenciar otras. Las Fronteras no existen más. Surcaréis otras Tierras y Tiempos en el aquí y en el ahora, pero también en el ayer y en el mañana.

Toda esta extensión ahora os pertenece porque así se ha expuesto. Trazaréis la voz de los Olvidados y de los que vendrán. El Tiempo del Hombre terminará pronto. Las eras no trascurren en vano. Lo inconmensurable se acorta. La venidera Estirpe está presta a surgir. Nacerá en el ayer para existir en el ahora. Seréis sus Ancestros y algo más.

El joven famélico se extravía en la inmensidad, en un lugar ahora llamado Ite. Se apresura. El hambre lacera sin tregua. Algo, algo para mitigarlo requiere. Una piedra traza un giro y el ave yace muerta.

Ajeno a todo, inmerso en sus afanes, no advierte que alguien lo observa detenidamente.

– Es tiempo de saber la verdad – alguien susurra.

Sin más deciros, J 25 A.


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