Sitio señalado para expresar la voz de los Señores Antiguos, cuya sede se encuentra en Arica-Chile.

martes, 25 de enero de 2011

Mare Nostrum p. V

Tacna – Perú                                                                                                                                                              31/10/10

Sombras difusas a lo lejos y voces silenciosas próximas, y una extensa verdad se gesta, lentamente.

Verdad de aquel Señor que se extravía entre vagones desvencijados, fotografías desgastadas y vías olvidadas.

Él sabe que es tiempo de volver a aquella tierra y que es menester alcanzar las metas, trazadas cuando las rutas y las existencias breves y extensas eran.

Volverá a aquellas tierras que no devela. Volverá a trazar signos y señales allá en lo lejano.

Sin embargo, se señala un valor y explica una verdad en aquella fotografía difusa y extraviada. Analizad este arcano y descubriréis otros senderos.

Lejos, muy lejos de aquí vibra aquel Señor liberado aquella tarde de vías y eras cruzadas. Ahora se extiende en otras aguas, que jamás nadie ha desentrañado.

Tal como Solaris aquel Señor ahora es. Así que es imposible develar su alma y limitar su existencia. Verdad que ahora es extraña y lejana a la vuestra.

Jamás sabréis todo lo que habéis realizado. Sin embargo, no debiera importaros ya que lo verdaderamente valedero es la certeza de tarea realizada.

Otras rutas se han extendido y otras verdades se evidencian. Así otras metas se proyectan y otros valores se expresan.

Claves este escrito tiene, y que develar debéis. Verdades que se extravían en desiertos lejanos donde líneas y voces son líticos valores. Antiguas verdades que los tiempos venideros salvarán.

Valores que a un extraño y lejano Señor expresan y limitan, desde los tiempos de los Olvidados.

A aquel Señor encontrareis cuando viajéis a Ofragia, y olvidareis cuando sea el tiempo de las almas y de las rutas extraviadas.

Él en toda la extensión de la palabra os conoce. Sin embargo, ¿vosotros sabéis de quién hablamos?

Y Finis Terrae concluye y Mare Nostrum recién comienza, allá donde todas las almas se extravían y todas las verdades se encuentran.

Sin más deciros, J 25 A.

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