Tristeza en el alma es el sino de cada trabajador que vive y muere en las extensas tierras olvidadas.
Han sido denigrados y abatidos sin misericordia, y sus restos olvidados en los difusos desiertos. Almas de salitre que vagan por rutas de sangre, sudor y lágrimas.
Sendero de almas que ellos surcaban, una y otra vez, interminablemente. Desde las salitreras hasta el Puerto Oscuro, y desde el Puerto Oscuro a las salitreras.
Extraviados en el ser y anhelando justicia o venganza han estado desde siempre. Y sus gemidos son uno con el viento inclemente que lacera y desmorona los campamentos mineros.
Sin embargo, ahora su eterno peregrinar ha finalizado. Y desde el Puerto Oscuro al meta-axis han llegado. Ya son el alma del Alma que vitalizará en venideras eras las tierras devastadas.
Vuestra misión ha concluido desde el momento que a aquel sitio llegasteis. Y entre sueños líneas extensas extendisteis para recobrar las tierras y salvaguardar los presentes.
Santa María se desmorona, lentamente, pues ya nada la retiene. Las almas han vuelto a su axis, y comienza otra historia.
Vendrán nuevos eventos que requerirán de vuestro compromiso extremo. Así es el sino de todo bionauta que estas limitadas tierras surca.
Sí, volveréis a San Lorenzo de Tarapacá pues todavía quedan claves detrás de aquella secular casa. Y será más extenso este evento cuando a Finis Terrae viajéis en diciembre de este año.
Allá existe un faro antiguo que luz oscura proyecta. Allá las tierras se aproximan en demasía cuando el ciclo es el señalado. Arcano que debéis dilucidar para poder avanzar en los 32 senderos. Senderos que se extinguen cuando la Sentencia olvida su esencia.
Volveréis a Ilo pero no al que vosotros conocéis. Un Ilo que todavía ninguno de vosotros ha vislumbrado, cuyas ruinas se aprecian en Nan Madol y se entrecruzan más allá de Ite.
Sin más deciros, J 25 A.
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