El frío del desierto y el susurro del viento han sido vuestros, desde que las infinitas tierras comenzasteis a recorrer.
Año tras año, día tras día, senderos extensos, senderos olvidados, habéis transitado, anhelando vislumbrar las elevadas tierras.
Al final del sendero cada uno de vosotros las elevadas tierras veréis. Tierras infinitas de infinitas extensiones veréis.
Y seréis uno con todos aquellos que partieron antes de vosotros. A vuestro encuentro vendrán todos aquellos Jóvenes que el tiempo olvidó. Aquellos Jóvenes cuyas voces en estas tierras ya no se recuerdan. Aquellos Jóvenes que el sentido de su existencia lograron desentrañar.
Varios ya están en vosotros y otros más lo estarán, pero la mayoría se extiende en extrañas y difusas tierras, y jamás a esta limitada coexistencia volverán.
Uno de ellos feneció y sus esperanzas en polvo se volvieron. Esperó año tras año, día tras día, a los que vendrían. Sin embargo, jamás a su vida llegaron; y triste y desolado aguardó su muerte.
El tiempo se volvió eterno, los horizontes difusos y los bosques menguaron…Y a su encuentro vosotros fuisteis. Separados por el tiempo pero unidos por la sangre, fuisteis uno aquella tarde de frío verano.
Ahora en vosotros está, y sabe que sus ideales eran verdaderos. Sabe que en verdad las elevadas tierras y las infinitas coexistencias existen. Encontró en vosotros lo que siempre buscó. Ya es uno con vosotros y por siempre lo será.
Mas aún faltan otros que todavía extraviados están. Algunos en estas tierras y los más en otras disímiles. El tiempo os dirá cuándo a su búsqueda iréis.
Las vidas de todos aquellos extraviados cambiareis. Seréis los valores que expresarán valederas variables en sus vidas dispersas. Seréis los que los traerán del olvido, y los guiarán a las elevadas tierras.
Al final de vuestra existencia aquellas tierras surcaréis, mas no como leves sombras difusas, sino como extensos e ilimitados fulgores.
Tierras infinitas se extienden desde los infinitos ayeres, pero algunas permanecerán porque es lo verdadero. Arcano que os entregamos hoy, para expresar una ucronía.
Sin más deciros, J 25 A .
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